Pues no va a poder ser mañana ni pasado, ni nunca más. Ayer murió José Luís Coll, el hombre bajito y con bombín que, junto al genio de Luís Sánchez Polack, Tip, creo una forma de hacer humor que hoy sigue siendo tan revolucionaria como entonces. Disminuido tras la muerte de su inseparable compañero, ocurrida ya hace ocho años, Coll era uno de los últimos representantes de una estirpe de humoristas que tuvieron que lidiar a la censura franquista, y en su evasiva descubrieron la irreverencia, el surrealismo y, sí, la genialidad. A parte de gags más o menos famosos como el del vaso de agua, era psicodélico ver a esos dos tipos, uno muy alto y otro bajito, todo serios, diciendo cosas como salidas de una máquina absurda.
Descubría Tip y Coll en la tele, pero no me acuerdo en que programa, memoria infame la mía. En aquellos días me quedé mucho con el juego que hacían de “baja la bolsa, sube el pescado” con unas cuerdas y poleas en la que bolsas y raspas de bacalao se movían alternamente en medio de una especie de telediario sarcástico. Yo era un niño y había algunas gracias con contenido político que entonces no entendía, pero que años después me parecieron enormes. Luego desaparecieron de la televisión y los redescubrí, al cabo de los años, en la radio, en el “Debate sobre el estado de la nación” (una gentileza de tabacalera :-), contenedor de humor que se sacó de al chistera Luís del Olmo y que reunió durante años en la COPE y luego en Onda Cero a un elenco de humoristas de verdad. Allí estaban, Ussía, Jordi Estadella, Chummy Chúmez, tristemente ya desaparecido, Mingote, y Tip y Coll. Cada uno propietario de un partido más absurdo que el otro, era una hora semanal de alegría, irreverencia y de absurdo. Algunas veces llegó a extremos de genialidad. Allí Coll pudo desarrollar un personaje distinto, no a la sombra de Tip, aunque el papel de irreverente de Sánchez Polack fue creciendo con los años y su desvarío con él. Al cabo de los años el programa decayó, y como todo en la vida, acabó una vez que se cumplió su ciclo. La muerte de Tip fue un golpe muy duro para todos, especialmente porque era joven y no sabía yo de su mala salud, y me acuerdo como en un homenaje que le hizo una TVE más respetuosa que la de ahora Coll, llorando, negaba que hubiese muerto. No admitía la marcha de su gemelo, tan distinto pero tan genial.
Hoy será el día de los duelos y homenajes entre los miembros de la profesión, pero creo yo que debieran hacer una reflexión sobre el humor que se hace hoy en día. Desde aquel horroroso “No te rías que es peor” el humor televisivo ha ido decayendo, y solo el mundo de los monólogos aportó cierto oxígeno al mundillo, aunque ahora esté ya cayendo en reiteraciones y soserías. Quizás como leí ayer en una web que tampoco recuerdo, sólo Faemino y Cansado han mantenido viva esa llama de lo absurdo, irreverente y, porque no, provocativo con el orden establecido. Ah, como se deben estar divirtiendo en el cielo, y que tristes nos quedamos en la tierra....
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