Mal día el de ayer para el sector ferroviario. Al grave accidente de El Cairo, en el que murieron más de treinta personas se sumó, por la tarde, un descarrilamiento de un TALGO a al entrada de la estación de Villada, con el triste balance de seis muertos. Yo me enteré cuando llegué a casa, y me preocupé, porque un amigo mío tiene familia allí y veranea todos los años en ese pueblo de Palencia. No le había pasado nada, aunque ya me comentó que el espectáculo no era nada edificante. Destrozos, ambulancias, helicópteros... la parafernalia habitual en estas ocasiones. Luego llegaron las televisiones y era curioso ver como se cruzaban las líneas de imagen y sonido desde la playa de vías con los vagones reventados al fondo.
Hay muchos factores en los que fijarse en una accidente de este tipo. La causalidad, el hecho de que unos se salven y otros no, el típico hombre que se baja en la estación anterior y se salva, mientras que su compañera de asiento fallece (que en esta ocasión ha sucedido), el preguntarse porqué me ha pasado a mi y porqué no a otro, etc. Pero entre todos estos asuntos me quedo con el del nombre de Villada, el pueblo. A partir de ahora esta localidad se va a ver asociada a esa desgracia. Unirá su nombre en una retahíla de sitios marcados pro los accidentes: Valencia y el metro, Chinchilla y el tren hace tres años, Torreblanca y Golmago por los autobuses hace unos cuantos más, y así si descanso. Hasta ayer poca gente, exceptuando a los lugareños y amigos conocían Villada, y el nombre no les sonaba de nada. A partir de ahora el puente de Villada contra el que se la dio el TALGO se hará, lamentablemente, famoso, y el 21 de Agosto de 2007 tendrá lugar allí una ceremonia de recuerdo del primer aniversario del accidente, con el alcalde y familiares de las víctimas, y ese día quedara empañado en la memoria.
Dentro de muchos años los viejecitos recordarán como en el cálido, y a veces refrescante, agosto de 2006 un tren se salió en ese punto y se mató gente, y el pueblo apareció en la tele, y los periódicos se llenaron de mapas de esos en los que se sitúan las localidades para que los que vivan en al capital y se hayan olvidado de que hay cosas fuera de su barrio o circunvalación sepan donde se encuentra el lugar del accidente. Con el tiempo el recuerdo se desvanecerá, porque todo lo cura el paso del reloj, pero este 2006 ha hecho famoso a Villada por motivos nada agradables. Una pena que así sea, pero que se repite demasiado a menudo en muchos pueblos en torno al verano.
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