A veces, en la barra del bar o en nuestras casas, nos ponemos a discutir sobre asuntos en los que cada uno de nosotros vemos la realidad de una manera tan obvia y sencilla que nos parece difícil que otras personas no puedan compartir nuestras opiniones. Habitualmente son estos debates los que dan la salsa a la vida, aunque a veces pueden degenerar en discusiones y riñas infantiles. De todas formas, siempre acabamos con la duda sobre si yo, o él, habrá ganado la discusión y sobre quién, en el fondo, tenía la razón sobre lo que hablábamos.
Y esto nos ocurre en temas sobre los que tenemos un cierto conocimiento. Cuando el asunto de debate es complicado, farragoso y casi inexplicable la discusión da para poco.... pero a veces no. Llevamos mucho tiempo oyendo habar de la renovación del sistema de financiación autonómica, y de la eterna discusión que se traen entre manos el POSE y el PP al respecto de la población, al dispersión, como favorecemos más o menos a Cataluña, que si lo hacemos a escondidas o no, etc. Ayer se reunió ZP con Esperanza Aguirre, y para sorpresa mía, hubo un aparente acuerdo. ¿Qué se dijeron en la reunión? ¿qué se acordó? ¿uso ZP su vieja táctica de decir a todo el mundo lo que quiere oír para luego hacer lo que le parezca? Pues bien, no soy capaz de responder a la pregunta, porque si uno coge los dos principales periódicos del país el resultado es diametralmente opuesto, y me atrevo a decir incompatible. Así, El Mundo titula en portada “Aguirre arranca a Zapatero garantías de tratar a todos como a Cataluña” haciendo ver que ha sido Esperanza la que ha doblegado a ZP para lograr el acuerdo. Frente a esto, el País titula “Aguirre avala en La Moncloa la nueva financiación que propone Zapatero” en lo que sería una muestra de la capacidad de ZP para doblegar la inicialmente opuesta actitud de Aguirre. En lo único que coinciden los dos titulares es que empiezan por “Aguirre” e incluyen a “Zapatero” por el medio, pero la historia que cuentan es tan opuesta la una a la otra como el día a l noche. Y ahora, si usted y otra persona, en el café de hoy están hartos de la lotería, porque son de la inmensa mayoría a la que no les ha tocado nada, y quieren hablar sobre financiación autonómica, qué postura escogen? Porque resulta evidente que en este caso es la ideología de cada periódico la que ha elaborado el titular correspondiente, y me temo que hasta que pasen unos meses no se podrá saber quién tenía la razón. Si tratándose de temas tan cercanos existen estos grados de distorsión en lo que vemos publicado, agarrémoslo a la hora de juzgar algunos titulares sobre países lejanos, que aparecen de vez en cuando no ya en las portadas, sino en páginas interiores, y a quien sabe cuando de lo que se dice sobre ellos responde a la verdad o a una visión más o menos distorsionada de la misma.
Si no pasa nada raro esta será la última entrada del blog en este año 2008. Me cojo vacaciones navideñas hasta el Domingo 4 de enero, terminando así un año que, en lo noticioso, ha estado marcado por esa crisis que se ahonda por momentos, y en lo propio por un intento frustrado de ser funcionario de verdad, un logro, a través de una vía indirecta, de ser indefinido en el Ministerio, y seguir aquí el año que viene y otros más, y algún descubrimiento personal de esos que le dejan a uno atónito al darse cuenta de cuanta belleza y bondad puede anidar en una persona. En fin, un año más intenso de lo que esperaba. Felices fiestas a todos, gracias por leerme alguna vez (me hace muy feliz, en serio) y que el 2009 sea mejor de lo que podamos imaginar. De nosotros dependerá, en gran medida, que así sea.
martes, diciembre 23, 2008
lunes, diciembre 22, 2008
La semana feliz
Hoy es 22 de diciembre. Muchas personas ya están de vacaciones navideñas, algunas disfrutándolas, otras forzadas por la coyuntura económica y otras sin saber si volverán, o si la vuelta, de producirse, durará mucho. Coincide que además es Lunes, por lo que esta semana es la semana navideña del todo, y el famoso sorteo de la lotería ya está aquí para poner la banda sonora de las fiestas a la ilusión y alegría de muchos. Se ha puesto de moda decir que la Navidad es una porquería, y es bien visto aseverar que uno odia estas fiestas. A mi, no voy a negarlo, me gustan, son raras, y en ellas incluso algunos intentan portarse mejor que el resto del año, y sólo por eso ya merecen la pena.
