La semana pasada se publicó la noticia de que una emisora de radio de Inglaterra, Essex FM decidió dejar de emitir la ya muy famosa canción “You are Beautiful” del cantante James Blunt, antes coronel del ejército británico, y ahora reconvertido a cantautor de éxito, porque la gentes estaba harta de oírla a todas horas. A parte del potencial que tiene la emisora de radio citada y la región del sur de Inglaterra del mismo nombre para hacer negocio en el mundo del cibersexo, no puedo más que pensar la de veces que esta medida debiera ser tomada por todas las emisoras de lo que se denomina radiofórmula, que invaden nuestros oídos siempre con las mismas canciones, y eso que, en este caso, la prohibida es muy bonita y me gusta. Podíamos haber empezado con Bisbal, no??
Recuerdo de mi vista a San Francisco, de hace ya cuatro años (¡cómo pasa el tiempo, que horror!), que había una emisora de radio que sintonizaban en la casa en la que yo estaba de visita en la que, invariablemente, con un repertorio de diez – quince canciones, se apañaba toda la programación. Era una pesadez absoluta. Le comenté yo a una de las compañeras de piso de la amiga a la que yo visitaba que aquello era siempre lo mismo, la misma música, y ella, sin dejar de oírla con cara de satisfacción decía que sí, que esa emisora siempre era así, pero no la quitaba, no. En todas partes, cuando un tema se pone moda, es bombardeado sin piedad desde todas partes, y eso es obligatorio ahora, que llega lo de la canción del verano, puesto disputado este año entre los amantes de laura y del corral, que después de ser usado por la horrible campaña de La Sexta se está ganando el título de pesado del año (en dura pugna con los políticos catalanes y el bodrioestatut, es cierto). ¿Cuántas veces oye uno la canción del verano a lo largo de un sábado de agosto? Tantas como bares, terrazas y emisoras sintonice, coches atronadores se cruce, o tiendas de ropa alcance a visitar. Es insoportable.
Pero lo peor es cuando piensas, como me pasa a mi, que la canción del verano, y la mayor parte de la música que se radia hoy en día es de una calidad lamentable, y por una cuestión de marketing, de hacer caja para los distribuidores, la SGAE y Ramoncín, te obligan a consumirla. En el “top manta” sólo hay versiones semigratuitas de lo mismo, y si uno añora la música de los ochenta o décadas anteriores, o de estilos alternativos no muy considerados, la lleva clara. Ni pensar si te gusta la música clásica o la antigua, eso ya es de aurora boreal. Salvo en el emule no encontrarás nada, pero, eso sí, el coche que está en el semáforo con las ventanillas bajadas atronará “regetton” o cualquiera de esos ritmos frescos y novedosos que cautivan a las masas........... y las esclavizan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario