Es
curioso como ciertas historias que parecían muy claras y obvias se enredan y
acaban por parecer algo muy distinto a lo que prometían. No sólo en las series
hay giros de guion inesperados, sino que la realidad también los ofrece.
Enrevesa las tramas, sí, pero las hace más atractivas. Lo que parecía una
vulgar operación de acoso a un líder político emergente, la luz que guía a
Podemos hacia la tierra prometida, el líder supremo Pablo Iglesias, encabezada
por el sucio personaje que se esconde tras la denominación de “comisario Villarejo”
se está transformando en una historia de muchas aristas en las que Villarejo
sigue siento sucio e Iglesias muestra que no le va muy a la zaga en maldad,
cosa que no es sorprendente.
Antes
de las elecciones de 2019, qué lejos que da eso, el caso de la tarjeta
sustraída al móvil de Dina Bousselham, asesora de Iglesias, era sencillo de
interpretar, y obvio el rédito político que los morados sacaban del mismo. Una
operación de las cloacas para desprestigiar a Iglesias y a su formación para
impedirles el ascenso al poder, o si a él llegaban, bloquear su ejercicio. La
tarjeta de ese móvil acaba en manos del director del grupo editor de la ya
extinta Interviú y éste se la da a Iglesias, que tiene una prueba de cargo para
enarbolarla en la bandera de “los de abajo frente a los de arriba”: Con
Villarejo de por medio todo es posible y la trama antipodemos es coherente.
Electoralmente poco éxito le saca Iglesias a la historia, dado que sus
resultados en cada elección menguan, a la par que lo hace el control estalinista
de su persona y familia sobre la formación política. Sin embargo en las últimas
semanas se han ido conociendo nuevas noticias de este asunto de la tarjeta y el
proceso judicial que está abierto al respecto. ¿por qué hay un juez de por
medio? La causa se judicializa cuando se descubre que la tarjeta fue entregada
finalmente a su dueña deteriorada, destruida por un tercero, en lo que es un
delito contra la propiedad de la información. Como se suponía que la tarjeta
contenía información privada que afectaba tanto a Bousselham como a Iglesias
(vaya vaya, el líder supremo y su corte de admiradoras) el juez abre procedimiento
y, entre los perjudicados, incluye a Iglesias, en coherencia con lo que
comentaba al principio de la teoría del chantaje de las cloacas. Pero hete aquí
que la cosa cambia cuando Bousselham declara ante el juez que fue el propio
Iglesias el que le devolvió la tarjeta deteriorada. Vaya, el perjudicado con la
carga de la prueba destruida. Eso es más raro. Controlada en todo momento por
una abogada de Podemos muy cercana al círculo del líder, Bousselham cambia de
versión declarada y busca exculpar a Iglesias, pero el juez ya está mosqueado,
y empieza a sentir que la historia no es lo que parecía. Los medios afines a
Podemos y sus redes sociales se encuentran ante un problema, y tras algunas
vacilaciones, cambian de registro y se dedican a atacar con saña a la versión
del juez, manteniendo en todo momento la idea original de las cloacas y que
todo es una retorcida versión que trata de incriminar al inocente hombre corriente
encarnado en Iglesias. En paralelo, Iglesias crea para Bousselham una web
digital de noticias, denominada La última
hora, que se presenta como un medio independiente al servicio de la
ciudadanía, al que sólo le falta el logotipo arcaico de diseño soviético para
ser el Gramma o Pravda en versión hispánica. Día tras día surgen nuevas
informaciones sobre el caso, audios de las declaraciones de una
Bousselham que se ve acorralada entre el juez y su líder y mensajes en los
que se ve connivencias entre la fiscalía e Iglesias.
¿Hubo
un intento de chantaje sobre Iglesias por parte de Villarejo y alguien más? Muy
probablemente ¿Contenía esa tarjeta material que podía servir para chantajear
al líder y Bousselham, y quizás a alguien más? Casi seguro. ¿Actuó Iglesias de
manera oscura con esa información durante los muchos meses que tuvo la tarjeta
en su poder? Parece que sí ¿Alguien más que todos ellos posee copias de esa
información “interesante”? Muy probablemente sí. ¿Es Bousselham la pieza más frágil
de la trama y la que ha cometido el error de destaparla? Parece probable. El
locuaz Iglesias no dice nada desde hace varios días, y eso como mínimo es
muestra de que algo oculta el líder, la luz que guía y señala siempre, sólo, la
verdad.