Camps se deshilacha

La capacidad que tiene el PP para pegarse tiros en los pies a la vez que anda es admirable. Con un gobierno desnortado, un ZP camino del desahucio y una necesidad nacional de liderazgo, a poco que lo hiciesen bien los Rajoy’s boys (mejor girls) arrasarían. Sin embargo una falta de sentido patriótico y un estilo de liderazgo impropio de los tiempos le lleva al PP a arrastrarse por el fango. Si a ello se suman escándalos tan sonados y cutres como el de los trajes de Camps la cosa es deprimente. Así está la alternativa, sufrido ciudadano.

Ayer el Tribunal Supremo le hizo un roto a Paco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana. En su explicación de la admisión a trámite del recurso presentado por la acusación contra Camps, el Supremo destaca que Camps podría haber cometido cohecho impropio por los trajes que recibió como regalo. Cohecho propiamente dicho es vender la voluntad de un político a cambio de regalos y favores. El impropio es más resbaladizo, y se basa en que el político, en este caso Camps, recibe regalos por el cargo que ocupa, no por la bondad de su persona, y no es necesario que actúe a favor de los que le han hecho los regalos, porque la mera aceptación de los mismos es un indicio de que probablemente acabe actuando a favor de los regaladores. La cosa es que el Tribunal Superior de Valencia, que inicialmente sobreseyó el caso, debe volver a juzgarlo, y las probabilidades de que Camps sea condenado por esto de los trajes crecen a medida que pasa el tiempo. ¿Qué dijo ayer el afectado? Camps hizo alguna de esas declaraciones que le caracterizan que, al menos para mi, me suenan muy extrañas. Afirmo sentirse muy feliz, lo cual como mínimo es un síntoma de masoquismo, y volvió a afirmar que los trajes son suyos porque él se los ha pagado y que no hay delito alguno. Como siempre en España echó mano de la conspiración para acusar a los que le implican en corruptelas, y no mostró dudas de que el será el próximo candidato a las elecciones de la Generalitat, candidatura que el PP debe confirmar en Octubre para los comicios de Mayo del año que viene. En mi opinión, nuevamente Camps se equivoca de estrategia, y puede que ya sea muy tarde para enmendarla. Fuesen o no regalos los trajes, lo cierto es que Camps tuvo vinculaciones serias con el bigotes, Correa y demás sujetos de la trama Gürtel, sujetos que formaban una perfecta banda de ladrones, mandantes y estafadores. Quizás Camps fue un ingenuo y no se enteraba de que los chorizos le hacían la pelota para mantenerle entretenido mientras medraban a sus espaldas. En ese caso, que creo es el más probable, Camps podía haber resuelto todo este problema desde un principio afirmando públicamente que se equivocó, que fue engañado por una banda de estafadores, que le tomaron el pelo, y que pide perdón a los ciudadanos por haber caído en manos de semejantes compañías. Sin embargo desde un principio la estrategia de Camps fue negarlo todo y huir hacia delante, logrando así crear una bola inmensa donde antes sólo había unas costuras y bordados. Es un caso de mala gestión de la comunicación de libro, ideal para aprender lo que no hay que hacer. El peso de Camps en el PP y el cargo que ocupa han acabado por atrapar a toda al directiva del partido en este asunto, y a medida que los jueces cierren el cerco sobre Camps más presiones habrá sobre rajoy para que haga algo y marque distancias.

Parece que el PP tiene encuestas que le dan la mayoría absoluta en la Comunidad Valenciana con y sin Camps, por lo que el futuro del actual presidente no es ni mucho menos seguro. Yendo más allá, en una coyuntura de crisis brutal como la presente la imagen de ejemplaridad pública que manifiesta Camps es desoladora para los ciudadanos. Por honestidad debiera dimitir, haya cometido delito o no, porque eso ya no es lo importante, e inmolarse en la plaza pública para consolar a los que ven como sus sueldos bajan, o desaparecen, mientras que los gobernantes se preocupan por cuatro trajes. Triste futuro el que le espera a Camps, puede que injusto, pero cada vez le quedan menos opciones para salvar su honra.