miércoles, junio 14, 2017

Generaciones enfrentadas. “Millennials” vs “X”

Las redes sociales sirven para muchas cosas, y una de ellas, quizás la más tonta, es para extender hasta el infinito las polémicas y broncas de todo tipo, convirtiendo a veces esas redes en una inmensa charca llena de mosquitos chapoteantes de la que uno desea huir sin pensárselo dos veces. Es una pena, pero resulta más habitual de lo que parece. Mi actitud ante estos temas se parece bastante a la que aplico en la realidad. Rehúyo la bronca, la eludo, no participo y, si puedo, no la sigo. A veces es imposible no enterarse de ella y pensar en una postura al respecto, pero no la expongo ni interactúo, por no verme envuelto en una trifulca en la que, pase lo que pase, soy débil y acabaré perdiendo.

La última batalla se ha dado al respecto del este artículo sobre los millenials publicado en El País. Se considera que la generación “millennial” son los nacidos entre 1981 y 1997, por lo que en este año 2017 se estima que están en la franja de edad de los 20 a los 35 años. El artículo, que plantea una reflexión de fondo bastante interesante, se ceba demasiado en un argumento que todos hemos escuchado alguna vez y que, a partir de cierta edad, empleamos como propio, y es la escasa capacidad de la generación que nos sigue, lo poco preparados que están lo más jóvenes y el destino ruinoso del mundo que será inevitable cuando caiga en sus manos. Ya Cicerón estaba preocupado de la decadencia romana cuando observaba el comportamiento de sus jóvenes, por lo que se puede decir que es este un argumento universal, basado en la falacia de que no hay nada mejor que uno mismo ni la generación que uno encarna. En tiempos como estos de cambios de alta velocidad y sentido confuso, esa sensación se acrecienta aún más si cabe. Parece que los años estables del pasado fueron una arcadia ante el caos que vivimos ahora, que el dominio tecnológico que nos rodea es una perturbación de la naturaleza humanan y sus virtudes, y que ese añorado pasado que uno encarna, y que vivió en persona, era el punto ideal. No nos engañemos, esa sensación es errónea. Mi padre usaba idénticos argumentos, expresados de una manera bastante más burda, eso sí, para calificar como inútiles a todos los que eran más jóvenes que él, “porque no sabíamos hacer nada ni nada sabíamos de la vida”. ¿Tenía razón? En parte sí, pero en gran parte no. El mundo que conoció en su juventud sólo existía en fotos tomadas en aquella época, y creo que gran parte de su crítica exponía sobre todo su sorpresa ante cómo afrontar un mundo que no acababa de entender. A los que somos de la generación llamada X, la antecesora de los “millennials”, nacidos entre 1965 y 1980, y que ahora tenemos entre los 35 y 50 años, nos encanta rememorar lo que hacíamos en, por ejemplo, EGB, y como ahora nuestra franja de edad es la que empieza a ser la poseedora de las rentas e ingresos más altos de la sociedad, nuestros gustos imponen modas comerciales. Dentro de quince años es muy probable que se viva un proceso de añoranza de la “grandiosa ESO” que era lo mejor de lo mejor, no como eso que hay ahora (a saber lo que habrá entonces) y desde luego mucho más avanzada que esa carca de la EGB, que ya pocos recordarán, como ahora no se habla mucho del PREU, salvo entre los jubilados que lo tuvieron que realizar en sus tiempos. Y así hasta el infinito. Como en la película de Woody Allen “Midnight in Paris” cada generación añora un pasado mítico que no lo fue, y que en su momento se veía como decadente respecto a un pasado anterior que, ese sí, era genial. Este tipo de engaños mentales sólo conducen a la melancolía.


No se cuál será el destino de los “millennial”, ni del mundo que les tocará gestionar, igual que no se ni cuál es mi propio destino ni lo que hacer en gran parte con mi vida. Creo que la formación que posee esa nueva generación es inferior a la nuestra, pero que se van a enfrentar a retos distintos, propios, y que tendrán que superar como puedan. En ella se esconden miles de individuos con característica, sueños, limitaciones y posibilidades muy distintas. Cometerán errores viejos y otros nuevos, solucionarán problemas viejos y crearan nuevos, como lo han hecho todas las generaciones habidas, y no dejarán de oír en todo momento la crítica de las generaciones mayores. Ya les tocará a ellos mirar mal y criticar con saña a los nacidos a partir del año 2000, que eso seguro que serán mucho mucho peores….

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