¿Se han enterado de que ayer por la noche jugó un partido la selección española? ¿NO? Pues corran y díganme como lo han hecho para permanecer aislaos ante semejante evento, el culmen de las aspiraciones de un ciudadano normal, la quintaesencia de la diversión y el placer.... si te gusta el fútbol, claro. Como a mi no me va nada me conformo con esperar que esta fiebre de mundiales pase lo más rápido posible, pero incluso en la quietud de la calle uno no puede huir lo suficiente de la maraña de los goles., aficionados y demás, como me sucedió ayer por la noche en los jardines cercanos a mi casa.
Aprovechando el calor y que no se podían oír tertulias en la radio, por eso del fútbol, bajé a la calle a leer bajo las farolas y un viento agradable. Allí estaban, en un banco cercano, cuatro señoras y un apático señor, discutiendo ardorosamente de política. Una de ellas adoraba al gobierno actual, la otra le consideraba la fuente de todos nuestros males y la tercera y el señor cabizbajo decían de vez en cuando que tos eran unos mangantes y que no se merecían más que la cárcel. Como muestra sociológica del país me pareció bastante representativa, la verdad. Entre las voces de esa cuadrilla avanzaba yo en el texto, muy interesante por lo demás, cuando de repente se empiezan a oír gritos, saltos y aplausos. Las cuatro señoras y el hombre, esta vez sí, responden al unísono y empiezan a aplaudir. Se oyen cohetes, petardos y algunas tracas lejanas, y todo el mundo vocifera eso de gol, a voz en grito, para que se enteren hasta las farolas y las hormigas que, en el suelo, a lo suyo iban, pobrecitas, sin saber lo que es el fútbol. Y no pude sino preguntarme a que narices venía semejante alegría por un simple partido de fútbol, pero era curioso ver como las cuatro señoras y el abúlico señor se agitaban y chocaban las manos como adolescentes.
Y la escena se repitió tres veces más, sí, tres, por lo que se me el resultado del partido desde ayer, y eso que no vi nada. En el tercer estruendo hasta hubo algún animado de La Elipa (barrio que intuyo desde el mío) que se animó y hecho alguno pequeños fuegos artificiales. Por lo menos el partido se acabó y pude seguir con la lectura tranquilamente, incluso acabar el libro, cosa que me produjo más placer que las evoluciones de un grupo de ricos mimados sobre el césped. Por si alguien tiene curiosidad, el libro se titulaba “Fractales y Finanzas” de Benoit Mandelbrot, que pone bastante mal a la econometría clásica y abre puertas a la imaginación y el conocimiento. Vamos, como el partido de ayer, igualito...............
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