Como pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando empezó a surgir en las noticias y en los medios una cosa llamada “Katrina” que al parecer era una enorme tormenta tropical, transformada en huracán, y que amenazaba con impactar contra la costa del Golfo de Méjico de EE.UU. Empezó la retahíla de imágenes habituales en estos casos, con gente clavando maderos en las ventanas de sus casas, y acaparando provisiones en los supermercados. Llegó el día previsto para que el huracán apareciese por Nueva Orleáns, otro de silencio, y al tercero empezó la pesadilla, que por lo visto esta semana dista mucho de haberse acabado.
La ciudad quedó arrasada. Más de mil muertos fue el balance humano del paso del huracán por la Luisiana, y lso destrozos materiales fueron gigantescos. Al rotura de los diques que protegían Nueva Orleans al inundaron por completo, y eso sin contar con las angustiosas vivencias de lso supervivientes, encerrados en casas maltrechas o en el famosos estadio “Superdome” lleno de basura infecta y bandas que, pistola en mano, se dedicaban a saquear con todo lo que podían. La imagen proyectada al mundo por parte de las autoridades norteamericanas fue desoladora. Desde aquí se afirmo que España está en condiciones de afrontar algo así sin que se produzcan esas escenas. Creo que la única diferencia que hubiese, de venir algo similar, serían las escenas de las bandas callejeras, que afortunadamente no creo que se diesen por aquí. Sobre el resto, pueden preguntarle a los gallegos rodeados de llamas o a los de los cayucos canarios, hacinados, abandonados en medio de las ciudades con un bocadillo, muertos de asco, sobre como se gestionan las catástrofes naturales y humanas en España. No creo que estemos para dar lecciones sobre este ni sobre otros muchos aspectos, pero hay algo sobre lo que creo que si tenemos ventaja. El día después.
Un año después, la prensa ha vuelto a Nueva Orleáns, y es patético ver como zonas enteras siguen semiderruídas, llenas de escombros, con algunos incautos vagando por ellas como supervivientes de una guerra nuclear. Un país como EE.UU. tiene potencial más que suficiente como para recuperar esa zona en un plazo de tiempo muy breve. No se si es que no se ha podido (grave) o querido (indignante) pero creo que, visto desde aquí, el Gobierno Federal (Bush) el del Estado y el Ayuntamiento han fracasado en Nueva Orleáns. La ciudad del alegre Jazz suena a triste Blues, y eso estará en el debe de la gestión de Bush durante mucho tiempo, puede que incluso más que Irak para la población americana.
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