Como decía Andy Warhol, todos tenemos derecho a disfrutar de un cuarto de hora de fama. En esta ocasión el agraciado se llama Rafael Lato Lobato, alcalde del pequeño pueblo zamorano de Peque, que ha ofrecido terrenos en su localidad para albergar en ella el llamado Almacén Temporal Centralizado, o, dicho de otra manera, el lugar donde se depositarán los residuos nucleares. Si el Miércoles sólo salía en televisión el nombre del alcalde, ayer jueves ya aparecían manifestándose en contra de él cien de los doscientos vecinos del pueblo. Nunca mejor dicho eso de “división de opiniones”. Las elecciones municipales de mayo en este pueblo serán muy interesantes.
La semana pasada, de vacaciones, vi en los periódicos un anuncio a toda página del Ministerio de Industria donde se hacía publicidad del citado almacén, y se comentaban las ventajas que tendría para la localidad que ofreciese terrenos (empleo, inversiones, innovación y, en definitiva, desarrollo económico y social) y la cosa era una ganga, y más en un pueblo como el de al noticia, semidespoblado y condenado a un abandono cruel y pertinaz. El ofrecimiento, por parte de los ayuntamientos, es voluntario, claro está, pero me sorprende que sólo este valiente se haya lanzado, porque si es cierto que una instalación de estas tiene sus riesgos, no lo es menos que es necesaria y que reporta enormes ventajas allá donde vaya. Si yo fuese alcalde y dispusiera de terrenos no dudaría en ofrecérselos al Ministerio. Desde luego prefiero eso antes que hacer una de esas macrourbanizaciones que se han puesto de moda que lo único que consiguen es destrozar el paisaje y llenarlo todo de coches y perros ruidosos, y a las que no se opone nadie, y menos un ayuntamiento ávido de dinero fácil y recursos con los que pagar los dispendios habituales. Me temo que este pobre alcalde va a salir linchado por hacer algo distinto por su pueblo.
En el fondo, no nos engañemos, somos unos hipócritas. Todo el mundo es antinuclear, y sólo quiere ver pajaritos por el cielo, y rosas en el mar, pero también queremos aire acondicionado a toda potencia todo el día, 100% de cobertura en el móvil, autovías y AVEs que nos lleven a todos lados, seguridad extrema y delincuencia 0, etc y eso exige centrales nucleares, desmontes, canteras, prisiones, antenas de móviles, etc, que nadie quiere. ¿Cuál es la alternativa al almacén de residuos? ¿Tirarlos al mar? ¿Enviarlos en malas condiciones de conservación a un país del tercer mundo para que los pobres se pudran con ellos? Nadie lo dice, pero en privado casi todo el mundo apoyaría algo así. Pobre Rafael Lato, en buena te has metido....
1 comentario:
Hola Yaemina
Sí, el tema de los residuos y la energía nuclear es muy complejo. Como diría Ignatieff, se trata de tomar una opción y escoger el mal menor. Si la demanda eléctrica no deja de subir y el precio del petroleo se pone por las nubes, y la quema de combustibles fósiles genera efecto invernadero sólo veo dos soluciones tangibles:
* A corto palzo, aumentar el peso de la energía nuclear. En Francia representa el 70% de su producción, y, no nos engañemos, cuando compramos tensión a Francia ésta proviene de sus reactores
* A largo plazo, cambiar el modelo energético con fuentes limpias (hidrógeno y solar fundamentalmente) pero los costes son altos y será un proceso lento y difícil.
Si sabéis que la central de Almaraz es la fuente de todo ese mal no lo dudéis, denunciarlo. Os haréis un favor a vosotros y la resto de la población de la zona. De todas maneras, siempre lo digo y la gente se asusta, prefiero vivir al lado de una central nuclear que, por ejemplo, una térmica, una papelera o una circunvalación. Al menos la central tiene inspecciones. Qué complicado es todo, verdad???
Gracias por los comentarios y por la lectura fiel.
Publicar un comentario