De manera inevitable, esta Navidad va a estar pasada por el tamiz de la crisis de las narices, y eso también afecta a la lotería. Se ha vendido mucho, más si tenemos en cuenta lo que ha caído el consumo de media desde el verano, y eso no es más que un síntoma de que la gente busca la ilusión en los bombos cuando ha perdido su confianza en todo lo demás. Y es que ese es uno de los principales problemas de esta crisis, la pérdida de confianza. Ya lo decía ayer muy bien el Gobernador del Banco de España, afirmando que todo el mundo desconfía de todo el mundo, y así no vamos muy lejos. Y no es extraño dejar de fiarse. Uno ve que los bancos pierden dinero tras jugar al casino de las hipotecas y los gobiernos los rescatan, mientras que las PYMEs y los particulares se hunden en el magma del paro y la quiebra, otras personas observan como, en sus empresas, su desempeño profesional no es tenido en cuenta y ven rescindidos sus contratos, y se abocan al paro, siendo cubiertas sus plazas por personal que cobra menos y que está pero capacitado, pero que a la empresa poco parece importarle con tal de cuadrar unas cuentas a final de mes. Y si uno, hombre de la calle, observa como algunas fortunas pierden parte de sus camisa en una estafa como la organizada por el amigo Madoff se puede esperar lo peor para su futuro personal. Y es que vivimos tiempos dominados por la falta de ética, escrúpulos, moral y profesionalidad. Porque qué otra cosa es el escándalo Madoff que un contubernio entre grandes aristócratas financieros, dotados de información privilegiada que sólo es accesible a ellos mismos, y que basan su lucro y crecimiento en que su propia posición de poder los hace inaccesibles a los sistemas de vigilancia y control. Hemos convertido las finanzas, un asunto muy serio y respetable, en un enorme casino, lleno de jugadores tramposos orgullosos de amañar la ruleta, sabedores de jugar con cartas marcadas y que presumen de ello, y en el que la ganancia rápida y fácil oculta todo. Los organismos reguladores y los dirigentes políticos, pensados sobre todo para controlar a estos poderosos y a velar porque usted y yo, simples ciudadanos sin influencias ni poder (bueno, si algún lector pertenece al grupo de los poderosos... enhorabuena!!) no seamos timados, se han evadido, han desaparecido, y parece que no quieren saber nada al oír términos como “asumir responsabilidades”, “dimitir” o palabras tan soeces y vulgares cuando son dichas por los estafados, claro. Qué bien lo expresaba ayer el bueno de Thomas Friedman al decir que, después de lo visto, no sólo necesitamos un rescate financiero, sino sobre todo, un rescate ético. Y no sólo en EEUU, que también. En España estamos igual, o pero, en casi todos los aspectos.
Así, sospechando que el dinero del banco se ha convertido en humo, no es de extrañar que la gente se fíe más de los niños de San Ildefonso que de otras cosas que, aparentemente, eran más serias y profesionales. Como todos lo años, yo no juego nada, por lo que siempre me va a tocar un 30% de lo recaudado, que es lo que se queda Hacienda de este impuesto voluntario que llamamos lotería. A ver si tiene suerte, querido lector, y es agraciado con un premio, ya que parece que el rumor malintencionado que corría por ahí la semana pasada de que el sorteo estaba amañado para que le toque a Botín para tapar sus agujeros no es cierto, aunque cosas más increíbles hemos visto, verdad???
De manera inevitable, esta Navidad va a estar pasada por el tamiz de la crisis de las narices, y eso también afecta a la lotería. Se ha vendido mucho, más si tenemos en cuenta lo que ha caído el consumo de media desde el verano, y eso no es más que un síntoma de que la gente busca la ilusión en los bombos cuando ha perdido su confianza en todo lo demás. Y es que ese es uno de los principales problemas de esta crisis, la pérdida de confianza. Ya lo decía ayer muy bien el Gobernador del Banco de España, afirmando que todo el mundo desconfía de todo el mundo, y así no vamos muy lejos. Y no es extraño dejar de fiarse. Uno ve que los bancos pierden dinero tras jugar al casino de las hipotecas y los gobiernos los rescatan, mientras que las PYMEs y los particulares se hunden en el magma del paro y la quiebra, otras personas observan como, en sus empresas, su desempeño profesional no es tenido en cuenta y ven rescindidos sus contratos, y se abocan al paro, siendo cubiertas sus plazas por personal que cobra menos y que está pero capacitado, pero que a la empresa poco parece importarle con tal de cuadrar unas cuentas a final de mes. Y si uno, hombre de la calle, observa como algunas fortunas pierden parte de sus camisa en una estafa como la organizada por el amigo Madoff se puede esperar lo peor para su futuro personal. Y es que vivimos tiempos dominados por la falta de ética, escrúpulos, moral y profesionalidad. Porque qué otra cosa es el escándalo Madoff que un contubernio entre grandes aristócratas financieros, dotados de información privilegiada que sólo es accesible a ellos mismos, y que basan su lucro y crecimiento en que su propia posición de poder los hace inaccesibles a los sistemas de vigilancia y control. Hemos convertido las finanzas, un asunto muy serio y respetable, en un enorme casino, lleno de jugadores tramposos orgullosos de amañar la ruleta, sabedores de jugar con cartas marcadas y que presumen de ello, y en el que la ganancia rápida y fácil oculta todo. Los organismos reguladores y los dirigentes políticos, pensados sobre todo para controlar a estos poderosos y a velar porque usted y yo, simples ciudadanos sin influencias ni poder (bueno, si algún lector pertenece al grupo de los poderosos... enhorabuena!!) no seamos timados, se han evadido, han desaparecido, y parece que no quieren saber nada al oír términos como “asumir responsabilidades”, “dimitir” o palabras tan soeces y vulgares cuando son dichas por los estafados, claro. Qué bien lo expresaba ayer el bueno de Thomas Friedman al decir que, después de lo visto, no sólo necesitamos un rescate financiero, sino sobre todo, un rescate ético. Y no sólo en EEUU, que también. En España estamos igual, o pero, en casi todos los aspectos.
