Como pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando empezó a surgir en las noticias y en los medios una cosa llamada “Katrina” que al parecer era una enorme tormenta tropical, transformada en huracán, y que amenazaba con impactar contra la costa del Golfo de Méjico de EE.UU. Empezó la retahíla de imágenes habituales en estos casos, con gente clavando maderos en las ventanas de sus casas, y acaparando provisiones en los supermercados. Llegó el día previsto para que el huracán apareciese por Nueva Orleáns, otro de silencio, y al tercero empezó la pesadilla, que por lo visto esta semana dista mucho de haberse acabado.
La ciudad quedó arrasada. Más de mil muertos fue el balance humano del paso del huracán por la Luisiana, y lso destrozos materiales fueron gigantescos. Al rotura de los diques que protegían Nueva Orleans al inundaron por completo, y eso sin contar con las angustiosas vivencias de lso supervivientes, encerrados en casas maltrechas o en el famosos estadio “Superdome” lleno de basura infecta y bandas que, pistola en mano, se dedicaban a saquear con todo lo que podían. La imagen proyectada al mundo por parte de las autoridades norteamericanas fue desoladora. Desde aquí se afirmo que España está en condiciones de afrontar algo así sin que se produzcan esas escenas. Creo que la única diferencia que hubiese, de venir algo similar, serían las escenas de las bandas callejeras, que afortunadamente no creo que se diesen por aquí. Sobre el resto, pueden preguntarle a los gallegos rodeados de llamas o a los de los cayucos canarios, hacinados, abandonados en medio de las ciudades con un bocadillo, muertos de asco, sobre como se gestionan las catástrofes naturales y humanas en España. No creo que estemos para dar lecciones sobre este ni sobre otros muchos aspectos, pero hay algo sobre lo que creo que si tenemos ventaja. El día después.
Un año después, la prensa ha vuelto a Nueva Orleáns, y es patético ver como zonas enteras siguen semiderruídas, llenas de escombros, con algunos incautos vagando por ellas como supervivientes de una guerra nuclear. Un país como EE.UU. tiene potencial más que suficiente como para recuperar esa zona en un plazo de tiempo muy breve. No se si es que no se ha podido (grave) o querido (indignante) pero creo que, visto desde aquí, el Gobierno Federal (Bush) el del Estado y el Ayuntamiento han fracasado en Nueva Orleáns. La ciudad del alegre Jazz suena a triste Blues, y eso estará en el debe de la gestión de Bush durante mucho tiempo, puede que incluso más que Irak para la población americana.
jueves, agosto 31, 2006
miércoles, agosto 30, 2006
Ya llega Alatriste
Ayer por la tarde aproveché para darme una vuelta por el centro y visitar la exposición que, con motivo del estreno de la película de Alatriste, basada en los libros de Arturo Pérez Reverte, se ha inaugurado en los bajos de la denominada Casa de la Panadería, uno de los edificios que forman parte de la Plaza Mayor de Madrid. Tuve surte, y no esperé demasiado, porque cuando salí la cola ya era respetable, y en su mayor parte bajo un sol de justicia que no ayudaba en nada a soportarla. La exposición es breve, pero interesante, y de paso homenajea los 350 años de la publicación del plano de Texeira, primera cartografía de la villa de Madrid, de la cual se regala una copia a la salida.
Hubo varios detalles de la exposición que me resultaron interesantes. L amuestra se basa en la presentación de los personajes de la película, algunos de ellos inventado por Pérez reverte, como el propio Alatriste, Iñigo de Balboa o María de Castro, y otros reales de la época, como el Rey Felipe IV, Quevedo, el Conde Duque de Olivares, etc. Todos ellos aparecen retratados al estilo Velázquez, en una impresión moderna, pero con vestidos de la época y con el actor que los ha creado. Es así muy curioso ver a Quevedo “hecho” por Juan Echanove o al Olivares por Javier Cámara. Asimismo, hay una pequeños cuadros con personajes secundarios que son monitores de plasma, en donde el personaje, a las maneras y vestidos de la época, cuenta su historia. Me pareció una idea visual enorme, y me recordaba mucho a esas imágenes de las películas de Harry Potter en Hogwarts, donde los cuadros hablan y el periódico “El Profeta” es animado, y sus fotos de portada y titulares se mueven. Se incluyen textos con reseñas históricas de los personajes reales y la biografía fabulada de los ficticios, y el recorrido acaba con un fondo impreso del cuadro de la rendición de Breda, intuyo que como homenaje a los que murieron en Flandes, especialmente en la batalla de Rocroi, donde Alatriste fallece.
Buceando un poco en las profundidades, es curioso ver como en un villorrio enclavado en medio de la meseta castellana, ya desolada entonces, coincidieron en el siglo XVII una de las mayores concentraciones de genios de la pintura y literatura de la historia, casi sin parangón desde la Atenas de Pericles, y sin que probablemente se haya vuelto a repetir situación semejante, y todo mientras el mayor imperio de todos los tiempos se iba a pique a toda velocidad (creo que no dejamos de caer desde entonces hasta 1970 casi), la pobreza, el hambre y la incultura se hacían los dueños del país y los tercios, tan respetados y temidos como los “Marines” americanos de hoy, se disponían a sus últimas batallas y a morir en los llanos de la actual Holanda. Apasionante época de la historia. Habrá que ver al película sin falta.
Hubo varios detalles de la exposición que me resultaron interesantes. L amuestra se basa en la presentación de los personajes de la película, algunos de ellos inventado por Pérez reverte, como el propio Alatriste, Iñigo de Balboa o María de Castro, y otros reales de la época, como el Rey Felipe IV, Quevedo, el Conde Duque de Olivares, etc. Todos ellos aparecen retratados al estilo Velázquez, en una impresión moderna, pero con vestidos de la época y con el actor que los ha creado. Es así muy curioso ver a Quevedo “hecho” por Juan Echanove o al Olivares por Javier Cámara. Asimismo, hay una pequeños cuadros con personajes secundarios que son monitores de plasma, en donde el personaje, a las maneras y vestidos de la época, cuenta su historia. Me pareció una idea visual enorme, y me recordaba mucho a esas imágenes de las películas de Harry Potter en Hogwarts, donde los cuadros hablan y el periódico “El Profeta” es animado, y sus fotos de portada y titulares se mueven. Se incluyen textos con reseñas históricas de los personajes reales y la biografía fabulada de los ficticios, y el recorrido acaba con un fondo impreso del cuadro de la rendición de Breda, intuyo que como homenaje a los que murieron en Flandes, especialmente en la batalla de Rocroi, donde Alatriste fallece.
Buceando un poco en las profundidades, es curioso ver como en un villorrio enclavado en medio de la meseta castellana, ya desolada entonces, coincidieron en el siglo XVII una de las mayores concentraciones de genios de la pintura y literatura de la historia, casi sin parangón desde la Atenas de Pericles, y sin que probablemente se haya vuelto a repetir situación semejante, y todo mientras el mayor imperio de todos los tiempos se iba a pique a toda velocidad (creo que no dejamos de caer desde entonces hasta 1970 casi), la pobreza, el hambre y la incultura se hacían los dueños del país y los tercios, tan respetados y temidos como los “Marines” americanos de hoy, se disponían a sus últimas batallas y a morir en los llanos de la actual Holanda. Apasionante época de la historia. Habrá que ver al película sin falta.
martes, agosto 29, 2006
CTBA y MVRDV
Tranquilos, que no me pasa nada. Ni tengo un don de lenguas extrañas, ni me he puesto a estudiar ruso ni se me han trastabillado los dedos mientras escribo (aunque los textos previos a la corrección que suelo escribir sí están llenos de palabras y letras bailadas, como bien saben algunos). No. El título de la entrada de hoy hace referencia a dos muy interesantes lugares que visité y fotografié con profusión este pasado Domingo. Las torres que están construyéndose en lo que era la antigua ciudad deportiva del Real Madrid, complejo horteramente bautizado como Cuatro Torres Bussines Arena (CTBA) y el edificio Mirador de Sanchinarro, diseñado por la arquitecta Blanca Lledó y el estudio holandés MVDRV.
Las torres del CTBA serán los edificios más altos de España cuando se concluyan, con cotas que van desde los 220 metros de la Torre Espacio hasta los 250 de la Torre de Repsol. Actualmente esa zona parece un campo de guerra, más similar al Líbano que a una ciudad europea. Entre los edificios, enormes e impresionantes, que crecen día y noche sin parra, y los viales anexos y subterráneos para dar salida al futuro complejo, un paseo por los alrededores se convierte en un continuo atravesar de zanjas y desviaos arenosos. Tengo sacadas cientos de fotos de las torres, su evolución y demás, pero si estáis interesados en su desarrollo, visitar la gran web de Urbanity (creo que me encontré con alguno de sus promotores o fans en el recorrido, todos armados de grandes cámaras de fotos. Tras ver las torres, cogí un bus al PAU de Sanchinarro (carretera de Burgos, saliendo de Madrid) y me acerqué al edificio mirador, curioso bloque de 22 plantas, que asemeja a un donuts cuadrado, con un agujero en medio de las plantas 15 a 18, donde se encuentra una terraza llamada mirador, que es la que le da nombre. En medio del erial arquitectónico que son todos estos barrios de los extrarradios, es una nota de color y originalidad, pero ojo, el edificio es muy lioso.
Lo comprobé al meterme dentro. Son viviendas estructuradas en barrios por colores. Dentro de cada grupo de pisos la comunicación es muy fluida, pero para pasar de un grupo a otro no hay demasiadas alternativas, y a veces es necesario bajar un piso para subir dos, y cosas así. Conseguí llegar hasta unas escaleras exteriores a la altura de las plantas 17 y 21, y las vistas son prodigiosas, sobre todo hacia el norte, dominando toda la sierra. Todo es de diseño, con lo colorista (y poco práctico) que ello implica, pero los inquilinos deben estar intrigados, porque parece que hay muchos curiosos como yo que se cuelan para verlo. Merece la pena, la verdad. Más información y fotos en la web del estudio holandés autor del proyecto.
Las torres del CTBA serán los edificios más altos de España cuando se concluyan, con cotas que van desde los 220 metros de la Torre Espacio hasta los 250 de la Torre de Repsol. Actualmente esa zona parece un campo de guerra, más similar al Líbano que a una ciudad europea. Entre los edificios, enormes e impresionantes, que crecen día y noche sin parra, y los viales anexos y subterráneos para dar salida al futuro complejo, un paseo por los alrededores se convierte en un continuo atravesar de zanjas y desviaos arenosos. Tengo sacadas cientos de fotos de las torres, su evolución y demás, pero si estáis interesados en su desarrollo, visitar la gran web de Urbanity (creo que me encontré con alguno de sus promotores o fans en el recorrido, todos armados de grandes cámaras de fotos. Tras ver las torres, cogí un bus al PAU de Sanchinarro (carretera de Burgos, saliendo de Madrid) y me acerqué al edificio mirador, curioso bloque de 22 plantas, que asemeja a un donuts cuadrado, con un agujero en medio de las plantas 15 a 18, donde se encuentra una terraza llamada mirador, que es la que le da nombre. En medio del erial arquitectónico que son todos estos barrios de los extrarradios, es una nota de color y originalidad, pero ojo, el edificio es muy lioso.
Lo comprobé al meterme dentro. Son viviendas estructuradas en barrios por colores. Dentro de cada grupo de pisos la comunicación es muy fluida, pero para pasar de un grupo a otro no hay demasiadas alternativas, y a veces es necesario bajar un piso para subir dos, y cosas así. Conseguí llegar hasta unas escaleras exteriores a la altura de las plantas 17 y 21, y las vistas son prodigiosas, sobre todo hacia el norte, dominando toda la sierra. Todo es de diseño, con lo colorista (y poco práctico) que ello implica, pero los inquilinos deben estar intrigados, porque parece que hay muchos curiosos como yo que se cuelan para verlo. Merece la pena, la verdad. Más información y fotos en la web del estudio holandés autor del proyecto.
lunes, agosto 28, 2006
United 93
Este caluroso fin de semana, último de agosto, entre otras cosas, fui al cine, en medio de una cartelera floja que espero remonte en septiembre. Iba con ilusión, para ver “United 93”, la primera película relacionada con los atentados contra las torres gemelas de Nueva York, del fatídico 11 de Septiembre de 2001. En este caso, pese a que aparecen las torres y los aviones que contra ellas se estrellan, el protagonismo se lo lleva el vuelo que no llegó a su objetivo, presumiblemente el Capitolio, y que se estrelló en un campo de Pensilvania, cuyo código de vuelo da título a la película. Dura hora y media, pero la fascinación aún continúa en mi.
