Y para los Estados Unidos en general. Durante estos días el vertido de crudo ocasionado por la explosión de una plataforma petrolífera en aguas del Caribe se extiende por el Golfo de Méjico y amenaza toda al costa sur de EE.UU, especialmente el área de Louisiana (otra vez Nueva Orleáns) Florida y el delta del Mississippi. La empresa BP, propietaria de la explotación, dice que sumirá los gastos pero por ahora es incapaz de controlar el vertido, y las imágenes de marea negra se trasladan de la costa de la muerte gallega a los deltas y manglares de Florida. Feo y pringoso asunto para el gobierno federal.
Y por si no fuera suficiente con esto, el Sábado noche hubo un susto en Manhattan. Cuando puse la radio el Domingo a las 8:30 el boletín de noticias relataba la crónica de un atentado frustrado en Times Square, con datos confusos pero que apuntaban a cierta gravedad. Con el paso de las horas y días se ha visto que el coche bomba que allí estaba aparcado era bastante chapucero, formado por bombonas de queroseno y fuegos artificiales, pero en todo caso, dada la densidad de gente que pasa por allí en todo momento, su explosión hubiera causado destrozos y muertos sin duda alguna. Aunque las autoridades federales quieren ser muy cuidadosas, la detención hace unas horas de un individuo de origen paquistaní, al parecer el sospechoso de haber colocado el vehículo explosivo, refuerza la teoría de que estamos ante otro ataque fruto del terrorismo internacional. Cierto es que en este caso la acción parece, y esto tengo que decirlo con cuidado, menos organizada y más individualista que en casos anteriores, en especial por cómo está hecha la bomba, pero lo importante es que ha sido un intento real de atentado y que nuevamente vuelve a poner a Nueva York en el centro de al diana. Algunos fantasmas de hace años reverdecen en el miedo de los transeúntes que se veía en televisión, con una Times Square cortada, llena de luces de policía y bomberos. Sobre el objetivo último del atentado hay, obviamente, muchas especulaciones. La que me parece más curiosa de ellas es la que lo relaciona con South Park, la serie de dibujos animados subida de tono. Hace unas semanas hubo polémica porque en uno de los capítulos se mostraba a Mahoma disfrazado de oso de peluche, y a partir de ahí empezaron a salir voces de protesta de distintos grupos islamistas, que no se que opinarían si llegan a ver “La vida de Brian”, ejercicio que les recomiendo encarecidamente si no lo han hecho, tanto a ellos como a ustedes. La cosa es que el coche estaba aparcado muy cerca de la sede de la productora de esta serie de dibujos animados. El argumento se me antoja retorcido, pero no cabe duda de que, tras episodios pasados como el intento de asesinato del caricaturista danés, es una posibilidad que no hay que despreciar. Pudiera ser que el paquistaní detenido se hubiera enojado tanto al ver esa “sacrílega” caricatura en forma de osezno que hubiera decidido robar un coche, llenarlo de todo lo inflamable que pudiera recolectar y darle un escarmiento a la malvada televisión que emitió esas imágenes obscenas. De ser así estaría claro que este sujeto está completamente pirado, por lo que su detención es una buena noticia en todos los sentidos.
Y lo peor de todo es que, si así fuera, le hubiéramos encontrado la lógica al hecho de que alguien trate de poner un coche bomba, porque empieza a ser obvio que caricaturizar al Islam se convierte en una práctica de riesgo que ríase usted del sexo libre. No dejaría de ser curioso que South Park, serie transgresora para adultos que se ha metido contra todo, que insulta y posee un lenguaje obsceno y lleno de tacos para provocar, se viera atacada por... los islamistas!!! Seguro que a sus ácidos guionistas no se les hubiera ocurrido nunca que lo más peligroso que iba a hacer Kenny en su vida tendría relación con un oso de peluche.....
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