Así, sospechando que el dinero del banco se ha convertido en humo, no es de extrañar que la gente se fíe más de los niños de San Ildefonso que de otras cosas que, aparentemente, eran más serias y profesionales. Como todos lo años, yo no juego nada, por lo que siempre me va a tocar un 30% de lo recaudado, que es lo que se queda Hacienda de este impuesto voluntario que llamamos lotería. A ver si tiene suerte, querido lector, y es agraciado con un premio, ya que parece que el rumor malintencionado que corría por ahí la semana pasada de que el sorteo estaba amañado para que le toque a Botín para tapar sus agujeros no es cierto, aunque cosas más increíbles hemos visto, verdad???
viernes, diciembre 19, 2008
Susto o muerte
Esta semana hemos tenido la visita, en algunas capitales europeas, no de los pajes reales ni del gordo Papa Noel y sus renos psicodélicos, no sino de otra clase de emisarios, también probablemente de oriente, cargados de muy mala uva, negativos deseos y de toneladas de carbón, pero no del dulce, ni siquiera del de la calefacción. Era carbón contaminante, peligroso y potencialmente explosivo, y es que en el campo del terrorismo internacional hemos llegado al momento de los atentados demo, las amenazas explícitas y la extorsión refinada a un grado difícil de imaginar, pero sumamente efectivo.
Así, el Miércoles se cortó parte de la calle Serrano de Madrid y se organizó un tremendo lío porque la embajada de Estados Unidos, sita en esa calle tan comercial, había recibido un sobre con un polvo blanco, en lo que se sospechaba podía ser un atentado bacteriológico con ántrax o sustancias similares. Tras unas averiguaciones se comprobó que era una falsa alarma, y que el sobre contenía harina de lo más vulgar, pero lo que no ha trascendido tanto a los medios es que ese día fueron varias las embajadas norteamericanas a lo largo del mundo que fueron obsequiadas con ese mismo regalo navideño, de un gusto más que dudoso. Nadie se ha hecho responsable del envío, por el momento, pero sí ha aparecido un nuevo grupo islamista que ha protagonizado un simulacro de atentado en París. En este caso se ha tratado de la colocación de cinco mochilas bomba en unos grandes, céntricos y lujosos grandes almacenes en el centro de la capital francesa. Las mochilas no llevaban detonador, de tal manera que no podían explotar. Se trataba de un “aviso” mediante el cual el grupo terrorista pide la salida de las tropas francesas de Afganistán, y demuestra así la obvia vulnerabilidad que se da en las ciudades modernas, y en aquellos lugares de tránsito abiertos al público y frecuentados por multitudes, imposibles de ser controlados de manera exhaustiva y efectiva. El caso francés me recuerda a esa escena de las películas de mafiosos en las que se envía una cabeza de caballo o un animal muero a la casa del amenazado, o más local y efectivamente, esos casos en los que los etarras han enviado a sus amenazadas víctimas copias de las llaves de su portal o lonja, demostrándoles que les tienen controlados, y que a su pesar ya se han infiltrado en su vida. En ambos casos la amenaza es seria, y las autoridades deben ponerse a trabajar muy seriamente para intentar minimizar los riesgos, que no eludirlos, porque eso es imposible, pero en lo que hace referencia al caso francés un atentado múltiple en París sería un desastre absoluto, no sólo por el número de posibles víctimas, sino por lo que supondría de ataque a una Francia que durante los últimos años se ha situado en unas posiciones poco visibles, o incluso tibias, en lo referente a Oriente Medio, y ay en lo que nos ocupa, en Afganistán. Son las tropas y gobiernos norteamericanos y británicos los que más se están involucrando allí, y más amenazas y atentados han sufrido hasta hora, tanto en el propio Afganistán como en sus propios países. Estaría por ver como reacciona la población parisina ante un hecho semejante.
Sobre el caso madrileño, y el posible escenario de un ataque bacteriológico en una ciudad, es casi mejor no hacer especulaciones, porque la gravedad y consecuencias del mismo, tanto en víctimas, como en pánico social pudieran ser difíciles de controlar. Obama está recibiendo informes sobre posibles graves crisis a las que puede enfrentarse al llegar a la presidencia, y sólo leer los nombres de los problemas pone los pelos de punta. Confiemos en no tener que enfrentarnos a una situación así, pero de la seriedad y el trabajo efectivo de los sistemas de información de nuestros países dependerá que estemos más a resguardo o no de esa amenaza. Lo que más me sorprendió de lo de Serrano es que algunas personas se quejaban por lo “aparatoso” y “peliculero” del espectáculo. Qué feliz vive uno en la ignorancia de ciertas cosas...