La vi en versión original, como hago últimamente para coger algo de oído en inglés, y me resultó muy difícil, dado que hay muchas escenas de controladores aéreos hablando en jerga, ya complicadas en castellano, intuyo, pero el meollo del asunto sí lo entendí bien. Rodada con un estilo cercano al documental, sin actores famosos, que lo hacen muy bien, con medios, pero sin avasallar, centrada en los caracteres humanos y en sus reacciones ante lo imposible, la sesión se hace trepidante, inolvidable. No podemos olvidar al verla que no estamos hablando de ficción. No todo será como se relata, pero lo que sucede es real, cierto. Ocurrió. En medio del desastre aparecen todas las opciones. La valentía del pasaje, condenada a una muerte segura, y que decide intentar salvarse, pese a ser casi imposible. La ineficacia del ejército, desbordado, sorprendido y lleno de burocracia y trámites formales, la audacia de los controladores, torres y sistema aeroportuario, que hace lo que puede para manejar el caos (no me imagino un problema así en manos de AENA, que horror!!!) e intentar informarse de que está pasando. Sin alharacas patrióticas ni excesos, los últimos minutos son absolutamente horribles, cuando el pasaje se decide atacar y el caos se apodera del avión, entrando en barrena, y viendo la campiña cada vez más cerca, por unas ventanillas de cabina llenas de caras atónitas, viendo que ya nada pueden hacer.
Dos matices que hacen la película aún más dura. Aunque fanáticos, los secuestradores son presentados como personas humanas, con sus miedos y debilidades. No son ogros con cuernos y tres ojos. No. Son como nosotros, y eso hace la situación aún más salvaje. Nos enfrentamos a iguales, indistinguibles, el límite de la paranoia. El otro matiz, no tanto de la película como de la situación en sí, es ponerse en la piel de un pasaje que se sabe condenado. ¿Cómo reaccionaríamos si sabemos que vamos a morir en media hora? ¿Qué haríamos? ¿Qué no haríamos? Yo no lo se, a lo mejor me quedaba muerto de miedo y no era capaz de levantarme del asiento, pero es un dilema enorme al que se enfrenta el pasaje, y que la película logra transmitir al espectador, haciéndole pasar, por lo menos a mi, uno de los momentos más angustiosos y horribles que recuerdo en un cine.
La vi en versión original, como hago últimamente para coger algo de oído en inglés, y me resultó muy difícil, dado que hay muchas escenas de controladores aéreos hablando en jerga, ya complicadas en castellano, intuyo, pero el meollo del asunto sí lo entendí bien. Rodada con un estilo cercano al documental, sin actores famosos, que lo hacen muy bien, con medios, pero sin avasallar, centrada en los caracteres humanos y en sus reacciones ante lo imposible, la sesión se hace trepidante, inolvidable. No podemos olvidar al verla que no estamos hablando de ficción. No todo será como se relata, pero lo que sucede es real, cierto. Ocurrió. En medio del desastre aparecen todas las opciones. La valentía del pasaje, condenada a una muerte segura, y que decide intentar salvarse, pese a ser casi imposible. La ineficacia del ejército, desbordado, sorprendido y lleno de burocracia y trámites formales, la audacia de los controladores, torres y sistema aeroportuario, que hace lo que puede para manejar el caos (no me imagino un problema así en manos de AENA, que horror!!!) e intentar informarse de que está pasando. Sin alharacas patrióticas ni excesos, los últimos minutos son absolutamente horribles, cuando el pasaje se decide atacar y el caos se apodera del avión, entrando en barrena, y viendo la campiña cada vez más cerca, por unas ventanillas de cabina llenas de caras atónitas, viendo que ya nada pueden hacer.
Dos matices que hacen la película aún más dura. Aunque fanáticos, los secuestradores son presentados como personas humanas, con sus miedos y debilidades. No son ogros con cuernos y tres ojos. No. Son como nosotros, y eso hace la situación aún más salvaje. Nos enfrentamos a iguales, indistinguibles, el límite de la paranoia. El otro matiz, no tanto de la película como de la situación en sí, es ponerse en la piel de un pasaje que se sabe condenado. ¿Cómo reaccionaríamos si sabemos que vamos a morir en media hora? ¿Qué haríamos? ¿Qué no haríamos? Yo no lo se, a lo mejor me quedaba muerto de miedo y no era capaz de levantarme del asiento, pero es un dilema enorme al que se enfrenta el pasaje, y que la película logra transmitir al espectador, haciéndole pasar, por lo menos a mi, uno de los momentos más angustiosos y horribles que recuerdo en un cine.
viernes, agosto 25, 2006
La Guerra de los Planetas
Definitivamente el pobre Plutón se sale de la lista de planetas del sistema solar. Comentaba en la entrada del 18 de agosto que, en función de la definición adoptada, podríamos tener tres nuevos compañeros (Ceres, Caronte y Xena). Al final los criterios se han vuelto más exigentes y Plutón se une a estos tres cuerpos, y no al revés. Con ocho basta, habrán pensado los astrónomos, en una semana en la que, milagrosamente, entre matemáticas y astronomía, la ciencia ha ocupado portadas de periódicos y titulares principales de los informativos. Es para celebrarlo, y he aprovechado una tarde para visitar el Planetario de Madrid.
En el se expone una muestra sobre Marte muy interesante. Amena, con muchísimas fotografías y maquetas, se detallan los resultados de las últimas misiones marcianas, especialmente los recibidos por la Mars Global Surveiyor, Mars Odissey y los fantásticos Robots Spirit y Opportunity. Lo más curioso es que, viendo los gráficos y datos allí expuesto, me di cuenta de que era la única persona que estaba en la exposición. Hubo un momento, la mayor parte de mi estancia, en el que me encontré totalmente sólo. De vez en cuando aparecía un vigilante, pero poca cosa más. De hecho había tres puesto en los que, con unas gafas de visión 3D, se podía ver como es la superficie marciana en lugares interesantes, como el Monte Olimpo, o los faustuosos Valles Marineris. Por una vez no tenías que hacer cola ni aguantar codazos ni esperas. Serán cosas de agosto y de la incultura, pensaba, porque si hacen una exposición sobre alguno de los pseudopersonajes que salen en los programas rosa todos los días habría colas para acceder. Otra sensación que me asaltó es la de constatar que poca atracción tiene la ciencia en sí, con lo bonita que es, y como llama la atención la superchería, las llamadas ciencias ocultas y los rumores. De eso también hemos tenido este verano, con la pérdida por parte de la NASA de las cintas de los alunizajes. Crece la bola de que fue mentira llegar a la Luna, aunque es algo indiscutible.
Intuyo que comprar la voluntad de todos los que participasen en un supuesto cambalache como el lunar, y la de todos los astrónomos que pueden enfocar sus telescopios hacia allí debe costar más pasta que fabricar otra Luna entera. No suelo discutir mucho sobre este asunto, porque me perece una memez, pero si recomiendo que la gente vaya a ver esa exposición sobre Marte. Amena y apasionante, es mucho más divertida que cualquier bulo que se vende por ahí, y de paso sirve para comprobar que es eso de Madrid en obras, que son los túneles de la M30 y las consecuencias de la burbuja inmobiliaria en un barrio llamado Méndez Álvaro, que no se como era hace unos años, pero que nadie sabe como será en otros pocos.
En el se expone una muestra sobre Marte muy interesante. Amena, con muchísimas fotografías y maquetas, se detallan los resultados de las últimas misiones marcianas, especialmente los recibidos por la Mars Global Surveiyor, Mars Odissey y los fantásticos Robots Spirit y Opportunity. Lo más curioso es que, viendo los gráficos y datos allí expuesto, me di cuenta de que era la única persona que estaba en la exposición. Hubo un momento, la mayor parte de mi estancia, en el que me encontré totalmente sólo. De vez en cuando aparecía un vigilante, pero poca cosa más. De hecho había tres puesto en los que, con unas gafas de visión 3D, se podía ver como es la superficie marciana en lugares interesantes, como el Monte Olimpo, o los faustuosos Valles Marineris. Por una vez no tenías que hacer cola ni aguantar codazos ni esperas. Serán cosas de agosto y de la incultura, pensaba, porque si hacen una exposición sobre alguno de los pseudopersonajes que salen en los programas rosa todos los días habría colas para acceder. Otra sensación que me asaltó es la de constatar que poca atracción tiene la ciencia en sí, con lo bonita que es, y como llama la atención la superchería, las llamadas ciencias ocultas y los rumores. De eso también hemos tenido este verano, con la pérdida por parte de la NASA de las cintas de los alunizajes. Crece la bola de que fue mentira llegar a la Luna, aunque es algo indiscutible.
Intuyo que comprar la voluntad de todos los que participasen en un supuesto cambalache como el lunar, y la de todos los astrónomos que pueden enfocar sus telescopios hacia allí debe costar más pasta que fabricar otra Luna entera. No suelo discutir mucho sobre este asunto, porque me perece una memez, pero si recomiendo que la gente vaya a ver esa exposición sobre Marte. Amena y apasionante, es mucho más divertida que cualquier bulo que se vende por ahí, y de paso sirve para comprobar que es eso de Madrid en obras, que son los túneles de la M30 y las consecuencias de la burbuja inmobiliaria en un barrio llamado Méndez Álvaro, que no se como era hace unos años, pero que nadie sabe como será en otros pocos.
jueves, agosto 24, 2006
Tiempo muerto
Este pasado Martes 22 se cumplía el plazo puesto por las autoridades iraníes para responder al requerimiento de la comunidad internacional para detener su programa nuclear. La ONU había fijado como fecha límite el 31 de Agosto, pero el gobierno iraní había dicho que respondería el día 22, lo que ha desató muchos rumores sobre el porqué de esa fecha y qué iba a hacer Irán en ese día. Algunos artículos comentaban incluso la posibilidad de que el gobierno iraní hiciese algún gesto de fuerza, dado que este año el citado día 22 se corresponde en el calendario islámico con el 27.º día del mes de Rayab del año 1427. Según la tradición, ésa es la noche en la que muchos musulmanes conmemoran el vuelo nocturno del profeta Mahoma a lomos del caballo alado Buraq, primero hasta la «mezquita más remota», normalmente identificada con Jerusalén, y luego hasta el cielo y de nuevo a la Tierra (ver Corán XVII.1).
Al final no pasó nada de eso. En un mensaje suave y aparentemente diplomático, Teherán desea mantener negociaciones plenas, pero no renuncia a su programa, y todo ello complementado con las aparatosas maniobras militares que desarrolla en las proximidades del golfo Pérsico, mostrando su armamento y tecnología propia. Por mucho que lo disimule, el objetivo final de este programa es hacerse, lo antes posible, con un arma nuclear, por varias razones, aunque veo dos fundamentales. La primera es para romper el equilibrio estratégico de la zona, basado en el hecho de que Israel tiene la bomba y sus enemigos no. Si Irán la adquiere nos encontraríamos en un escenario de tablas, similar al de India y Pakistán, dos potencias nucleares enfrentadas, y quién sabe si algún día sería factible usarla. La segunda es que la posesión del arma nuclear garantiza respetabilidad, aunque suene a extraño. El caso de Corea del Norte es sintomático. Aislado, cruel y totalitario, el gobierno de Corea del Norte es tratado con mimo y “cariño” por la potencias mundiales porque tiene la bomba y Seúl y Tokio a tiro. Podría decirse, simplificando mucho, que el tratar de hacerse con armas de destrucción masiva te garantiza ser atacado para que no lo consigas, y llegar a poseerlas te convierte en intocable. Eso si que es una aliciente para una peligrosa y loca carrera armamentística, en la que quizá ya nos hemos embarcado.
