En este caso se trata de Bill Gates, el todopoderoso dueño de Microsoft, que con el lanzamiento mundial de su nueva edición del sistema operativo Windows acapara las portadas y anuncios en todos los medios. A parte de ponérmelo fácil para hacer un chiste malo, el nuevo Windows Vista es un reto económico para su empresa y para las demás, porque su implantación probablemente será lenta y costosa, especialmente en aquellos lugares donde haya muchos equipos y programas distintos. Todo un riesgo para la empresa, visto que XP ha triunfado en el mercado domestico, pero no parece haberlo hecho en el empresarial.
Es curioso, pero Gates es el hombre más rico del mundo después de haber vendido por todas partes algo tan etéreo y evanescente, suave que dirían los guiris, como un sistema operativo informático. Un conjunto de unos y ceros digitalizados, que sólo están en la memoria y discos de los ordenadores y funcionan cuando se enchufan. Los fabricantes de los equipos no se han forrado en este negocio, entre otras cosas porque IBM vio claramente que la licencia universal y al posibilidad de clonar su equipo sin coste garantizaba la expansión de un mercado ínfimo en los setenta. Preveía IBM la explosión informática posterior?? Es probable que no, pero lo cierto es que en unos años el boom ha sido total, y hoy en día el ordenador es algo imprescindible para cualquier cosa, seamos conscientes de ello o no. Cuando acabé la carrera en 1995 salio a la venta el Windos95, y yo no tenia ni idea de manejar un ordenador, por lo que me apunté a la academia de rigor, hice un cursillo y aprendí lo básico del paquete ofimático de Microsoft. Había visto el Windows 3.11 de refilón, pero sin explorarlo mucho. Se lanzaba el “win” en la línea de comandos de MS-DOS y se habría un mundo de colorines en la pantalla, habitualmente blanca y negara, y se salía del mundo de la letra Curier, y veías fuentes redonditas que podías seleccionar con una cosa llamada ratón, un artilugio redondito que nunca se adaptaba bien a mi mano y que se movía demasiado rápido, haciendo que un puntero se desplazase por la pantalla de manera cuasimágica. Luego descubrí que había unos cabezones feos llamados “mac” que hacían lo mismo muchos años antes, y que en el centro de cálculo de la universidad, donde empezaba mis cursos de doctorado, en la HP-UX 9000 conocida como “ainhoa$” bajo un Unix potente y robusto corría un entorno gráfico fascinante del que aún Microsoft debiera aprender cosas.
Y hoy todos, o casi, vivimos en el mundo creado por Gates. El ordenador que estoy usando ahora, un Intel Pentium 4, lleva Windows 2000 serie 5.00.2195 con “Service Pack” 4 instalado, con un procesador Word 2003 serie 11.5604.5606 que uso para escribir esto (y muchas cosas más) todos los días. Los románticos de Unix, GNU, Linux y Firefox, y la crecida Google, entre otros, siguen luchando día a día contra el emperador Gates, pero lo tienen difícil. Aún recuerdo la preciosa N de Netscape, al que me abrió las puertas a esta gloriosa Internet, que sucumbió a manos del gigante de Redmod. Veremos a ver quién tiene más vista en toda esta historia, si el genio Bill o el mercado, si es que no han llegado a ser lo mismo.
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