Así, el Miércoles se cortó parte de la calle Serrano de Madrid y se organizó un tremendo lío porque la embajada de Estados Unidos, sita en esa calle tan comercial, había recibido un sobre con un polvo blanco, en lo que se sospechaba podía ser un atentado bacteriológico con ántrax o sustancias similares. Tras unas averiguaciones se comprobó que era una falsa alarma, y que el sobre contenía harina de lo más vulgar, pero lo que no ha trascendido tanto a los medios es que ese día fueron varias las embajadas norteamericanas a lo largo del mundo que fueron obsequiadas con ese mismo regalo navideño, de un gusto más que dudoso. Nadie se ha hecho responsable del envío, por el momento, pero sí ha aparecido un nuevo grupo islamista que ha protagonizado un simulacro de atentado en París. En este caso se ha tratado de la colocación de cinco mochilas bomba en unos grandes, céntricos y lujosos grandes almacenes en el centro de la capital francesa. Las mochilas no llevaban detonador, de tal manera que no podían explotar. Se trataba de un “aviso” mediante el cual el grupo terrorista pide la salida de las tropas francesas de Afganistán, y demuestra así la obvia vulnerabilidad que se da en las ciudades modernas, y en aquellos lugares de tránsito abiertos al público y frecuentados por multitudes, imposibles de ser controlados de manera exhaustiva y efectiva. El caso francés me recuerda a esa escena de las películas de mafiosos en las que se envía una cabeza de caballo o un animal muero a la casa del amenazado, o más local y efectivamente, esos casos en los que los etarras han enviado a sus amenazadas víctimas copias de las llaves de su portal o lonja, demostrándoles que les tienen controlados, y que a su pesar ya se han infiltrado en su vida. En ambos casos la amenaza es seria, y las autoridades deben ponerse a trabajar muy seriamente para intentar minimizar los riesgos, que no eludirlos, porque eso es imposible, pero en lo que hace referencia al caso francés un atentado múltiple en París sería un desastre absoluto, no sólo por el número de posibles víctimas, sino por lo que supondría de ataque a una Francia que durante los últimos años se ha situado en unas posiciones poco visibles, o incluso tibias, en lo referente a Oriente Medio, y ay en lo que nos ocupa, en Afganistán. Son las tropas y gobiernos norteamericanos y británicos los que más se están involucrando allí, y más amenazas y atentados han sufrido hasta hora, tanto en el propio Afganistán como en sus propios países. Estaría por ver como reacciona la población parisina ante un hecho semejante.
Sobre el caso madrileño, y el posible escenario de un ataque bacteriológico en una ciudad, es casi mejor no hacer especulaciones, porque la gravedad y consecuencias del mismo, tanto en víctimas, como en pánico social pudieran ser difíciles de controlar. Obama está recibiendo informes sobre posibles graves crisis a las que puede enfrentarse al llegar a la presidencia, y sólo leer los nombres de los problemas pone los pelos de punta. Confiemos en no tener que enfrentarnos a una situación así, pero de la seriedad y el trabajo efectivo de los sistemas de información de nuestros países dependerá que estemos más a resguardo o no de esa amenaza. Lo que más me sorprendió de lo de Serrano es que algunas personas se quejaban por lo “aparatoso” y “peliculero” del espectáculo. Qué feliz vive uno en la ignorancia de ciertas cosas...
jueves, diciembre 18, 2008
Pasa todos los inviernos
En el fondo somos unos aburridos. En este país siempre pasan las mismas cosas en las mismas fechas del año, y las aceptamos con una resignación cristiana digna del mejor mártir lapidado en el Coliseo romano. Todos los años se inunda algún pueblo en al costa levantina, pueblo de esos en los que se gastan millones de euros en urbanizaciones faraónicas pero ni uno sólo en un sistema de alcantarillado o en el encauzamiento de los ríos y limpieza de sus márgenes. Y todos los inviernos nieva, y cientos de personas se quedan atrapadas en una autopista de peaje, y nadie hace nada por sacarlas de allí.
En esto de la nieve la secuencia siempre es más o menos la misma. Da igual que el temporal esté anunciado desde variaos días atrás, como ha sucedido esta última vez en Asturias, o sea de improviso, porque las predicciones del tiempo las ven los abuelitos en casa y gente rara como yo. Con un cielo negro y encapotado, el pardillo conductor hispano llega a una de esas imponentes hileras de cabinas de peaje donde le sangran convenientemente, e incluso a veces le dicen buen viaje. Allá va, camino a su destino, y su preocupación crece a medida que caen los copos de nieve y los quitanieves, esos camiones con una pala que se usan en España y que no sirven para nada cuando cae una buen, no aparecen por ningún lado. “Seguro que están en el refugio viendo la tele” piensa el conductor, con el parabrisas cada vez más cubierto por el polvillo blanco. En estas que, de repente, llega aun atasco, originado por esa nieve que no deja de caer, y se da cuenta de que en pocos minutos él y otros conductores, los que le anteceden y preceden, están irremediablemente atrapados bajo un manto de nieve que crece y crece. El conductor se pone nervioso, saca el móvil y trata de llamar a algún pariente para que le informe del estado del tráfico, a sabiendas de que, cuando es necesaria, la web de la DGT nunca le va a decir la verdad, y eso si llega a acceder a ella. Él y otros infortunados llaman al 112 pidiendo rescate, pero saben que están en España, y que los mensajes de tranquilidad que les llegan por el móvil son tan falsos como blanco el paisaje que les amenaza. Si por lo menos estuviese cerca de la frontera francesa podría llamarle a Sarkozy y ese seguro que nos saca, piensa el conductor, pero estando entre León y Asturias a ver que le cuento al gabacho para que deje de mirar obnubilado a Carla Bruni y se espabile.... Y pasa la noche, y el frío aumenta, el depósito de combustible baja poco a poco y allí no aparece nadie. Puede que haya niños, ancianos, personas con salud débil, o simplemente asustada, que se empiecen a poner nerviosos y no sepan que hacer, pero saben que al menos hasta que pasen unas veinte horas nadie, ni del gobierno nacional, ni del autonómico de una u otra región, ni del ejército ni de la Benemérita ni de la Guardia de Corps de Godoy va a ir a rescatarle. Su única esperanza es que amaine el temporal, y que cuando el convoy de vehículos pueda avanzar por sus propios medios y no sea necesario aparecerán la policía y los antidisturbios y cincuenta políticos, que con un poco de suerte usarán a los rescatadores como fuerza defensiva ante la ira de los ciudadanos abandonados. Porque el conductor sabe que está en España, un país de sinvergüenzas que cobran por todos los servicios posibles pero que a la hora de la verdad no ofrecen ninguno.