Por lo pronto, y creyendo que Irán va a lograr su objetivo, el tablero de la zona está convulso. La guerra a distancia protagonizada por EE.UU e Irán en territorio libanés, usando como peones a Israel y Hezbolla se ha saldado con un balance desigual, peor de lo esperado para Israel. Si pretendía ser un ensayo para un ataque preventivo contra Irán al estilo del de Irak de los ochenta el resultado ha sido decepcionante. Para colmo Hezbolla reparte más de cinco millones de dólares diarios entre los damnificados del Líbano, comprando almas y voluntades con el dinero iraní. No está jugando mal sus bazas al aparentemente pirado gobierno de ayatolás iraníes. Continuará.
Al final no pasó nada de eso. En un mensaje suave y aparentemente diplomático, Teherán desea mantener negociaciones plenas, pero no renuncia a su programa, y todo ello complementado con las aparatosas maniobras militares que desarrolla en las proximidades del golfo Pérsico, mostrando su armamento y tecnología propia. Por mucho que lo disimule, el objetivo final de este programa es hacerse, lo antes posible, con un arma nuclear, por varias razones, aunque veo dos fundamentales. La primera es para romper el equilibrio estratégico de la zona, basado en el hecho de que Israel tiene la bomba y sus enemigos no. Si Irán la adquiere nos encontraríamos en un escenario de tablas, similar al de India y Pakistán, dos potencias nucleares enfrentadas, y quién sabe si algún día sería factible usarla. La segunda es que la posesión del arma nuclear garantiza respetabilidad, aunque suene a extraño. El caso de Corea del Norte es sintomático. Aislado, cruel y totalitario, el gobierno de Corea del Norte es tratado con mimo y “cariño” por la potencias mundiales porque tiene la bomba y Seúl y Tokio a tiro. Podría decirse, simplificando mucho, que el tratar de hacerse con armas de destrucción masiva te garantiza ser atacado para que no lo consigas, y llegar a poseerlas te convierte en intocable. Eso si que es una aliciente para una peligrosa y loca carrera armamentística, en la que quizá ya nos hemos embarcado.
Por lo pronto, y creyendo que Irán va a lograr su objetivo, el tablero de la zona está convulso. La guerra a distancia protagonizada por EE.UU e Irán en territorio libanés, usando como peones a Israel y Hezbolla se ha saldado con un balance desigual, peor de lo esperado para Israel. Si pretendía ser un ensayo para un ataque preventivo contra Irán al estilo del de Irak de los ochenta el resultado ha sido decepcionante. Para colmo Hezbolla reparte más de cinco millones de dólares diarios entre los damnificados del Líbano, comprando almas y voluntades con el dinero iraní. No está jugando mal sus bazas al aparentemente pirado gobierno de ayatolás iraníes. Continuará.
miércoles, agosto 23, 2006
¿Somos todos iguales?
En este movido y apasionante agosto que nos ha tocado parece que el problema que va a conseguir la “pole”, tras el intento fallido de los incendios en Galicia y las ardides batasunas, siempre al quite, pero ya hastiantes hasta para ellos mismos, es el de la inmigración, y no sólo por el desastre de la gestión de las entradas en Canarias, que existiría la dimisión de varios dirigentes del gobierno y su permanencia durante una semana en un centro de acogida en las condiciones en las que están los recién llegados. Empiezan a aparecer, tras años de estancia soterrada, las consecuencias políticas de la presencia de nueva población, de origen extranjero, y advierto que el asunto corre el riesgo de convertirse en un polvorín.
La semana pasada, en una especie de globo sonda, el gobierno adelantó la posibilidad de que los inmigrantes regularizados y empadronados en España podrían votar en las siguientes elecciones municipales, a celebrar en Mayo de 2007, siempre que se cumpliese el principio de reciprocidad (que los españoles también puedan votar en su país). Esta propuesta recoge la idea ya expuesta por Esperanza Aguirre hace unos dos años para la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid. Yo estoy plenamente de acuerdo en que así sea, porque es población de hecho y derecho, que paga impuestos, cotiza a la Seguridad Social y consume servicios públicos. Lo lógico es que puedan votar y opinar sobre la gestión de la ciudad y país en el que viven. Pero, como era de esperar, han empezado a surgir voces en contra, provenientes principalmente de partidos nacionalistas. En este aspecto se han destacado los nacionalistas catalanes, que tienen una cita electoral el 1 de Noviembre y querrán afianzar a su electorado propio con soflamas de este tipo. Se han dicho cosas muy graves, como que sólo pueden votar aquellos que conozcan el idioma o sientan la tierra y tengan un arraigo social y cultural. Y eso ¿cómo se mide? ¿quién lo mide? Se va a crear un gabinete de inspección por parte del gobierno que sea para medir la pureza de los votantes para poder ser inscritos en el censo? No se, pero a mi esto me suena a racismo puro y duro, tan sucio y apestoso como el de los viejos tiempos.
Pero no nos debiera sorprender. Para los partidos nacionalistas, quién no es vasco puro (con Rh y tamaño de cabeza adecuado, que los hay que aún creen en la frenología), o catalán de pura cepa, etc es denominado maketo, charnego y otras lindezas despectivas. Si uno que es de Fraga, Huesca, pueblo limítrofe a Cataluña, es un apestado, qué no será un senagalés o un rumano. Que vengan los tres, y quién quiera, que trabajen, a ser posible muy explotados, que paguen impuesto y coticen, pero decidir... eso no. Que la finca tiene unos dueños de toda la vida que van a seguir siéndolo, independientemente del origen de los siervos. ¿Esto es progresismo en Europa? Cuantos émulos de Adolfo hay enmascarados en nuestra (sin)clase política, cuantos envidiarían el poner estrellitas en la solapa de los que sean acusados a su antojo..........
La semana pasada, en una especie de globo sonda, el gobierno adelantó la posibilidad de que los inmigrantes regularizados y empadronados en España podrían votar en las siguientes elecciones municipales, a celebrar en Mayo de 2007, siempre que se cumpliese el principio de reciprocidad (que los españoles también puedan votar en su país). Esta propuesta recoge la idea ya expuesta por Esperanza Aguirre hace unos dos años para la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid. Yo estoy plenamente de acuerdo en que así sea, porque es población de hecho y derecho, que paga impuestos, cotiza a la Seguridad Social y consume servicios públicos. Lo lógico es que puedan votar y opinar sobre la gestión de la ciudad y país en el que viven. Pero, como era de esperar, han empezado a surgir voces en contra, provenientes principalmente de partidos nacionalistas. En este aspecto se han destacado los nacionalistas catalanes, que tienen una cita electoral el 1 de Noviembre y querrán afianzar a su electorado propio con soflamas de este tipo. Se han dicho cosas muy graves, como que sólo pueden votar aquellos que conozcan el idioma o sientan la tierra y tengan un arraigo social y cultural. Y eso ¿cómo se mide? ¿quién lo mide? Se va a crear un gabinete de inspección por parte del gobierno que sea para medir la pureza de los votantes para poder ser inscritos en el censo? No se, pero a mi esto me suena a racismo puro y duro, tan sucio y apestoso como el de los viejos tiempos.
Pero no nos debiera sorprender. Para los partidos nacionalistas, quién no es vasco puro (con Rh y tamaño de cabeza adecuado, que los hay que aún creen en la frenología), o catalán de pura cepa, etc es denominado maketo, charnego y otras lindezas despectivas. Si uno que es de Fraga, Huesca, pueblo limítrofe a Cataluña, es un apestado, qué no será un senagalés o un rumano. Que vengan los tres, y quién quiera, que trabajen, a ser posible muy explotados, que paguen impuesto y coticen, pero decidir... eso no. Que la finca tiene unos dueños de toda la vida que van a seguir siéndolo, independientemente del origen de los siervos. ¿Esto es progresismo en Europa? Cuantos émulos de Adolfo hay enmascarados en nuestra (sin)clase política, cuantos envidiarían el poner estrellitas en la solapa de los que sean acusados a su antojo..........
martes, agosto 22, 2006
Trenes tristes
Mal día el de ayer para el sector ferroviario. Al grave accidente de El Cairo, en el que murieron más de treinta personas se sumó, por la tarde, un descarrilamiento de un TALGO a al entrada de la estación de Villada, con el triste balance de seis muertos. Yo me enteré cuando llegué a casa, y me preocupé, porque un amigo mío tiene familia allí y veranea todos los años en ese pueblo de Palencia. No le había pasado nada, aunque ya me comentó que el espectáculo no era nada edificante. Destrozos, ambulancias, helicópteros... la parafernalia habitual en estas ocasiones. Luego llegaron las televisiones y era curioso ver como se cruzaban las líneas de imagen y sonido desde la playa de vías con los vagones reventados al fondo.
Hay muchos factores en los que fijarse en una accidente de este tipo. La causalidad, el hecho de que unos se salven y otros no, el típico hombre que se baja en la estación anterior y se salva, mientras que su compañera de asiento fallece (que en esta ocasión ha sucedido), el preguntarse porqué me ha pasado a mi y porqué no a otro, etc. Pero entre todos estos asuntos me quedo con el del nombre de Villada, el pueblo. A partir de ahora esta localidad se va a ver asociada a esa desgracia. Unirá su nombre en una retahíla de sitios marcados pro los accidentes: Valencia y el metro, Chinchilla y el tren hace tres años, Torreblanca y Golmago por los autobuses hace unos cuantos más, y así si descanso. Hasta ayer poca gente, exceptuando a los lugareños y amigos conocían Villada, y el nombre no les sonaba de nada. A partir de ahora el puente de Villada contra el que se la dio el TALGO se hará, lamentablemente, famoso, y el 21 de Agosto de 2007 tendrá lugar allí una ceremonia de recuerdo del primer aniversario del accidente, con el alcalde y familiares de las víctimas, y ese día quedara empañado en la memoria.
Dentro de muchos años los viejecitos recordarán como en el cálido, y a veces refrescante, agosto de 2006 un tren se salió en ese punto y se mató gente, y el pueblo apareció en la tele, y los periódicos se llenaron de mapas de esos en los que se sitúan las localidades para que los que vivan en al capital y se hayan olvidado de que hay cosas fuera de su barrio o circunvalación sepan donde se encuentra el lugar del accidente. Con el tiempo el recuerdo se desvanecerá, porque todo lo cura el paso del reloj, pero este 2006 ha hecho famoso a Villada por motivos nada agradables. Una pena que así sea, pero que se repite demasiado a menudo en muchos pueblos en torno al verano.
Hay muchos factores en los que fijarse en una accidente de este tipo. La causalidad, el hecho de que unos se salven y otros no, el típico hombre que se baja en la estación anterior y se salva, mientras que su compañera de asiento fallece (que en esta ocasión ha sucedido), el preguntarse porqué me ha pasado a mi y porqué no a otro, etc. Pero entre todos estos asuntos me quedo con el del nombre de Villada, el pueblo. A partir de ahora esta localidad se va a ver asociada a esa desgracia. Unirá su nombre en una retahíla de sitios marcados pro los accidentes: Valencia y el metro, Chinchilla y el tren hace tres años, Torreblanca y Golmago por los autobuses hace unos cuantos más, y así si descanso. Hasta ayer poca gente, exceptuando a los lugareños y amigos conocían Villada, y el nombre no les sonaba de nada. A partir de ahora el puente de Villada contra el que se la dio el TALGO se hará, lamentablemente, famoso, y el 21 de Agosto de 2007 tendrá lugar allí una ceremonia de recuerdo del primer aniversario del accidente, con el alcalde y familiares de las víctimas, y ese día quedara empañado en la memoria.
