miércoles, junio 24, 2020

Las bazas de Ciudadanos


Con las últimas prórrogas del estado de alarma se pudo ver un incipiente giro en la política nacional que puede tener continuidad, o no, en función de cómo se desarrollen los acontecimientos. De hecho han sido dos las cosas que han resultado políticamente interesantes durante el llamado proceso de desescalada. Una es la disminución de la bronca política, que llegó a hacerse irrespirable en un determinado momento, inflamando parte de las calles. En ese instante Vox y Podemos, dos fuerzas extremistas, rupturistas, populistas y tan parecidas como aparentemente opuestas dominaban el discurso, y lo convertían en algo bronco, sucio, evitable. Parte de esa ira se ha suavizado y sus protagonistas devaluados.

La otra cosa interesante es el viraje de Ciudadanos, o más bien su intento de rentabilizar los diez escaños que tiene en el Congreso tras la debacle de las elecciones de noviembre. La trayectoria de Ciudadanos se estudiará en las escuelas de política, de cómo logrando en abril de 2019 un resultado espectacular su dirigencia, con Albert Rivera a la cabeza, naufragó, emborrachada de aspiraciones. Como en la escena clásica de la Odisea, Rivera oyó el tentador canto de las sirenas que le decían que superaría al PP, y se lanzó al agua embriagado por el mensaje. Y ahí se ahogó, políticamente hablando. En noviembre ciudadanos quedó laminado, perdiendo cuatro quintas partes de su representación electoral, y desde entonces estaba noqueado, como no podía ser de otra manera. El arranque de la legislatura, con el pliegue total del PSOE a las exigencias de Podemos y Esquerra le dejaba a los de Arrimadas, ya sola en el liderazgo, sin alternativas. Pero llegó la pandemia y lo cambió todo. A medida que se hacían necesarias nuevas prórrogas del estado de alarma y que el gobierno perdía apoyos el papel de Ciudadanos empezó a aparecer como uno de los relevantes, y en un momento dado Arrimadas decidió arriesgar, y ofrecer sus votos al gobierno para una de las prórrogas en las que ya estaba claro que sus socios de investidura se comportaban como los insaciables chantajistas que son. Esta decisión provocó reacciones de todo tipo, y sonoras críticas, tanto desde el entorno de los socios nada fiables como desde las propias filas de Ciudadanos, que vio como personas significativas que aún se mantenían desde la etapa anterior, como Juan Carlos Giraulta o Marcos de Quinto dejaban escaños, cargos y militancia, opuestos a las decisiones de Arrimadas. Desde medios afines al PP se han dado muchos palos a Ciudadanos por esta postura y esos palos han ido a más a medida que otras prórrogas han salido adelante con su voto y que empieza a vislumbrarse un posible acuerdo a futuro de presupuestos en el que los votos de Ciudadanos serían decisivos. Las críticas de esos medios inciden mucho en el papel de tonto útil que representan Arrimadas y los suyos, y el favor que le hacen a un Sánchez a quien lo único que le importa es él mismo y su supervivencia personal. Desde los medios afines al gobierno se alaba en letra pequeña el gesto de Ciudadanos y se les mira con displicencia, después de haberles criticado con saña en el pasado por todas sus decisiones, y como el partido es pequeño y carece de influencia mediática no he visto a ninguna cabecera que respalde su postura y apenas algunos columnistas que alaban lo que Arrimadas está tratando de hacer. Si con cincuenta escaños no había periódicos de Ciudadanos, con apenas diez ni les cuento lo que renta apoyar desde una tribuna escrita a esa formación.

¿Acierta Arrimadas con su estrategia? Está por ver, es arriesgada e incierta, pero creo que es la única viable que le quedaba. Lo que es seguro es que la estrategia anterior le sumió en el desastre y algo tenían que hacer para recuperar como mínimo una cierta relevancia. Si lo que ahora hacen se traduce en una pérdida de votos y escaños lo veremos en el futuro, pero es obvio que, viniendo de donde vienen, o se mueven o desaparecen, y que el gran desastre ya se produjo en noviembre. Desde las dos orillas políticas y mediáticas se ataca a la formación porque, aunque no son muchos, sus votos y escaños serían importantísimos si se unieran a uno u otro bloque en unos futuros comicios, son golosos tanto para PP como para PSOE. De momento Arrimadas muestra tener olfato y ha logrado cabrear a Esquerra lo que, como dice el portavoz Edmundo Bal, es síntoma de que algo estarán haciendo bien.

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