Pasados los días habrá una rueda de prensa de los (i)responsables de la autopista afirmando que ellos han actuado correctamente, y que ofrecen la posibilidad de recuperar el dinero cobrado en el peaje, previo relleno de una serie de formularios, y la conservación de este ticket que apunto estuviste tú, amigo conductor , de quemar en la hoguera que te salvó de la congelación, y aparecerá un (i)responsable del Ministerio de Fomento y de la Comunidad Autónoma que dirá que el operativo de emergencia fue correcto, y que la culpa, como siempre, es de esos conductores que se dedican a molestar a las autoridades viajando sin necesidad de un lado a otro, pudiendo estar tranquilamente en casa viendo en la tele..... el tiempo.
En esto de la nieve la secuencia siempre es más o menos la misma. Da igual que el temporal esté anunciado desde variaos días atrás, como ha sucedido esta última vez en Asturias, o sea de improviso, porque las predicciones del tiempo las ven los abuelitos en casa y gente rara como yo. Con un cielo negro y encapotado, el pardillo conductor hispano llega a una de esas imponentes hileras de cabinas de peaje donde le sangran convenientemente, e incluso a veces le dicen buen viaje. Allá va, camino a su destino, y su preocupación crece a medida que caen los copos de nieve y los quitanieves, esos camiones con una pala que se usan en España y que no sirven para nada cuando cae una buen, no aparecen por ningún lado. “Seguro que están en el refugio viendo la tele” piensa el conductor, con el parabrisas cada vez más cubierto por el polvillo blanco. En estas que, de repente, llega aun atasco, originado por esa nieve que no deja de caer, y se da cuenta de que en pocos minutos él y otros conductores, los que le anteceden y preceden, están irremediablemente atrapados bajo un manto de nieve que crece y crece. El conductor se pone nervioso, saca el móvil y trata de llamar a algún pariente para que le informe del estado del tráfico, a sabiendas de que, cuando es necesaria, la web de la DGT nunca le va a decir la verdad, y eso si llega a acceder a ella. Él y otros infortunados llaman al 112 pidiendo rescate, pero saben que están en España, y que los mensajes de tranquilidad que les llegan por el móvil son tan falsos como blanco el paisaje que les amenaza. Si por lo menos estuviese cerca de la frontera francesa podría llamarle a Sarkozy y ese seguro que nos saca, piensa el conductor, pero estando entre León y Asturias a ver que le cuento al gabacho para que deje de mirar obnubilado a Carla Bruni y se espabile.... Y pasa la noche, y el frío aumenta, el depósito de combustible baja poco a poco y allí no aparece nadie. Puede que haya niños, ancianos, personas con salud débil, o simplemente asustada, que se empiecen a poner nerviosos y no sepan que hacer, pero saben que al menos hasta que pasen unas veinte horas nadie, ni del gobierno nacional, ni del autonómico de una u otra región, ni del ejército ni de la Benemérita ni de la Guardia de Corps de Godoy va a ir a rescatarle. Su única esperanza es que amaine el temporal, y que cuando el convoy de vehículos pueda avanzar por sus propios medios y no sea necesario aparecerán la policía y los antidisturbios y cincuenta políticos, que con un poco de suerte usarán a los rescatadores como fuerza defensiva ante la ira de los ciudadanos abandonados. Porque el conductor sabe que está en España, un país de sinvergüenzas que cobran por todos los servicios posibles pero que a la hora de la verdad no ofrecen ninguno.
Pasados los días habrá una rueda de prensa de los (i)responsables de la autopista afirmando que ellos han actuado correctamente, y que ofrecen la posibilidad de recuperar el dinero cobrado en el peaje, previo relleno de una serie de formularios, y la conservación de este ticket que apunto estuviste tú, amigo conductor , de quemar en la hoguera que te salvó de la congelación, y aparecerá un (i)responsable del Ministerio de Fomento y de la Comunidad Autónoma que dirá que el operativo de emergencia fue correcto, y que la culpa, como siempre, es de esos conductores que se dedican a molestar a las autoridades viajando sin necesidad de un lado a otro, pudiendo estar tranquilamente en casa viendo en la tele..... el tiempo.
miércoles, diciembre 17, 2008
La FED tira a matar
Se agolpan las noticias en esta semana previa a las vacaciones, y muchas de ellas dan juego para poder ser comentadas largo y tendido. Pero de lo que sucedió ayer lo más relevante es, a mi entender, la histórica decisión (muchas veces se abusa del adjetivo “histórico” pero creo que esta vez se puede usar sin reparos) de la FED, el Banco Central de los Estados Unidos, de bajar los tipos de interés y dejarlos en un rango que oscila entre el 0% y el 0,25%. Sí, sí, el primer número es un cero redondo, la nada, sin tipo de interés. Nunca en la trayectoria de la FED se había llegado a esos extremos.