Dentro de muchos años los viejecitos recordarán como en el cálido, y a veces refrescante, agosto de 2006 un tren se salió en ese punto y se mató gente, y el pueblo apareció en la tele, y los periódicos se llenaron de mapas de esos en los que se sitúan las localidades para que los que vivan en al capital y se hayan olvidado de que hay cosas fuera de su barrio o circunvalación sepan donde se encuentra el lugar del accidente. Con el tiempo el recuerdo se desvanecerá, porque todo lo cura el paso del reloj, pero este 2006 ha hecho famoso a Villada por motivos nada agradables. Una pena que así sea, pero que se repite demasiado a menudo en muchos pueblos en torno al verano.
lunes, agosto 21, 2006
Reunión de números
Mañana empieza en Madrid un congreso internacional de Matemáticos, que durará hasta el Miércoles 30 de Agosto. Su web explica los temas que se van a tratar allí y los participantes en este encuentro, que se intuye apasionante y denso. En medio de agosto, con la poca neurona del personal recalentada con los calores y las canciones del verano, un grupo de seres (muy) inteligentes se reúnen para debatir sobre serios y controvertidos asuntos y, ya de paso, agasajarse con premios, porque no es que abunden las concesiones a los matemáticos de títulos de hijo pródigo del pueblo XXX o la medalla honoraria de la Comunidad Autónoma ZZZ. No, ellos deben premiarse a si mismos si esperan recibir un galardón que emule al óscar de cine.
Uno de lo premiados puede ser un señor ruso llamado Grigory Perelman. Al parecer este individuo ha resuelto la denominada “Conjetura de Poincaré” problema planteado por el famosos matemático francés referido a cuestiones topológicas y de dimensiones de los espacios, que afecta notablemente a la concepción del universo y su forma. En definitiva, algo que parece muy complicado y que, huelga decirlo, se me escapa por completo en su comprensión y sentido. El señor Perelman parece ser un individuo algo extraño, a tenor de lo publicado en los medios, y no se sabe ni si, de aparecer por el congreso, se dignará a recoger su premio. Al parecer el señor se ha desilusionado del mundo de las matemáticas, quizás porque se haya dado cuenta de lo oscuro y mezquino que puede ser el mundo de la investigación, la docencia y el estudio profesional, casi como el resto de mundos laborales, y una vez solucionado el teorema, que se había convertido en una especie de reto personal, no se sabe que va a ser de él, si va a seguir investigando, o si se retirará en su casa, un dacha de Crimea para que todo tenga un aire muy soviético, y desde allí dejará pasar los días sin otro afán. Quizás el congreso sirva para que se replantee sus ideas y encauce su vida hacia otros retos numéricos.
Si, definitivamente, el señor Perelman abandona el mundo matemático, aprovechando que pasa por Madrid, podría contratarle el gobierno. No vendría mal una mente como esta para dar clases en alguna Universidad o en un centro de investigación avanzado (bueno, cosas como esa última no hay por aquí, pero se podría aprovechar la coyuntura para crearla). Si se pone testarudo y no quiere saber nada de número ni álgebras, podría ser contratado como asesor presidencial para asuntos tan baladíes como el proceso de negociación con ETA, la inmigración o la sequía, temas en los que su cerebro brillaría casi sin competencia, porque me temo que no hay nadie en España pensando que hacer para solucionar estos frentes, y otros muchos. Felicidades por su premio, señor Perelman.
Uno de lo premiados puede ser un señor ruso llamado Grigory Perelman. Al parecer este individuo ha resuelto la denominada “Conjetura de Poincaré” problema planteado por el famosos matemático francés referido a cuestiones topológicas y de dimensiones de los espacios, que afecta notablemente a la concepción del universo y su forma. En definitiva, algo que parece muy complicado y que, huelga decirlo, se me escapa por completo en su comprensión y sentido. El señor Perelman parece ser un individuo algo extraño, a tenor de lo publicado en los medios, y no se sabe ni si, de aparecer por el congreso, se dignará a recoger su premio. Al parecer el señor se ha desilusionado del mundo de las matemáticas, quizás porque se haya dado cuenta de lo oscuro y mezquino que puede ser el mundo de la investigación, la docencia y el estudio profesional, casi como el resto de mundos laborales, y una vez solucionado el teorema, que se había convertido en una especie de reto personal, no se sabe que va a ser de él, si va a seguir investigando, o si se retirará en su casa, un dacha de Crimea para que todo tenga un aire muy soviético, y desde allí dejará pasar los días sin otro afán. Quizás el congreso sirva para que se replantee sus ideas y encauce su vida hacia otros retos numéricos.
Si, definitivamente, el señor Perelman abandona el mundo matemático, aprovechando que pasa por Madrid, podría contratarle el gobierno. No vendría mal una mente como esta para dar clases en alguna Universidad o en un centro de investigación avanzado (bueno, cosas como esa última no hay por aquí, pero se podría aprovechar la coyuntura para crearla). Si se pone testarudo y no quiere saber nada de número ni álgebras, podría ser contratado como asesor presidencial para asuntos tan baladíes como el proceso de negociación con ETA, la inmigración o la sequía, temas en los que su cerebro brillaría casi sin competencia, porque me temo que no hay nadie en España pensando que hacer para solucionar estos frentes, y otros muchos. Felicidades por su premio, señor Perelman.
viernes, agosto 18, 2006
Éramos pocos......
Gracias a que es Agosto y la presión informativa disminuye (en teoría) ayer se produjo un milagro. Los periódicos españoles abrieron sus portadas con una noticia de ciencia. Sí, es difícil de creer, pero es cierto. La causa es la reunión que la Unión Astronómica Internacional (UAI) está desarrollando en Praga y la nueva definición de planeta que se quiere adoptar, que, si se lleva a cabo, va a cambiar las dimensiones de nuestro Sistema Solar, haciendo que aparezcan tres nuevos vecinos, por lo que deberemos aprendernos nuevamente al lista de planetas, una de las pocas cosas que no se veían afectadas por los cambios de gobierno en el material escolar.
El Sistema Solar clásico se componía de nueve planetas distribuidos en tres grupos. Por un lado estaban Mercurio, Venus, Tierra y Marte, pequeños, cercanos al Sol y rocosos. Tras ellos se situaban Júpiter, Saturno y Urano, mucho más distantes, enormes y gaseosos. Tanto es así que Júpiter es una desproporción en al escala de planetas locales. Es enorme, y de serlo un poco más pudiera haberse encendido y convertirse en algo similar a un minisol. De hecho, su tamaño y gravedad asociada impidieron la formación de un quinto planeta rocoso entre él y Marte, motivo por el que se encuentra en esa posición el llamado cinturón de asteroides, conjunto de fragmentos pétreos no amalgamados y que forman una banda divisoria entre los dos grupos. Finalmente, al fondo, se encuentran Neptuno y Plutón, mundos helados y oscuros, éste último con una trayectoria errática que siempre le ha colocado al borde de su descatalogación como planeta. Pues bien, a todo este conglomerado se pueden sumar tres nuevos compañeros: Ceres, situado a 414 millones de kilómetros del sol, entre Marte y el cinturón de asteroides, Caronte, a unos 6.000 millones de kilómetros del sol; más allá de Plutón y 2003-UBS313, más conocido como Xena, al fondo del todo, donde la cola casi da la vuelta.
Es cierto que resulta un poco arbitrario el hecho de definir un planeta por cuestiones numéricas. ¿Por qué 800 kilómetros de diámetro sí y no 700? La cuestión es que en alguna parte hay que poner un límite, en este y en otros conceptos, y con la nueva definición estos objetos entrarían a formar parte del conglomerado. La página web de la UAI está muy bien, y tiene mucha información al respecto de una cuestión tan interesante. Recordemos que ya hoy no aparecerá en portada. Para los interesados, afortunadamente esta organización es algo seria para lo que se estila últimamente, y no se puede votar por SMS para que Xena sea un planeta o para sacar del Sistema Solar a Plutón, nominado ya en ocasiones anteriores para dejarnos.
El Sistema Solar clásico se componía de nueve planetas distribuidos en tres grupos. Por un lado estaban Mercurio, Venus, Tierra y Marte, pequeños, cercanos al Sol y rocosos. Tras ellos se situaban Júpiter, Saturno y Urano, mucho más distantes, enormes y gaseosos. Tanto es así que Júpiter es una desproporción en al escala de planetas locales. Es enorme, y de serlo un poco más pudiera haberse encendido y convertirse en algo similar a un minisol. De hecho, su tamaño y gravedad asociada impidieron la formación de un quinto planeta rocoso entre él y Marte, motivo por el que se encuentra en esa posición el llamado cinturón de asteroides, conjunto de fragmentos pétreos no amalgamados y que forman una banda divisoria entre los dos grupos. Finalmente, al fondo, se encuentran Neptuno y Plutón, mundos helados y oscuros, éste último con una trayectoria errática que siempre le ha colocado al borde de su descatalogación como planeta. Pues bien, a todo este conglomerado se pueden sumar tres nuevos compañeros: Ceres, situado a 414 millones de kilómetros del sol, entre Marte y el cinturón de asteroides, Caronte, a unos 6.000 millones de kilómetros del sol; más allá de Plutón y 2003-UBS313, más conocido como Xena, al fondo del todo, donde la cola casi da la vuelta.
Es cierto que resulta un poco arbitrario el hecho de definir un planeta por cuestiones numéricas. ¿Por qué 800 kilómetros de diámetro sí y no 700? La cuestión es que en alguna parte hay que poner un límite, en este y en otros conceptos, y con la nueva definición estos objetos entrarían a formar parte del conglomerado. La página web de la UAI está muy bien, y tiene mucha información al respecto de una cuestión tan interesante. Recordemos que ya hoy no aparecerá en portada. Para los interesados, afortunadamente esta organización es algo seria para lo que se estila últimamente, y no se puede votar por SMS para que Xena sea un planeta o para sacar del Sistema Solar a Plutón, nominado ya en ocasiones anteriores para dejarnos.
jueves, agosto 17, 2006
Supervivientes
Tras voraces incendios como los habidos en Galicia la semana pasada se pregunta uno qué es lo que puede sobrevivir a semejante destrucción, qué no se ve afectado, dando por sentado que algo ha salido vivo de allí, y huelga decir que no han sido los árboles. Pues, como en todas las cosas de la vida, hay seres que no se ven muy afectados por estos desastres. Es más, parecen ser grandes beneficiarios. Y no estoy pensando en constructores, madereros y gerentes de papeleras, no, hablo de alimañas más pequeñas en tamaño, pero no en codicia y falta de escrúpulos. Lamentablemente lo pude descubrir ayer muy cerca de mi casa.
Allí, al lado del jardín anexo a mi bloque, cruzando la carretera, se extiende una hondonada abandonada circundada por un camino polvoriento que desemboca en una especie de colina artificial, probablemente creada en el momento de la edificación del barrio con restos de escombros y excavaciones. Si se sube uno a la colina (y no se cae) se ve un paisaje de Madrid bastante bonito, amplio y sugerente. Todo el terreno está lleno de matorral y hierbas altas, que se han secado en este tórrido verano. Ayer por la tarde fui para ver si se acercaban nubes y, horror, todo estaba chamuscado. Al parecer alguien, durante el puente, había prendido fuego a la colina y a parte de la hondonada, y aunque los caminos quedaban libres, el resto estaba negruzco, arrasado y plano, con apenas algún esbozo de árbol asomando e medio del erial. Me dio mucha pena verlo así, aunque es cierto que no había nada de gran valor ecológico que unas pocas lluvias (si caen algún día) no pueda hacer brotar de nuevo. La cuestión es que, ante la falta de nubes entrantes, mire a mi alrededor, pensé en lo de los fuegos y los supervivientes y allí, en medio del erial no encontré uno, sino miles de ellos. Miles de enormes y afanadas hormigas.
Sí, hormigas. Decenas de hormigueros afloraban a la luz en los caminos y sus laterales, y ejércitos de hormigas salían de las cenizas portando ramas chamuscadas y otras cosas igualmente desagradables y aparentemente inútiles. Me asombró un hormiguero en el que los individuos, dotados de un enorme culo rojo (no conozco mucho al morfología de una hormiga, pero aquellas eran muy grandes) habían diseccionado una especie de piña y cada uno llevaba unos tirabuzones, como si fuesen espirales de pasta. Había un trajín en el hormiguero semejante al que puede haber ahora en Benidorm, y era evidente que, bajo tierra, había una fiesta enorme, celebrando la cosecha y, como diría el general hormiga, el nuevo terreno ganado por nosotros, los insectos, a esa especie de bichos grandes de la superficie, que van destruyendo su territorio y nos lo regalan.
