En estos días de actualidad tan tensa y preocupante no deja de haber noticias que tienen un toque muy confuso y extravagante, aunque en el fondo no dejan de ser graves. Una de ellas e la del supuesto expolio efectuado pos la empresa norteamericana “Odyssey” en aguas españolas, rescatando un tesoro hundido en el fondo cercano a las costas de Málaga. Al parecer se han extraído cientos de monedas de oro del pecio, y aunque la empresa dice que todo ha tenido lugar fuera de las aguas jurisdiccionales españolas, hay serias sospechas de que no ha sido así.
Y mira que este sí sería un asunto fácil de dirimir hoy en día, creo yo. Basta con conocer la posición del barco, con un GPS, por ejemplo, y se mira en el ordenador si está dentro de los límites o no. ¿Cuál es el problema? Que parece ser que a nadie le ha importado que un barco de esa empresa americana estuviera fondeado en el mar durante unos cuantos días (no se cuanto se tarda en recuperar monedas del fondo, pero no parece un asunto rápido y sencillo) haciendo a saber qué. Interesante, así que uno puede alquilar una embarcación, fondea a unos kilómetros de la costa, frente a una ciudad, y está ahí unos días haciendo “cosas” y no hay servicio de vigilancia costera que pueda dirimir si el barco se dedica a descubrir pecios, investigar al flora marina, planear un atentado submarino o reparar un cable de comunicaciones, por decir algo. La verdad es que estos del “Odyssey” tampoco es que sean muy listos, sólo han visto que en España uno se puede poner el mundo por montera (a veces literalmente) y al resto le da igual. Ahora hay un barco de esa empresa atracado en el puerto de Gibraltar, aunque las autoridades británicas, en otra de las muestras a las que acostumbra frente al gobierno español cuando el peñón está por medio, afirman que no están prestando protección alguna al barco o a la empresa en cuestión. Si el tesoro estuvo alguna vez en la Línea hace tiempo que salió volando a Florida en avión desde el aeropuerto del peñón, por lo que dudo que volvamos a ver las famosas monedas a no ser que vayamos a la web que las subastará en Internet en breve, seguro que así será, frente a las pataletas inútiles de la Junta de Andalucía y el Ministerio de Cultura.
Quién debe extra regodeándose en su sofá, en medio de una mezcla de carcajadas y tacos a discreción, debe ser Arturo Pérez Reverte. Amante y conocedor de la historia y de la náutica, ya hace unos años escribió una novela llamada “La Carta Esférica” en la que se relata la búsqueda de un tesoro en aguas mediterráneas por parte de aficionados, contrabandistas y desvalijadores profesionales. Si no recuerdo mal la policía acababa interviniendo en la escena, pero en este caso ni eso. Seguro que, socarrón él, está cagándose en las autoridades españolas, propietarias teóricas de uno de los fondos submarinos más valiosos del mundo (literalmente alfombrado de oro y plata) y en como los americanos, otra vez, se ríen a nuestras espaldas. Como se lo debe estar pasando.....
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