Si es que no tienen remedio... hacen lo que les pide el cuerpo, lo que les sale de las narices o de otras partes igualmente nobles pero más delicadas, sin importarles si son gobierno o son oposición, y así van dejando con el culo al aire a sus socios de gobierno, o a sus opositores, o a la persona que les limpia la casa, porque intuyo que estos chicos son tan poco serios en su labor de gobierno y oposición como cuando conducen por la autopista. Te imaginas coger un autobús y que el chofer fuese de ERC? Sería aterrador, porque a veces haría caso de las señales pero otras, en plan asambleario, se plantaría y mandaría los semáforos a la mierda.
La última jugada de este grupo ha sido la de proponer a Convergencia i Unió que vuelvan al gobierno de la Generalitat, y obteniendo la presidencia, a cambio de que CiU convoque un referéndum en Cataluña sobre la autodeterminación de la misma. Alguien dirá, pero ¿estos de ERC no están en el gobierno de la Generalitat con el PSC y IU? Pues sí, lo están. Son sus socios preferentes, lo cual demuestra que no hay peor enemigo que un socio. Imagínate la cara de Montilla, jefe del PSC, el actual presidente de la Generalitat, un hombre de por sí serio y con aspecto de que nunca le ha tocado la primitiva por un solo número. Se levanta el Domingo, cansado, coge el periódico y en él sus socios de gobierno le traicionan a cuatro columnas, ofreciéndose despechados a su principal rival político, Artur Mas, de CiU, que es quién ganó las elecciones. Supongo que al pobre Montilla se le cortó la digestión al verlo, y los cruasanes del desayuno se le endurecieron a toda velocidad, y no es para menos. Es lo que debe sentir un marido (o mujer) cuando ve en Internet un anuncio de su cónyuge declarando su necesidad de irse con otro, así, a las claras, y claro, sin avisarle de nada al primero. Llevaban un tiempo tranquilos los miembros de eso que rebautizaron como “Entesa” pero que no ha dejado de ser una reedición del pasado tripartito. Una chapuza política incongruente, llena de gente que se lleva muy mal entre ellos y aderezada de unos irresponsables antisistema como los de ERC.
¿Qué debiera hacer Montilla? ¿Suicidarse, previo asesinato de Carod y su banda cual pareja despechada? Difícilmente lo veremos, y ¿qué debiera hacer Artur Mas? Complejo asunto, porque darle un beso a un víbora como esa seguro que te envenena el alma y de paso la cartera de votantes. Quizás lo más inteligente sería que Montilla y Mas se reunieran con Pique, firmasen un acuerdo que garantizase la estabilidad de gobierno a Mas, ganador de las elecciones, y declarasen públicamente que nada quieren saber con esa pandilla de desleales de ERC, recuperando aquel sabio lema de Roma no paga traidores. Pero dudo que eso ocurra. Visto lo de ayer en Bilbao sospecho que nada normal puede ocurrir ya en la política española.
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