Allí, al lado del jardín anexo a mi bloque, cruzando la carretera, se extiende una hondonada abandonada circundada por un camino polvoriento que desemboca en una especie de colina artificial, probablemente creada en el momento de la edificación del barrio con restos de escombros y excavaciones. Si se sube uno a la colina (y no se cae) se ve un paisaje de Madrid bastante bonito, amplio y sugerente. Todo el terreno está lleno de matorral y hierbas altas, que se han secado en este tórrido verano. Ayer por la tarde fui para ver si se acercaban nubes y, horror, todo estaba chamuscado. Al parecer alguien, durante el puente, había prendido fuego a la colina y a parte de la hondonada, y aunque los caminos quedaban libres, el resto estaba negruzco, arrasado y plano, con apenas algún esbozo de árbol asomando e medio del erial. Me dio mucha pena verlo así, aunque es cierto que no había nada de gran valor ecológico que unas pocas lluvias (si caen algún día) no pueda hacer brotar de nuevo. La cuestión es que, ante la falta de nubes entrantes, mire a mi alrededor, pensé en lo de los fuegos y los supervivientes y allí, en medio del erial no encontré uno, sino miles de ellos. Miles de enormes y afanadas hormigas.
Sí, hormigas. Decenas de hormigueros afloraban a la luz en los caminos y sus laterales, y ejércitos de hormigas salían de las cenizas portando ramas chamuscadas y otras cosas igualmente desagradables y aparentemente inútiles. Me asombró un hormiguero en el que los individuos, dotados de un enorme culo rojo (no conozco mucho al morfología de una hormiga, pero aquellas eran muy grandes) habían diseccionado una especie de piña y cada uno llevaba unos tirabuzones, como si fuesen espirales de pasta. Había un trajín en el hormiguero semejante al que puede haber ahora en Benidorm, y era evidente que, bajo tierra, había una fiesta enorme, celebrando la cosecha y, como diría el general hormiga, el nuevo terreno ganado por nosotros, los insectos, a esa especie de bichos grandes de la superficie, que van destruyendo su territorio y nos lo regalan.
miércoles, agosto 16, 2006
1, 2, 3, ...... N
Ya de vuelta, tras un puente tranquilo, nuboso y algo frío en el norte, está claro que el mundo es un lugar de extrañas y curiosas situaciones todas enlazadas, unidas en esta red real que discurre paralela a la virtual que denominamos Internet. A cuenta de los afortunadamente frustrados atentados de Londres de la semana pasada, compré el viernes unos cuantos periódicos ingleses, para intentar ver como reflejaban la situación. Pero, obviamente, hablaban de más cosas. Uno de ellos tenía lo que a mi me pareció un sorprendente artículo sobre la adicción de la autora del texto a los zapatos, pero tras su lectura y una breve encuesta a mi alrededor mi asombro se vio sustituido por el estupor.
El dato de partida era que una de cada dos mujeres británicas posee al menos 30 pares de zapatos (se incluyen aquí zapatos, botas, chancletas y cualquier cosa que se pueda sacar a la calle). A mi la cifra me pareció desorbitada, aunque no a la autora, poseedora de 500 pares. Lo que ya me sorprendió del todo es que, comentándolo entre mis amistades, resulta que las chicas a las que se lo pregunté no bajaban de 20, habiendo una pareja que alcanzaba la cota de 40 cada uno!!! Extasiado estaba yo, pensando no sólo la cantidad de dinero que hay que gastarse para tener 40 pares de zapatos, sino también todo el espacio que ocupan. Desde luego en un piso pequeñito como el mío, si tienes toda esa zapatería ya puede empezar a tirar la cama y otros enseres por la ventana. En fin, que el artículo reflejaba una realidad que no es tan fantasiosa ni británica como me parecía, sino que se da en muchas partes, incluso aquí. Ahora empiezo a comprender como es que hay una zapatería en cada esquina y que ninguna quiebra, estando todas a rebosar de clientes ávidos de nuevos modelos. Incluso algunas tiendas de ropa tienen que cerrar, pero zapaterías cerradas es algo inaudito.
Y es que esto de los zapatos es algo curioso, la verdad. Los hay que, aparte de los obvios, se los compran por un motivo diríase fetichista, bien por acumulación o por que le llaman al atención o porque, aunque la moda sea horrible e incómoda, hay que llevarla. No voy a negar que todos tenemos nuestras preferencias al respecto, y yo también tengo modelos que me gustan más o menos, especialmente más si los llevan puestos ellas, claro, pero la cifra de 30 me desborda, me inunda, especialmente ayer, cuando llegué de vuelta del puente a mi casita y vi las habitaciones y me las imaginé llenas de cajas de zapatos. Pesadilla algo morbosa, quizás, pero menuda pesadilla.
El dato de partida era que una de cada dos mujeres británicas posee al menos 30 pares de zapatos (se incluyen aquí zapatos, botas, chancletas y cualquier cosa que se pueda sacar a la calle). A mi la cifra me pareció desorbitada, aunque no a la autora, poseedora de 500 pares. Lo que ya me sorprendió del todo es que, comentándolo entre mis amistades, resulta que las chicas a las que se lo pregunté no bajaban de 20, habiendo una pareja que alcanzaba la cota de 40 cada uno!!! Extasiado estaba yo, pensando no sólo la cantidad de dinero que hay que gastarse para tener 40 pares de zapatos, sino también todo el espacio que ocupan. Desde luego en un piso pequeñito como el mío, si tienes toda esa zapatería ya puede empezar a tirar la cama y otros enseres por la ventana. En fin, que el artículo reflejaba una realidad que no es tan fantasiosa ni británica como me parecía, sino que se da en muchas partes, incluso aquí. Ahora empiezo a comprender como es que hay una zapatería en cada esquina y que ninguna quiebra, estando todas a rebosar de clientes ávidos de nuevos modelos. Incluso algunas tiendas de ropa tienen que cerrar, pero zapaterías cerradas es algo inaudito.
Y es que esto de los zapatos es algo curioso, la verdad. Los hay que, aparte de los obvios, se los compran por un motivo diríase fetichista, bien por acumulación o por que le llaman al atención o porque, aunque la moda sea horrible e incómoda, hay que llevarla. No voy a negar que todos tenemos nuestras preferencias al respecto, y yo también tengo modelos que me gustan más o menos, especialmente más si los llevan puestos ellas, claro, pero la cifra de 30 me desborda, me inunda, especialmente ayer, cuando llegué de vuelta del puente a mi casita y vi las habitaciones y me las imaginé llenas de cajas de zapatos. Pesadilla algo morbosa, quizás, pero menuda pesadilla.
viernes, agosto 11, 2006
Por los pelos....
De la que nos hemos librado...A medida que se fueron conociendo ayer los primeros datos sobre el complot terrorista desarticulado por la policía británica el miedo y la congoja corrieron por todas partes. La idea de que varios aviones, hasta una docena llegó a decirse, fuesen a ser detonados en pleno vuelo, era digna de una pesadilla. Si se trataba de vuelos trasatlánticos, como se decía, a una media de más de 200 personas por aparto, las cifras de muertos hubiesen sido difícilmente soportables, por no hablar del desastre aéreo, económico y social que se habría desatado. Y todo en vísperas de otro maldito día 11.
Ante hechos como el de ayer es duro y complicado hacer reflexiones, pero es mejor callarse antes que equivocarse por completo, cosa que volvieron a hacer los responsables españoles. Por poner un ejemplo representativo del estrecho pensamiento que nos rodea, ayer Lorenzo Milá, en el Telediario 2 de TVE dijo que “Estado Unidos y Reino Unido siguen en el punto de mira de los terroristas”. Pues no, no. TODOS, así, en mayúscula, seguimos en el punto de mira de los terroristas. Dudo mucho que en los vuelos que salían ayer de Heathrow no hubiese españoles, finlandeses, austriacos, franceses, y ponga aquí cuantas nacionalidades desee. Lo que Al Queda, muy probable creador de esta trama, pretendía ayer, como siempre, era golpear a Occidente. A esa entelequia de la que formamos parte, nos guste (que nos encanta, aunque sea políticamente correcto decir que lo ideamos) o no. Siguen pensando muchos en España que la mejor política es la del apaciguamiento, la de la cesión, la de las concesiones semánticas, sociales y culturales, pero no aprendemos del pasado. El apaciguamiento sólo fortalece a los terroristas. Recomendaría a los que no lo hayan hecho que lean los capítulos de la Biografía de Hitler, de Ian Kershaw, o los correspondientes a “La Guerra que Había que Ganar” de Williamson Murray y Allan Millet, referidos al pacto de Munich de 1938, de Alemania con Francia e Inglaterra, de lo que opinaba el ejército alemán de los claudicantes que tenían en frente. Ilustrativo, y algo que nunca debiera olvidarse.
Es duro, pero seguimos en guerra. Hoy, 11 de Agosto, es una fecha a un mes del quinto aniversario de la caída de las torres, el inicio “oficial” de esta extraña guerra, pero horrible como todas. Hoy toca felicitar con toda la alegría del mundo a la policía y servicios secretos británicos, que nos han salvado de este bombardeo. Habrá otras ocasiones en las que no lleguemos a tiempo, y tengamos que sufrir y llorar mucho, pero esta vez nos hemos salvado. Eso sí, lectores míos, no se vosotros, pero yo, cada vez que se acerque un día 11 empezaré a preocuparme. Aún hay 9 meses con sus días 11 libres, en esta paranoica secuencia de atentados y horror, en esta tercera guerra mundial que pudiera ser bautizada de manera alternativa como la “Guerra de los 11”
Ante hechos como el de ayer es duro y complicado hacer reflexiones, pero es mejor callarse antes que equivocarse por completo, cosa que volvieron a hacer los responsables españoles. Por poner un ejemplo representativo del estrecho pensamiento que nos rodea, ayer Lorenzo Milá, en el Telediario 2 de TVE dijo que “Estado Unidos y Reino Unido siguen en el punto de mira de los terroristas”. Pues no, no. TODOS, así, en mayúscula, seguimos en el punto de mira de los terroristas. Dudo mucho que en los vuelos que salían ayer de Heathrow no hubiese españoles, finlandeses, austriacos, franceses, y ponga aquí cuantas nacionalidades desee. Lo que Al Queda, muy probable creador de esta trama, pretendía ayer, como siempre, era golpear a Occidente. A esa entelequia de la que formamos parte, nos guste (que nos encanta, aunque sea políticamente correcto decir que lo ideamos) o no. Siguen pensando muchos en España que la mejor política es la del apaciguamiento, la de la cesión, la de las concesiones semánticas, sociales y culturales, pero no aprendemos del pasado. El apaciguamiento sólo fortalece a los terroristas. Recomendaría a los que no lo hayan hecho que lean los capítulos de la Biografía de Hitler, de Ian Kershaw, o los correspondientes a “La Guerra que Había que Ganar” de Williamson Murray y Allan Millet, referidos al pacto de Munich de 1938, de Alemania con Francia e Inglaterra, de lo que opinaba el ejército alemán de los claudicantes que tenían en frente. Ilustrativo, y algo que nunca debiera olvidarse.
Es duro, pero seguimos en guerra. Hoy, 11 de Agosto, es una fecha a un mes del quinto aniversario de la caída de las torres, el inicio “oficial” de esta extraña guerra, pero horrible como todas. Hoy toca felicitar con toda la alegría del mundo a la policía y servicios secretos británicos, que nos han salvado de este bombardeo. Habrá otras ocasiones en las que no lleguemos a tiempo, y tengamos que sufrir y llorar mucho, pero esta vez nos hemos salvado. Eso sí, lectores míos, no se vosotros, pero yo, cada vez que se acerque un día 11 empezaré a preocuparme. Aún hay 9 meses con sus días 11 libres, en esta paranoica secuencia de atentados y horror, en esta tercera guerra mundial que pudiera ser bautizada de manera alternativa como la “Guerra de los 11”
jueves, agosto 10, 2006
Agua en medio del fuego
La verdad es que ver las noticias esta semana de Agosto se está convirtiendo en algo deprimente: Los fuegos de Galicia no cesan y, para empeorar, ahora aparecen los políticos para echarse las brasas, la reserva de agua cae sin freno y sin remedio mientras luce un sol de justicia y no llueve, los bañistas huyen de las playas por unas simpáticas medusas que tienen la manía de picar y hacer daño, la guerra en el Líbano no cesa y los cohetes y bombardeos atronan en medio de poblaciones indefensas. Ojala fuese cierto eso de que en Agosto no hay noticias, y todo esto se acabase.