El título de la entrada de hoy hace referencia al hecho de que la fijación del tipo de interés es una de las principales herramientas, desde luego la más visible y conocida, que posee un banco central para llevar a cabo eso que denominamos política monetaria. Bajadas de tipos implican políticas expansivas, porque abaratan el crédito del Banco Central al resto de entidades financieras, y se dinamiza así la economía a través de los préstamos otorgados por los bancos privados, se crea dinero y eso empuja la demanda y, habitualmente, los precios. Subidas de tipos generan un camino inverso, basadote la contracción de la demanda y la moderación en los precios. Adicionalmente en Europa las hipotecas variables se fijan sobre el Euríbor, que es un índice de referencia que está claramente determinado por el tipo del BCE. Si la FED ha decidido bajar los tipos a su mínima expresión son varias las reflexiones que uno puede deducir. En primer lugar, la FED es consciente de la enorme gravedad de la crisis en la que nos encontramos, que de ser un terremoto financiero se está convirtiendo en una peligrosa metástasis real que salta de sector en sector, contaminándolo todo y matando empresas y creando desempleos por doquier. Ante eso, la FED lanza el mensaje de que está dispuesto a hacer todo lo que esté en su mano para evitar el colapso, y si eso implica atarse de pies y manos y suicidarse, pues allá va. Y es que después de esta bajada poco puede hacer ya la FED, porque su tratamiento de quimioterapia intensiva le ha dejado sin herramientas. Ahora mismo el Banco Central norteamericano se ha convertido en un espectador, que sólo puede mirar y medir lo efectos de su medida, pero que no puede hacer ya nada. Si este tratamiento de choque no resulta efectivo, la FED poca cosa podrá hacer ya. La política monetaria se ha fulminado, y está por ver que efectos generará una media tan radical como esta. Recordemos que ahora mismo, tras sucesivas bajadas, los tipos en Europa están en el 2,5%, y las presiones para que sigan bajando se acentúan. Parece que a corto plazo nos enfrentamos a un escenario de inflación suavizada, y ya hay analistas que apuntan a que el verano que viene asistiremos a meses deflacionistas, con tasas interanuales negativas. Tipos a cero, deflación.... este es un escenario de pesadilla típico de los problemas de macroeconomía de la facultad, en los que las curvas de IS LM se volvían locas ante esto supuestos, la Demanda Agregada adoptaba posturas inverosímiles y lo que habías estudiado de poco te servía. Ahora todo es real.
¿Y que va a suceder en el futuro? Así, en bruto, y de manera muy general, creo que tenemos dos escenarios posibles. Uno es el de que, tras una caída pronunciada de la economía real, que ya ha comenzado, y que seguiría hasta, al menos, el verano que viene, todas estas medidas empezasen a surgir efecto, y las navidades de 2009 fuesen el arranque de un periodo de crecimiento suave y tranquilo. El otro escenario es el de la “japonización” de la economía mundial, replicando la crisis inmobiliaria japonesa de los noventa, que llevó los tipos allí igualmente a 0, pero que no han evitado que el país lleve más de una década sumido en la atonía. Espero que se de lo primero, pero hay muchas señales que advierten de lo segundo. Veremos a ver que pasa.
El título de la entrada de hoy hace referencia al hecho de que la fijación del tipo de interés es una de las principales herramientas, desde luego la más visible y conocida, que posee un banco central para llevar a cabo eso que denominamos política monetaria. Bajadas de tipos implican políticas expansivas, porque abaratan el crédito del Banco Central al resto de entidades financieras, y se dinamiza así la economía a través de los préstamos otorgados por los bancos privados, se crea dinero y eso empuja la demanda y, habitualmente, los precios. Subidas de tipos generan un camino inverso, basadote la contracción de la demanda y la moderación en los precios. Adicionalmente en Europa las hipotecas variables se fijan sobre el Euríbor, que es un índice de referencia que está claramente determinado por el tipo del BCE. Si la FED ha decidido bajar los tipos a su mínima expresión son varias las reflexiones que uno puede deducir. En primer lugar, la FED es consciente de la enorme gravedad de la crisis en la que nos encontramos, que de ser un terremoto financiero se está convirtiendo en una peligrosa metástasis real que salta de sector en sector, contaminándolo todo y matando empresas y creando desempleos por doquier. Ante eso, la FED lanza el mensaje de que está dispuesto a hacer todo lo que esté en su mano para evitar el colapso, y si eso implica atarse de pies y manos y suicidarse, pues allá va. Y es que después de esta bajada poco puede hacer ya la FED, porque su tratamiento de quimioterapia intensiva le ha dejado sin herramientas. Ahora mismo el Banco Central norteamericano se ha convertido en un espectador, que sólo puede mirar y medir lo efectos de su medida, pero que no puede hacer ya nada. Si este tratamiento de choque no resulta efectivo, la FED poca cosa podrá hacer ya. La política monetaria se ha fulminado, y está por ver que efectos generará una media tan radical como esta. Recordemos que ahora mismo, tras sucesivas bajadas, los tipos en Europa están en el 2,5%, y las presiones para que sigan bajando se acentúan. Parece que a corto plazo nos enfrentamos a un escenario de inflación suavizada, y ya hay analistas que apuntan a que el verano que viene asistiremos a meses deflacionistas, con tasas interanuales negativas. Tipos a cero, deflación.... este es un escenario de pesadilla típico de los problemas de macroeconomía de la facultad, en los que las curvas de IS LM se volvían locas ante esto supuestos, la Demanda Agregada adoptaba posturas inverosímiles y lo que habías estudiado de poco te servía. Ahora todo es real.
