lunes, octubre 21, 2013

El Ibex supera los 10.000 puntos


Tras un decepcionante inicio de año, lleno de titubeos, subidas discretas, bajadas seguras y sin poder escapar de eso que se denomina movimiento lateral, el Ibex comenzó a subir con ganas a mediados del verano, primero tímidamente, luego de una forma mucho más decidida que el resto de bolsas mundiales, y desde entonces no ha parado. Creo que el balance de las últimas ocho semanas ha sido positivo, y los últimos ocho días ha marcado máximos anuales, dejando el registro el pasado viernes en la cota del 10.001, un valor de psicológico, como dicen los medios de comunicación.

Quedaría muy bien por mi parte decirles que, como sigo la actualidad económica y financiera día a día vi venir esta subida y allá por verano invertí dinero en la bolsa, y ahora les escribo desde el colchón de mis ganancias acumuladas, pero eso no es cierto. No atisbé para nada el cambio de ciclo bursátil, y cuando las cotizaciones subían en agosto seguía pensando que sería un calentón de verano, nada serio. En septiembre, a la vuelta de mis vacaciones, los valores seguían subiendo y, con una ganancia acumulada por el índice que ya consideraba muy alta, decidí no entrar. Como ven no he tomado ni una sola decisión correcta en estos meses, y aún hoy sigo pensando que el Ibex está muy alto y que no quiero entrar, lo que puede significar que, probablemente, todavía quede un intenso recorrido al alza. En fin, como muchos inversores individuales, aún con los huesos molidos por las bajadas de estos últimos años, asisto con bastante escepticismo a este calentón de los valores, que lo achaco más a razones coyunturales y de dopaje del mercado que a la recuperación económica que se vende en los medios, que a mi modo de ver aún dista mucho de producirse. Es cierto que España ha tocado fondo en su recesión y que a partir del tercer trimestre de este año, estos meses que ya vivimos, observaremos tasas de crecimiento del PIB trimestrales positivas, lo que es una muy buena noticia, y un primer paso para salir del agujero, pero aún queda muchísimo. Suponiendo que esa tendencia positiva se mantenga en el tiempo, cosa que está por ver, serían necesarios muchos muchos trimestres para que el crecimiento empezase a tener influencia en la creación de empleo y en la reducción del déficit público, momento en el que el impacto de la recuperación empezaría a ser percibido por la población, que no nota en su bolsillo estas subidas de la bolsa. En mi opinión, y como buen economista que soy, puedo darles dos razones por las que sube el Ibex, y ninguna que justifique porqué sabiendo esto no me metí en bolsa en verano. La primera es que, no me lo negarán, España se ha abaratado mucho. La devaluación interna que estamos practicando desde hace tiempo aumenta nuestra competitividad exterior, sí, y coloca el cartel de “Ganga” en muchos de nuestros activos y empresas, lo que hace que haya flujos de dinero internacional que acudan a quedarse con lo que vean que es atractivo, tanto en bolsa como en el mercado inmobiliario. La segunda, y más importante de todas, es que la política de liquidez infinita que practican el BCE y la FED está generando un ciclo financiero desbocado, que funciona de manera paralela a la realidad económica, que está inflando algunos activos y generando distorsiones por doquier. Cada vez es más necesario que la FED norteamericana empiece, de manera gradual y suave, a retirar sus estímulos para tratar de atemperar los flujos que ha desatado, pero por ahora eso no se lleva a cabo, Bernanke se “rajó” hace un mes y su sucesora, Janet Yellen, no es partidario de hacerlo ya. Este asunto es de los que hay que seguir con mucha atención.

Y entre tanto, los capitales que empiezan a salir de los mercados emergentes, que empiezan a frenarse por cuestiones diversas, acuden en masa a nuevos mercados, entre ellos los europeos, que ven como bajan sus primas periféricas y suben sus bolsas. Bienvenido sea este dinero, y cualquier otro que acuda a nuestro país, pero sean conscientes de que esta remontada financiera no está, de momento, muy relacionada con la recuperación de la economía real, sumida todavía en una profunda depresión de demanda. Ojalá veamos pronto datos que indiquen que esos flujos financieros se trasladan a la actividad real pero, de momento, el subidón de bolsa es un mundo paralelo, y de los brotes verdes mejor ni mencionarlos.

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