Pero siempre hay luz en la oscuridad, o agua en medio de las brasas. Al fundación de Hill y Melina Gates ha donado 500 millones de dólares al fondo de la ONU contra el SIDA y la malaria, en lo que se ha convertido en la mayor donación privada de la historia a la ONU. La actitud de los Gates, Bill ya ha dicho que va a dejar Microsoft para centrarse en la fundación, es extraña vista desde nuestra óptica, pero no desde la clásica filantropía norteamericana. Allí es muy típico que los millonarios, cunado se acerca el ocaso de sus carreras, empiecen a crear fundaciones, centros de estudio, o donen dinero a causas sociales o culturales. Getty, Guggenheim, Rockefeller, Smithson, etc son varias las figuras que han actuado de esa manera, logrando revertir así a la sociedad parte del dinero obtenido de la misma, quién sabe bien como. En España esto es muy raro, casi extravagante. Incluso se publica en los periódicos como noticia que alguien haya legado su dinero a la biblioteca de su pueblo o cosas así, mientras que no es raro que un viejecito muera con miles (o millones) de euros en su cuenta corriente mientras vivía de la indigencia. Quizás uno de los caos españoles más significativo sea el de la Fundación Areces, creada por Ramón Areces, fundador del imperio de El Corte Inglés. Como beneficiarios, los españoles podemos disfrutar de al colección Thyssen, aunque en su origen era alemana, pero, lamentablemente, son excepciones.
Aquí lo que se lleva es el tío rico de toda la vida. Hortera, crápula, forrado, deseando ostentar su dinero y haciendo alarde de un mal gusto y una incultura vergonzosa, siendo la personificación de C. Montgomery Burns, de Los Sipmson. Los dos últimos ejemplos son la ostentación de Juan Antonio Roca, el marbellí más rico del mundo, con sus Mirós en el baño y sus fieras disecadas en una casa digna de derribo por su horrible gusto, y la puesta en sociedad de Paco, El Pocero de Seseña, en su yate, el mayor de bandera española, regodeándose en la especulación y el robo efectuado en el secarral toledano. No esperen de estos individuos fundaciones, becas, ayudas a la investigación o arte para el público, no. Como mucho, arte para el escaqueo. Estos ricos sí que son autóctonos.
Pero siempre hay luz en la oscuridad, o agua en medio de las brasas. Al fundación de Hill y Melina Gates ha donado 500 millones de dólares al fondo de la ONU contra el SIDA y la malaria, en lo que se ha convertido en la mayor donación privada de la historia a la ONU. La actitud de los Gates, Bill ya ha dicho que va a dejar Microsoft para centrarse en la fundación, es extraña vista desde nuestra óptica, pero no desde la clásica filantropía norteamericana. Allí es muy típico que los millonarios, cunado se acerca el ocaso de sus carreras, empiecen a crear fundaciones, centros de estudio, o donen dinero a causas sociales o culturales. Getty, Guggenheim, Rockefeller, Smithson, etc son varias las figuras que han actuado de esa manera, logrando revertir así a la sociedad parte del dinero obtenido de la misma, quién sabe bien como. En España esto es muy raro, casi extravagante. Incluso se publica en los periódicos como noticia que alguien haya legado su dinero a la biblioteca de su pueblo o cosas así, mientras que no es raro que un viejecito muera con miles (o millones) de euros en su cuenta corriente mientras vivía de la indigencia. Quizás uno de los caos españoles más significativo sea el de la Fundación Areces, creada por Ramón Areces, fundador del imperio de El Corte Inglés. Como beneficiarios, los españoles podemos disfrutar de al colección Thyssen, aunque en su origen era alemana, pero, lamentablemente, son excepciones.
Aquí lo que se lleva es el tío rico de toda la vida. Hortera, crápula, forrado, deseando ostentar su dinero y haciendo alarde de un mal gusto y una incultura vergonzosa, siendo la personificación de C. Montgomery Burns, de Los Sipmson. Los dos últimos ejemplos son la ostentación de Juan Antonio Roca, el marbellí más rico del mundo, con sus Mirós en el baño y sus fieras disecadas en una casa digna de derribo por su horrible gusto, y la puesta en sociedad de Paco, El Pocero de Seseña, en su yate, el mayor de bandera española, regodeándose en la especulación y el robo efectuado en el secarral toledano. No esperen de estos individuos fundaciones, becas, ayudas a la investigación o arte para el público, no. Como mucho, arte para el escaqueo. Estos ricos sí que son autóctonos.
miércoles, agosto 09, 2006
Incendios por doquier
Menos mal que llevábamos una temporada tranquila...... hasta el pasado viernes 4 se había quemado menos superficie que en años anteriores y sin desastres como el de Guadalajara, y vino a comentarlo la Ministra Narbona y se armó la de San Quintín. Galicia arde por todas partes, sin control, sin solución aparente, con frentes ratifícales creados pro pirómanos locos o por profesionales de la brasa, que son incontrolables debido a la sequedad y a un viento que parece salir del infierno. Un enorme desastre, que alguno pensó que sólo podía ser paliado por quines hablan gallego.
Mi experiencia con los incendios forestales es, afortunadamente, muy escasa. Los mayores que yo haya visto fueron, sin duda, los de Diciembre de 1990, que destruyeron gran parte de los pinares que rodean Elorrio. De hecho se produjeron escenas similares en la carretera de Elorrio a Durango como las que ahora se ven en la tele, con lenguas de fuego lamiendo el asfalto y cuadrillas impotentes, frente a pinos resinosos, que ardían mejor que la gasolina, y un viento sur implacable que no cesó en tres días. Durante mucho tiempo me fijaba, camino a la Universidad, en las faldas que bordean las curvas de Apata, peladas, repobladas nuevamente de pino, viendo la exasperante lentitud con la que los brotes cogían fuerza y empezaban a cubrir de verdor intenso unas lomas en las que algo de hierba asomaba entre las calvas. Hoy en día ese pinar ya tiene sus dieciséis años y no le quedará mucho para ser talada y, muy probablemente, mandado a la papelera. Pese al desastre, el hecho de tener un clima húmedo contribuyó a que el verdor retornase más rápido que en zonas como Guadalajara, donde dudo mucho que el desastre de Saelices del año pasado pueda ser remediado por la naturaleza en un plazo no inferior a los cincuenta años.
Ahora lo importante es apagar los fuegos, devolver la tranquilidad a unas poblaciones asustadas, indefensas, y cercadas por un enorme enemigo. Ya vendrá el tiempo de exigir responsabilidades, que, como siempre, no se ofrecerán ni se penalizarán. Todos los gobiernos habrán actuado adecuadamente y la culpa será de la gente por vivir cerca del bosque (algún delegado del gobierno infecto dijo esas cosas el Lunes 7). Se hará una comisión autoexculpatoria y se acabó. Eso sí, en esa comisión todo el mundo hablará gallego y será realidad nacional. Todo esto es ironía (¿o no??), claro, pero creo que a veces este país se merece los desastres que sufre, porque los alienta, no los evita, no busca las causas, no castiga a los culpables y sólo sabe mirarse en un ombligo cada vez más llenos de memez nacionalista y cateta. Acabaremos disputándonos la posesión de un páramo de cenizas. Goya ya se lo temía.
Mi experiencia con los incendios forestales es, afortunadamente, muy escasa. Los mayores que yo haya visto fueron, sin duda, los de Diciembre de 1990, que destruyeron gran parte de los pinares que rodean Elorrio. De hecho se produjeron escenas similares en la carretera de Elorrio a Durango como las que ahora se ven en la tele, con lenguas de fuego lamiendo el asfalto y cuadrillas impotentes, frente a pinos resinosos, que ardían mejor que la gasolina, y un viento sur implacable que no cesó en tres días. Durante mucho tiempo me fijaba, camino a la Universidad, en las faldas que bordean las curvas de Apata, peladas, repobladas nuevamente de pino, viendo la exasperante lentitud con la que los brotes cogían fuerza y empezaban a cubrir de verdor intenso unas lomas en las que algo de hierba asomaba entre las calvas. Hoy en día ese pinar ya tiene sus dieciséis años y no le quedará mucho para ser talada y, muy probablemente, mandado a la papelera. Pese al desastre, el hecho de tener un clima húmedo contribuyó a que el verdor retornase más rápido que en zonas como Guadalajara, donde dudo mucho que el desastre de Saelices del año pasado pueda ser remediado por la naturaleza en un plazo no inferior a los cincuenta años.
Ahora lo importante es apagar los fuegos, devolver la tranquilidad a unas poblaciones asustadas, indefensas, y cercadas por un enorme enemigo. Ya vendrá el tiempo de exigir responsabilidades, que, como siempre, no se ofrecerán ni se penalizarán. Todos los gobiernos habrán actuado adecuadamente y la culpa será de la gente por vivir cerca del bosque (algún delegado del gobierno infecto dijo esas cosas el Lunes 7). Se hará una comisión autoexculpatoria y se acabó. Eso sí, en esa comisión todo el mundo hablará gallego y será realidad nacional. Todo esto es ironía (¿o no??), claro, pero creo que a veces este país se merece los desastres que sufre, porque los alienta, no los evita, no busca las causas, no castiga a los culpables y sólo sabe mirarse en un ombligo cada vez más llenos de memez nacionalista y cateta. Acabaremos disputándonos la posesión de un páramo de cenizas. Goya ya se lo temía.
martes, agosto 08, 2006
Mundo subterráneo
¡Qué grande es Juan Manuel de Prada! (en muchos sentidos) y que feliz me ha hecho tras publicar el artículo de este Domingo en la revista XL Semanal que distribuyen los periódicos del grupo Vocento los fines de semana. En él se recrea Prada en sus fantasías en el metro, en lo mucho que le gusta este medio de transporte, y las historias y caras que allí se ven y, como no, las señoritas guapas que por allí pululan. Creía que yo era un persona extraña por tener una afición muy similar, pero veo que no, que somos varios los que disfrutamos no sólo de esa vida subterránea, sino de las vidas que, sin cesar, por allí pasan. Todo un lujo la compañía que tengo.
Y es que el metro de una gran ciudad, como Madrid, es un mundo en si mismo, con su fauna, sus zonas calientes y frías, sus lugares de moda y esquinas olvidadas, su casco viejo y ensanche, etc. Y está lleno de gente. En un viaje que hice hace dos años a Washington DC con un amigo, al meternos al metro le comenté que tuviese en cuenta que, muy probablemente, nunca volvería a ver ninguna de las personas que le acompañaban en el vagón. Sería su primera y última oportunidad de verlas, de adivinar a través de sus miradas que sentían, de estar rodeado por esas vidas, llenas de alegráis, tristezas y deseos y, sin duda, de experiencias de las que aprender y poder compartir. Aquí pasa algo similar. Es cierto que, teniendo un horario regular, sobre todo de entrada por la mañana, hay gente que reconoces y que ves diariamente (los suelo denominar los “habituales”) pero la inmensa mayoría no lo es. Y esa sensación me parece muy extraña, la de estar rodeado de gentes que no conoces y que nunca vas a conocer, hombres o mujeres, jóvenes o mayores. Es algo curioso, y me despierta, como al bueno de Juan Manuel, la imaginación. ¿En qué estará pensando ese señor que mira cabizbajo el suelo? ¿de qué reirán aquellas dos chicas? ¿por qué está triste ese anciano que se sienta en al esquina, junto a la puerta? Millones de preguntas que nunca tendrán respuesta.
A veces la red también sirve para jugar. Sale uno de una estación indeterminada y prueba a dar saltos, cambiando de líneas y sentido de manera aleatoria, para no ir a ninguna parte, sólo moverse, viajar y ver, ye es una experiencia muy interesante. La he probado en las redes de Madrid, Londres y Nueva York, y es una forma de ver la ciudad distinta a la habitual, pero que ofrece una imagen muy real y necesaria. Dan tentaciones muchas veces de saber en que parada se bajará esa preciosa mujer que le arrebató a uno la respiración cuando entró en el vagón hace dos estaciones, pero quizás sea mejor no desvelar ese misterio, que se pierda en el túnel una vez que baje, que siga en la oscuridad..... Muchas gracias, Prada.