¿Y que va a suceder en el futuro? Así, en bruto, y de manera muy general, creo que tenemos dos escenarios posibles. Uno es el de que, tras una caída pronunciada de la economía real, que ya ha comenzado, y que seguiría hasta, al menos, el verano que viene, todas estas medidas empezasen a surgir efecto, y las navidades de 2009 fuesen el arranque de un periodo de crecimiento suave y tranquilo. El otro escenario es el de la “japonización” de la economía mundial, replicando la crisis inmobiliaria japonesa de los noventa, que llevó los tipos allí igualmente a 0, pero que no han evitado que el país lleve más de una década sumido en la atonía. Espero que se de lo primero, pero hay muchas señales que advierten de lo segundo. Veremos a ver que pasa.
martes, diciembre 16, 2008
El casino de Wall Street
Sinceramente, me da la impresión de que ya hemos caído en el campo de los degenerados, hablando en concreto de la crisis financiera. Si hasta hace unos meses los periódicos analizaban empresas, ratios de solvencia y detalles de balances, intentando buscar agujeros o ponzoña, lo que ahora domina son expresiones como estafa, juego piramidal, engaño, etc. Resulta que al final el mayor competidor de Las Vegas y su industria del juego no estaba en Macao, ni en Shangai, sino en la costa este de los mismos Estados Unidos, en un complejo de oficinas, torres y calles que extienden sus tentáculos por todo el mundo y que, para abreviar, llamamos Wall Street.
El nombre de la semana es Bernard Madoff, un individuo ya mayor, de pelo rizado y canoso, de gafas de pasta y con pinta de ser un tranquilo y apacible ciudadano. Lo más chocante de esta crisis es que su causantes, o al menos los que han trascendido, no tienen pinta de “malos”. No se, uno ve a De Juana o a terroristas islamistas y se los imagina cometiendo fechorías, y resulta que es una tropa de elegantes personajes, de aspecto inmaculado, que seguramente le abrirían las puertas a un viejecita en la boca del metro, los responsables de algunos de los mayores desastres financieros de la historia. El famoso Madoff ahora mismo parece haber causado, el solito, un desfalco próximo a los 50.000 millones de dólares, que pasados a euros es una cifra algo menor, pero igualmente monstruosa. Así, parece que Madoff es el arquetipo de financiero sin escrúpulos, voraz, codicioso, que asesinaría a esa viejecita de la puerta del metro por robarle el importe del abono mensual e invertirlo en opciones o derivados.. pero es también Madoff un reflejo de nuestra cultura, de nuestro modo de actuar y hacer las cosas. No nos engañemos, porque si este personaje ha hecho todos estos desmanes ha sido porque estaba en un posición y poseía unos conocimientos que le permitían hacerlo. Reflexionemos un poco, mirémonos al espejo y digamos en alto cada uno de nosotros si, estando en la posición que regentaba Madoff, con acceso a todo el dinero que pudiésemos imaginar en nuestro mayor sueño, hubiéramos hecho lo mismo o no. Nos hubiésemos dejado llevar por nuestra codicia, afán de lucro y sede de poder, que anida en todos, o los sentimientos éticos o morales nos hubiesen refrenado. Me temo que en público la mayor parte negaríamos la mayor, nos manifestaríamos indignados y lanzaríamos exabruptos contra quienes practican estas oscuras tramas financieras, pero en privado, en nuestra casa, la mayor parte de la humanidad daría uno de sus brazos (o los dos, que con esa pasta te puedes comprar un cuerpo entero) a cambio de “madoffar” nuestra vida, si se me permite el palabro. Madoff puede ser una exageración, una caricatura grotesca y deforme, pero en cierto modo en el interior de cada uno de nosotros anida un personaje así en potencia, capaz de saltar y hacer lo que sea por dinero, y esta crisis es, entre otras cosas, el hundimiento de un sistema corroído por la avaricia de todos nosotros.
Ante este panorama tan desolador parece lógico establecer un sistema de control, supervisión e investigación que impida estos desmanes. Bien, pues ese sistema existe, y en este caso ha fracasado estrepitosamente. Me gustó mucho la frase que pronunció ayer en Madrid el gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, extrañado no de que haya ladrones, como los hay en todas partes, sino de que “la policía” no estuviera al tanto. ¿Dónde estaba el supervisor en este caso? ¿Y los gobiernos, esos que pretenden sacarnos de la crisis, por qué no hicieron su labor de control e inspección en su momento? ¿Se limitaron únicamente a recaudar parte de esos inflados e ilusorios beneficios, sin saber que eran sólo humo? Hay mas Madoffs de lo que parece, e irán apareciendo.....
