Desde luego para los que trabajan en el mundo de la bolsa estos días están siendo agotadores. Tras la pasada semana negra ayer tuvimos una orgía compradora como no se había visto nunca, al menos en España. El Ibex subió más de un 14% en un día y recuperó lo perdido en los cinco días anteriores. Se hablaba del acuerdo adoptado en Bruselas para defender al euro y a la deuda pública de los países amenazados y, por encima de todo, la victoria de los gobiernos frente a los especuladores odiosos que amenazan con nuestra estabilidad financiera y social. Como discurso barato no está mal, pero ojo, todo es mentira.
¿Qué es especular? En principio comprar barato para vender caro. Como uno cuando compra no sabe si realmente eso le va a salir bien “especula” que el precio subirá y se lanza a la compra. Así, casi todos especulamos, y eso no es delito. Por ello declaraciones como las realizadas por el Fiscal General del Estado o algunos miembros del gobierno no revelan otra cosa salvo el profundo y aterrador desconocimiento que poseen del mercado financiero y de la economía en general. Especulador es el mismísimo ZP cuando dice que la ayuda que España va a otorgar a Grecia será rentable por el diferencial de intereses que paga España por su deuda y por el que recibirá de Grecia, aduciendo así que en el fondo estamos haciendo un buen negocio. Es fácil imaginar a los especuladores en abstracto como señores gordos, vestidos de negro y con gafas de sol, tipo Carlos Fabra, como los relata Forges en sus chistes, pero la realidad es más compleja. Especulador ha sido cada uno de los españoles, sí, nosotros, que durante años se ha lanzado a comprar viviendas baratas para venderlas caras y hacer negocio, y esa especulación, con tantos culpables que nadie la reclama como propia, es la que nos ha metido en este pozo. El resto son engaños, ganas de buscar conspiraciones exteriores, a las que somos muy aficionados desde las payasadas judeo masónicas del franquismo, para eludir nuestra responsabilidad. ¿Existe el especulador delictivo? Pues claro, es aquel que hace trampas. Algún ejemplo obvio es el uso de información privilegiada, que sospecho se da casi todos los días en ciertos ambientes elevados, por parte de directivos y gestores que saben lo que va a pasar antes que el resto y operan en consecuencia, lo que casi siempre se acaba convirtiendo en pérdidas para el pequeño accionista que se ve inmerso en el barullo. Comprar acciones a crédito sin tener fondos también es delito, pero no por el hecho de especular en sí, sino por engañar al que te ha prestado el dinero para ello. Un buen ejemplo de especulación fue la sesión de ayer. El que compró el viernes a última hora acciones del Santander ha ganado un 23% en un día, no está mal, verdad??? ¿Quién ha sido ese afortunado? Yo no, créanme. La cosa es que para muchos medios lo de ayer eran “inversores” que hacían subir la bolsa mientras que lo de la semana pasada eran “especuladores” que la hacían bajar. Pues ni lo uno ni lo otro, sino todo mezclado. Los principales inversores en bolsa son fondos de pensiones internacionales, grandes, pesados y muy cobardes, que buscan rentabilidades suaves y seguras, y que huyen ante el miedo. Muchos desharían posiciones la semana pasada y a algunos no les daría tiempo a llegar al rebote de ayer, que seguro que hoy es bajada para recoger beneficios. Como casi siempre.
Por cierto, también especula la Unión Europea cuando anuncia un paquete de 700.000 millones de euros para defender al euro y su deuda. ¿son ustedes capaces de imaginar cuánto dinero es todo eso? ¿Y de dónde sale? ¿es algo más que un farol para tranquilizar a los inversores y aliviar momentáneamente la presión? Porque si sólo es eso sería una clásica jugada de especulación a base de lanzar rumores, en este caso favorables al euro. Lo más claro de lo de ayer es que a España Bruselas le ha impuesto el ajuste del gasto público que el gobierno no quería hacer. Ahora nos toca “especula”r dónde se va a recortar....
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