Y es que el metro de una gran ciudad, como Madrid, es un mundo en si mismo, con su fauna, sus zonas calientes y frías, sus lugares de moda y esquinas olvidadas, su casco viejo y ensanche, etc. Y está lleno de gente. En un viaje que hice hace dos años a Washington DC con un amigo, al meternos al metro le comenté que tuviese en cuenta que, muy probablemente, nunca volvería a ver ninguna de las personas que le acompañaban en el vagón. Sería su primera y última oportunidad de verlas, de adivinar a través de sus miradas que sentían, de estar rodeado por esas vidas, llenas de alegráis, tristezas y deseos y, sin duda, de experiencias de las que aprender y poder compartir. Aquí pasa algo similar. Es cierto que, teniendo un horario regular, sobre todo de entrada por la mañana, hay gente que reconoces y que ves diariamente (los suelo denominar los “habituales”) pero la inmensa mayoría no lo es. Y esa sensación me parece muy extraña, la de estar rodeado de gentes que no conoces y que nunca vas a conocer, hombres o mujeres, jóvenes o mayores. Es algo curioso, y me despierta, como al bueno de Juan Manuel, la imaginación. ¿En qué estará pensando ese señor que mira cabizbajo el suelo? ¿de qué reirán aquellas dos chicas? ¿por qué está triste ese anciano que se sienta en al esquina, junto a la puerta? Millones de preguntas que nunca tendrán respuesta.
A veces la red también sirve para jugar. Sale uno de una estación indeterminada y prueba a dar saltos, cambiando de líneas y sentido de manera aleatoria, para no ir a ninguna parte, sólo moverse, viajar y ver, ye es una experiencia muy interesante. La he probado en las redes de Madrid, Londres y Nueva York, y es una forma de ver la ciudad distinta a la habitual, pero que ofrece una imagen muy real y necesaria. Dan tentaciones muchas veces de saber en que parada se bajará esa preciosa mujer que le arrebató a uno la respiración cuando entró en el vagón hace dos estaciones, pero quizás sea mejor no desvelar ese misterio, que se pierda en el túnel una vez que baje, que siga en la oscuridad..... Muchas gracias, Prada.
lunes, agosto 07, 2006
ballet
Este pasado Sábado, a propuesta de una amiga que me visitaba, fui por primera vez a un ballet. Concretamente “El Lago de los Cisnes”, interpretado por una compañía de San Petersburgo. Además, quiso la casualidad que la lado nuestro se sentó una pareja que hablaba con marcado acento eslavo, por lo que fue una noche muy rusa. Iba yo un poco temeroso ante el espectáculo, porque no había visto nunca una representación completa y temí aburrirme. Además suponía que íbamos a estar cuatro gatos en el teatro, pero, afortunadamente, no acerté en nada. El teatro estaba completamente lleno y la obra me acabó gustando.
Es cierto, no voy a negarlo, que se hace difícil seguir la acción en una forma como está, en la que la música suena enlatada, y los artistas “sólo” bailan. En los primeros compases, pese a haber leído en el folleto adjunto a la entrada la trama de la obra, no tenía nada claro que era cada personaje que estaba en el escenario, que entraba o salía. Luego, a medida que el argumento se volvía más consistente, también la acción y los intérpretes eran más reconocibles. Eso sí, en los primeros minutos uno se queda un tanto desconcertado, porque los que salen a escena se mueven, giran y saltan pero ni cantan ni interpretan instrumentos. Una cosa un poco confusa. Pero es admirable ver como saltan, y como se contorsionan, no sólo sobe sus frágiles puntas de los pies, sino lo que hacen con todo su cuerpo. Fascinado me tuvo un momento en el que un grupo de bailarinas, que hacían de cisnes, se quedaron unos diez minutos impertérritas en una postura muy incómoda, mientas que los principales protagonistas hacían números. De estar yo un minuto en esa postura tendría dormido todo el cuerpo.
Al final la representación fue un éxito, en baile y en escenografía. Sobria, discreta, pero muy eficaz, y nada distorsionante de la acción principal. Aplaudimos mucho y nos fuimos de allí bastante satisfechos después de haber visto lo que mi amiga, creo que acertadamente, definió como una especie de extraño cuentos de hadas para mayores. Si Tchaikovsky lo hizo magistralmente en la partitura, no fueron perores los bailarines que el Sábado se pasaron casi tres horas delante nuestro, sudando la gota gorda y haciéndonos disfrutar.
Es cierto, no voy a negarlo, que se hace difícil seguir la acción en una forma como está, en la que la música suena enlatada, y los artistas “sólo” bailan. En los primeros compases, pese a haber leído en el folleto adjunto a la entrada la trama de la obra, no tenía nada claro que era cada personaje que estaba en el escenario, que entraba o salía. Luego, a medida que el argumento se volvía más consistente, también la acción y los intérpretes eran más reconocibles. Eso sí, en los primeros minutos uno se queda un tanto desconcertado, porque los que salen a escena se mueven, giran y saltan pero ni cantan ni interpretan instrumentos. Una cosa un poco confusa. Pero es admirable ver como saltan, y como se contorsionan, no sólo sobe sus frágiles puntas de los pies, sino lo que hacen con todo su cuerpo. Fascinado me tuvo un momento en el que un grupo de bailarinas, que hacían de cisnes, se quedaron unos diez minutos impertérritas en una postura muy incómoda, mientas que los principales protagonistas hacían números. De estar yo un minuto en esa postura tendría dormido todo el cuerpo.
Al final la representación fue un éxito, en baile y en escenografía. Sobria, discreta, pero muy eficaz, y nada distorsionante de la acción principal. Aplaudimos mucho y nos fuimos de allí bastante satisfechos después de haber visto lo que mi amiga, creo que acertadamente, definió como una especie de extraño cuentos de hadas para mayores. Si Tchaikovsky lo hizo magistralmente en la partitura, no fueron perores los bailarines que el Sábado se pasaron casi tres horas delante nuestro, sudando la gota gorda y haciéndonos disfrutar.
viernes, agosto 04, 2006
Quítame ese residuo
Como decía Andy Warhol, todos tenemos derecho a disfrutar de un cuarto de hora de fama. En esta ocasión el agraciado se llama Rafael Lato Lobato, alcalde del pequeño pueblo zamorano de Peque, que ha ofrecido terrenos en su localidad para albergar en ella el llamado Almacén Temporal Centralizado, o, dicho de otra manera, el lugar donde se depositarán los residuos nucleares. Si el Miércoles sólo salía en televisión el nombre del alcalde, ayer jueves ya aparecían manifestándose en contra de él cien de los doscientos vecinos del pueblo. Nunca mejor dicho eso de “división de opiniones”. Las elecciones municipales de mayo en este pueblo serán muy interesantes.
La semana pasada, de vacaciones, vi en los periódicos un anuncio a toda página del Ministerio de Industria donde se hacía publicidad del citado almacén, y se comentaban las ventajas que tendría para la localidad que ofreciese terrenos (empleo, inversiones, innovación y, en definitiva, desarrollo económico y social) y la cosa era una ganga, y más en un pueblo como el de al noticia, semidespoblado y condenado a un abandono cruel y pertinaz. El ofrecimiento, por parte de los ayuntamientos, es voluntario, claro está, pero me sorprende que sólo este valiente se haya lanzado, porque si es cierto que una instalación de estas tiene sus riesgos, no lo es menos que es necesaria y que reporta enormes ventajas allá donde vaya. Si yo fuese alcalde y dispusiera de terrenos no dudaría en ofrecérselos al Ministerio. Desde luego prefiero eso antes que hacer una de esas macrourbanizaciones que se han puesto de moda que lo único que consiguen es destrozar el paisaje y llenarlo todo de coches y perros ruidosos, y a las que no se opone nadie, y menos un ayuntamiento ávido de dinero fácil y recursos con los que pagar los dispendios habituales. Me temo que este pobre alcalde va a salir linchado por hacer algo distinto por su pueblo.
En el fondo, no nos engañemos, somos unos hipócritas. Todo el mundo es antinuclear, y sólo quiere ver pajaritos por el cielo, y rosas en el mar, pero también queremos aire acondicionado a toda potencia todo el día, 100% de cobertura en el móvil, autovías y AVEs que nos lleven a todos lados, seguridad extrema y delincuencia 0, etc y eso exige centrales nucleares, desmontes, canteras, prisiones, antenas de móviles, etc, que nadie quiere. ¿Cuál es la alternativa al almacén de residuos? ¿Tirarlos al mar? ¿Enviarlos en malas condiciones de conservación a un país del tercer mundo para que los pobres se pudran con ellos? Nadie lo dice, pero en privado casi todo el mundo apoyaría algo así. Pobre Rafael Lato, en buena te has metido....
La semana pasada, de vacaciones, vi en los periódicos un anuncio a toda página del Ministerio de Industria donde se hacía publicidad del citado almacén, y se comentaban las ventajas que tendría para la localidad que ofreciese terrenos (empleo, inversiones, innovación y, en definitiva, desarrollo económico y social) y la cosa era una ganga, y más en un pueblo como el de al noticia, semidespoblado y condenado a un abandono cruel y pertinaz. El ofrecimiento, por parte de los ayuntamientos, es voluntario, claro está, pero me sorprende que sólo este valiente se haya lanzado, porque si es cierto que una instalación de estas tiene sus riesgos, no lo es menos que es necesaria y que reporta enormes ventajas allá donde vaya. Si yo fuese alcalde y dispusiera de terrenos no dudaría en ofrecérselos al Ministerio. Desde luego prefiero eso antes que hacer una de esas macrourbanizaciones que se han puesto de moda que lo único que consiguen es destrozar el paisaje y llenarlo todo de coches y perros ruidosos, y a las que no se opone nadie, y menos un ayuntamiento ávido de dinero fácil y recursos con los que pagar los dispendios habituales. Me temo que este pobre alcalde va a salir linchado por hacer algo distinto por su pueblo.
En el fondo, no nos engañemos, somos unos hipócritas. Todo el mundo es antinuclear, y sólo quiere ver pajaritos por el cielo, y rosas en el mar, pero también queremos aire acondicionado a toda potencia todo el día, 100% de cobertura en el móvil, autovías y AVEs que nos lleven a todos lados, seguridad extrema y delincuencia 0, etc y eso exige centrales nucleares, desmontes, canteras, prisiones, antenas de móviles, etc, que nadie quiere. ¿Cuál es la alternativa al almacén de residuos? ¿Tirarlos al mar? ¿Enviarlos en malas condiciones de conservación a un país del tercer mundo para que los pobres se pudran con ellos? Nadie lo dice, pero en privado casi todo el mundo apoyaría algo así. Pobre Rafael Lato, en buena te has metido....
jueves, agosto 03, 2006
CQC (Castro Quizás Caiga)
Y luego dicen que no hay noticias en Agosto...... nada más empezar el mes tenemos una conmoción en Cuba causada por una aparente hemorragia intestinal de Fidel Castro. Por primera vez desde hace más de cuarenta años ha cedido el poder, a su hermano para que todo quede en casa, y ni él ni su sucesor han sido vistos desde entonces. Los presentadores, o más bien portavoces, de los telediarios cubanos leen comunicados médicos firmados por el propio dictador donde se arenga a la población a seguir fiel a la revolución y, ya de paso, se habla de términos médicos. Como era de esperar, la rumorología se dispara.
Suelo decir muchas veces que el caso de Cuba me recuerda mucho a la España franquista. Todo el mundo sometido al arbitrio de un dictador que no perdonaba, y proclamando en público su amor al régimen. Aquí, cuando murió Franco en la cama, no derrotado por sus adversarios como algunos pretenden hacernos creer, pasaron unos meses y ya no quedaban franquistas. Todos eran amantes de la libertad y habían estado en la cárcel en la lucha contra el régimen (aunque no se donde hay tantas celdas construidas para meter a los que dicen que estuvieron en ellas). En el fondo, lo que ocurría es que mucha gente vivía a cuenta del régimen, y se acomodaba a él, como retrata Berlanga magistralmente en sus películas “La Escopeta Nacional” o “Patrimonio Nacional”. Caído el régimen, se acomoda uno a la nueva situación y santas pascuas, pero el anhelo de libertad, las ansias y la lucha por ella sólo pertenecen a una minoría de valientes. Antes, ahora y, probablemente, siempre. En eso siempre me ha dado mucha envidia Inglaterra o EE.UU., países formados por sociedades que han interiorizado sus derechos y libertades como verdades inamovibles, no sólo como bellas palabras. Dudo que allí una dictadura pudiera cuajar (de hecho no lo ha hecho nunca)
Y puede que en Cuba ocurra lo mismo. Castro morirá antes o después (dicen algunos que ya está muerto, y que esto es sólo una pantalla) y el régimen acabará cayendo. Los exiliados podrán volver a su casa, la libertad, al fin, florecerá junto al malecón, y en unos años el castrismo será una estampa de postal, anhelada por los turistas que deseaban encontrar las raíces auténticas de la revolución desde sus hoteles “todo incluido”, y olvidada por una población que se merece vivir libre, sin sometimientos a nadie, sin déspotas que la controlen y sin tener que abrirse de piernas ante el extranjero para poder subsistir, como hasta ahora.
Suelo decir muchas veces que el caso de Cuba me recuerda mucho a la España franquista. Todo el mundo sometido al arbitrio de un dictador que no perdonaba, y proclamando en público su amor al régimen. Aquí, cuando murió Franco en la cama, no derrotado por sus adversarios como algunos pretenden hacernos creer, pasaron unos meses y ya no quedaban franquistas. Todos eran amantes de la libertad y habían estado en la cárcel en la lucha contra el régimen (aunque no se donde hay tantas celdas construidas para meter a los que dicen que estuvieron en ellas). En el fondo, lo que ocurría es que mucha gente vivía a cuenta del régimen, y se acomodaba a él, como retrata Berlanga magistralmente en sus películas “La Escopeta Nacional” o “Patrimonio Nacional”. Caído el régimen, se acomoda uno a la nueva situación y santas pascuas, pero el anhelo de libertad, las ansias y la lucha por ella sólo pertenecen a una minoría de valientes. Antes, ahora y, probablemente, siempre. En eso siempre me ha dado mucha envidia Inglaterra o EE.UU., países formados por sociedades que han interiorizado sus derechos y libertades como verdades inamovibles, no sólo como bellas palabras. Dudo que allí una dictadura pudiera cuajar (de hecho no lo ha hecho nunca)
Y puede que en Cuba ocurra lo mismo. Castro morirá antes o después (dicen algunos que ya está muerto, y que esto es sólo una pantalla) y el régimen acabará cayendo. Los exiliados podrán volver a su casa, la libertad, al fin, florecerá junto al malecón, y en unos años el castrismo será una estampa de postal, anhelada por los turistas que deseaban encontrar las raíces auténticas de la revolución desde sus hoteles “todo incluido”, y olvidada por una población que se merece vivir libre, sin sometimientos a nadie, sin déspotas que la controlen y sin tener que abrirse de piernas ante el extranjero para poder subsistir, como hasta ahora.
miércoles, agosto 02, 2006
Dos escenas de verano
El verano, como momento del año en el que más tiempo estamos en la calle, es propicio para poder contemplar escenas de la vida diaria que contrastan mucho entre sí. Aunque no vividas de manera personal, dos de la semana pasada me han llamado mucho la atención, y no quiero dejar que pasen sin referirme a ellas. Además, suponen un contraste brutal en cuanto a contexto, actitud y solidaridad entre personas, y todas ellas en España, sin necesidad de salir al exterior. La mala, porque la otra es buena, es la del aeropuerto del Prat, donde todos pudimos ver imágenes dignas de una película de guerra, casi apocalípticas.
Los entrevistados, el personal de otras compañías que no fuesen Iberia, los curiosos... todo el mundo estaba desesperado, hundido e impotente, y sin una palabra de apoyo, explicación o disculpas por parte de autoridad alguna. Gente durmiendo entre cartones en el suelo, en los baños, bajo coches expuestos en la Terminal, turistas decepcionados por el destino escogido para sus vacaciones, planes rotos, ilusiones deshechas, y todo por el egoísmo e insensatez de un grupo de trabajadores que no asumen que, como el resto, se pueden ir a la calle si la empresa pierde un contrato. El paro es duro, lo se por experiencia, pero si todo el mundo actúa así al final lo mejor es ir con una recortada por la calle y dirimir las disputas a tiros. Qué civilizado. Casi a la vez que sucedía esto, en un una playa canaria llena de turistas, arribaba un cayuco con más de setenta inmigrantes, y los veraneantes, en contra de lo sucedido en otras ocasiones, dejaron toallas, tumbonas y balones y corrieron en ayuda de los recién llegados, mostrando unas imágenes sorprendentes de apoyo y voluntarismo. Hubo gente que incluso uso su coche como improvisada ambulancia para llevar alguno de los inmigrantes a centros sanitarios, dado su estado. Vamos, como en el Prat.....
En ambos lugares había turistas, veraneantes, ánimo de vacaciones y ocio, pero es curioso y significativo ver como al vida es mucho más plena y feliz si todos ponemos algo de nuestra parte para que así sea. Con actitudes disciplentes, egoístas y chulescas sólo se consigue al ira y el fastidio general. Sin embargo, cuando aflora la humanidad que todos (quizás exagere) llevamos dentro todo puede ser mucho más llevadero y agradable. Dos formas de afrontar la vida, dos estilos que contrastan en un verano que no ha hecho nada más que empezar. Aunque, como siempre, triunfe el primero, que podamos ver muchas muestras del segundo.
Los entrevistados, el personal de otras compañías que no fuesen Iberia, los curiosos... todo el mundo estaba desesperado, hundido e impotente, y sin una palabra de apoyo, explicación o disculpas por parte de autoridad alguna. Gente durmiendo entre cartones en el suelo, en los baños, bajo coches expuestos en la Terminal, turistas decepcionados por el destino escogido para sus vacaciones, planes rotos, ilusiones deshechas, y todo por el egoísmo e insensatez de un grupo de trabajadores que no asumen que, como el resto, se pueden ir a la calle si la empresa pierde un contrato. El paro es duro, lo se por experiencia, pero si todo el mundo actúa así al final lo mejor es ir con una recortada por la calle y dirimir las disputas a tiros. Qué civilizado. Casi a la vez que sucedía esto, en un una playa canaria llena de turistas, arribaba un cayuco con más de setenta inmigrantes, y los veraneantes, en contra de lo sucedido en otras ocasiones, dejaron toallas, tumbonas y balones y corrieron en ayuda de los recién llegados, mostrando unas imágenes sorprendentes de apoyo y voluntarismo. Hubo gente que incluso uso su coche como improvisada ambulancia para llevar alguno de los inmigrantes a centros sanitarios, dado su estado. Vamos, como en el Prat.....
En ambos lugares había turistas, veraneantes, ánimo de vacaciones y ocio, pero es curioso y significativo ver como al vida es mucho más plena y feliz si todos ponemos algo de nuestra parte para que así sea. Con actitudes disciplentes, egoístas y chulescas sólo se consigue al ira y el fastidio general. Sin embargo, cuando aflora la humanidad que todos (quizás exagere) llevamos dentro todo puede ser mucho más llevadero y agradable. Dos formas de afrontar la vida, dos estilos que contrastan en un verano que no ha hecho nada más que empezar. Aunque, como siempre, triunfe el primero, que podamos ver muchas muestras del segundo.
martes, agosto 01, 2006
Bodas de sangre
Las imágenes de las víctimas del bombardeo israelí sobre la aldea libanesa de Qana han estremecido a un mundo que ya está de vacaciones. Más de cincuenta civiles muertos, muchos de ellos niños, en una acción que demanda unas explicaciones convincentes por parte del ejército hebreo. Es curiosa la eufonía existente entre Canaán y Qana, quizás porque en esa zona todo es bastante pequeño y cercano, y los nombres se solapan. En una localidad hubo una boda festiva hace muchos años, en otra ha habido una matanza hace pocos días. Crueles ironías del destino.
¿Está actuando bien Israel? ¿Tiene otra alternativa? ¿Se está equivocando plenamente? Preguntas muy complicadas, en un contexto geográfico y religioso endiablado. Para los que defendemos a Israel acciones como las de Qana son desmoralizadoras. Israel puede ganar esta guerra, pero al batalla de la opinión pública, más decisiva en estos tiempos que cualquier otra, ya la ha perdido clamorosamente a mano de unos terroristas que se hacen pasar por desvalidos, algo trágico. Creo que ante un modelo de guerra novedoso como éste, lleno de ataques sorpresa efectuados por un agente no estatal que ha vampirizado un estado, el pobre Líbano, y que es soportado por el gobierno iraní, Israel debiera usar una táctica mucho más indirecta. No es una guerra de tanques, como está llevando a cabo, sino de inteligencia, espionaje, operaciones de limpieza y castigo selectivo, etc. Bombardear Beirut o pueblos pequeños eliminará algunos terroristas, pero crea cientos de ellos nuevos, y, como antes he dicho, destruye la imagen de Israel. Parece que, a sabiendas de su comportamiento, Irán hubiese agitado el capote de hezbolá e Israel, como un toro furioso y desnortado, hubiese entrado al juego provocando desastres en sus derrotes sin ton ni son. Recordemos que, al final, el estoque mata al toro (Dios no lo quiera en este caso)
Hay muchos análisis y escritos para entender lo que está sucediendo en al zona. Por ser muy breve, lo más sintético, sencillo y (creo yo) objetivo es lo que está publicando Timothy Garton Ash en The Guardian, disponible en castellano en el suplemento Domingo de El País. El artículo de la semana pasada, dedicado al caos en un mundo multipolar y el Líbano como muestra de los riegos inherentes, y el de esta semana, ya más centrado en la guerra presente, muestran lo difícil que es para un occidental culto y razonable entender lo que está pasando. Creo que nos va mucho de nuestro futuro en ello, pero me temo que este verano veremos mucha malas noticias de este tipo.
¿Está actuando bien Israel? ¿Tiene otra alternativa? ¿Se está equivocando plenamente? Preguntas muy complicadas, en un contexto geográfico y religioso endiablado. Para los que defendemos a Israel acciones como las de Qana son desmoralizadoras. Israel puede ganar esta guerra, pero al batalla de la opinión pública, más decisiva en estos tiempos que cualquier otra, ya la ha perdido clamorosamente a mano de unos terroristas que se hacen pasar por desvalidos, algo trágico. Creo que ante un modelo de guerra novedoso como éste, lleno de ataques sorpresa efectuados por un agente no estatal que ha vampirizado un estado, el pobre Líbano, y que es soportado por el gobierno iraní, Israel debiera usar una táctica mucho más indirecta. No es una guerra de tanques, como está llevando a cabo, sino de inteligencia, espionaje, operaciones de limpieza y castigo selectivo, etc. Bombardear Beirut o pueblos pequeños eliminará algunos terroristas, pero crea cientos de ellos nuevos, y, como antes he dicho, destruye la imagen de Israel. Parece que, a sabiendas de su comportamiento, Irán hubiese agitado el capote de hezbolá e Israel, como un toro furioso y desnortado, hubiese entrado al juego provocando desastres en sus derrotes sin ton ni son. Recordemos que, al final, el estoque mata al toro (Dios no lo quiera en este caso)
Hay muchos análisis y escritos para entender lo que está sucediendo en al zona. Por ser muy breve, lo más sintético, sencillo y (creo yo) objetivo es lo que está publicando Timothy Garton Ash en The Guardian, disponible en castellano en el suplemento Domingo de El País. El artículo de la semana pasada, dedicado al caos en un mundo multipolar y el Líbano como muestra de los riegos inherentes, y el de esta semana, ya más centrado en la guerra presente, muestran lo difícil que es para un occidental culto y razonable entender lo que está pasando. Creo que nos va mucho de nuestro futuro en ello, pero me temo que este verano veremos mucha malas noticias de este tipo.
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