El nombre de la semana es Bernard Madoff, un individuo ya mayor, de pelo rizado y canoso, de gafas de pasta y con pinta de ser un tranquilo y apacible ciudadano. Lo más chocante de esta crisis es que su causantes, o al menos los que han trascendido, no tienen pinta de “malos”. No se, uno ve a De Juana o a terroristas islamistas y se los imagina cometiendo fechorías, y resulta que es una tropa de elegantes personajes, de aspecto inmaculado, que seguramente le abrirían las puertas a un viejecita en la boca del metro, los responsables de algunos de los mayores desastres financieros de la historia. El famoso Madoff ahora mismo parece haber causado, el solito, un desfalco próximo a los 50.000 millones de dólares, que pasados a euros es una cifra algo menor, pero igualmente monstruosa. Así, parece que Madoff es el arquetipo de financiero sin escrúpulos, voraz, codicioso, que asesinaría a esa viejecita de la puerta del metro por robarle el importe del abono mensual e invertirlo en opciones o derivados.. pero es también Madoff un reflejo de nuestra cultura, de nuestro modo de actuar y hacer las cosas. No nos engañemos, porque si este personaje ha hecho todos estos desmanes ha sido porque estaba en un posición y poseía unos conocimientos que le permitían hacerlo. Reflexionemos un poco, mirémonos al espejo y digamos en alto cada uno de nosotros si, estando en la posición que regentaba Madoff, con acceso a todo el dinero que pudiésemos imaginar en nuestro mayor sueño, hubiéramos hecho lo mismo o no. Nos hubiésemos dejado llevar por nuestra codicia, afán de lucro y sede de poder, que anida en todos, o los sentimientos éticos o morales nos hubiesen refrenado. Me temo que en público la mayor parte negaríamos la mayor, nos manifestaríamos indignados y lanzaríamos exabruptos contra quienes practican estas oscuras tramas financieras, pero en privado, en nuestra casa, la mayor parte de la humanidad daría uno de sus brazos (o los dos, que con esa pasta te puedes comprar un cuerpo entero) a cambio de “madoffar” nuestra vida, si se me permite el palabro. Madoff puede ser una exageración, una caricatura grotesca y deforme, pero en cierto modo en el interior de cada uno de nosotros anida un personaje así en potencia, capaz de saltar y hacer lo que sea por dinero, y esta crisis es, entre otras cosas, el hundimiento de un sistema corroído por la avaricia de todos nosotros.
Ante este panorama tan desolador parece lógico establecer un sistema de control, supervisión e investigación que impida estos desmanes. Bien, pues ese sistema existe, y en este caso ha fracasado estrepitosamente. Me gustó mucho la frase que pronunció ayer en Madrid el gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, extrañado no de que haya ladrones, como los hay en todas partes, sino de que “la policía” no estuviera al tanto. ¿Dónde estaba el supervisor en este caso? ¿Y los gobiernos, esos que pretenden sacarnos de la crisis, por qué no hicieron su labor de control e inspección en su momento? ¿Se limitaron únicamente a recaudar parte de esos inflados e ilusorios beneficios, sin saber que eran sólo humo? Hay mas Madoffs de lo que parece, e irán apareciendo.....
lunes, diciembre 15, 2008
Calores contra el frío
Lo más noticioso de este fin de semana ha sido el frío, con permiso de las estafas piramidales en Wall Street que ya habrá tiempo para comentar. A mi no me gusta el frío, nada, nada de nada. Y estos días sale uno a la calle cubierto de ropa, incómodo, con los movimientos atenazados pro las chaquetas y jerséis, corriendo para refugiarse en algún lugar donde no sople ese viento que parece querer cortar en pedazos. El metro, las tiendas, los centros comerciales, todo vale como cámara de aislamiento para eludir el frío, y así uno puede ver cosas que habitualmente se producen en la calle en esos lugares, con lo que se generan escenas algo curiosos.
Este Sábado noche, tras una cena con unos amigos, corrí raudo al metro para no perder el último, y en todo caso no tardar demasiado desde su barrio hasta mi casa, distante un buen trecho con, como mínimo, un intercambio. Al subirme al vagón a eso de la 1 de la mañana me encontré con un botellón en toda al regla. Un grupo de chicos y chicas, más numerosas estas, con las bolsas del supermercado llenas de refrescos y alcohol de alta graduación, y casi todos ellos fumando, aunque pocos tabaco de cajetilla. Como íbamos bastantes en el vagón era difícil sustraerse a lo que los chicos estaban haciendo. Y era curioso, porque los tres chicos que allí había pintaban poco, tanto que uno de ellos, una poco perjudicado, se bajó dos paradas después de la que yo me subí y se fue a casa bamboleándose, mientras que el resto de la tropa se dirigía al centro para seguir la juerga. Dos eran las chicas que dirigían al grupo, que como jefas y responsables eran las que guardaban las bolsas con la bebida y los hielos, al parecer eran el objeto de poder en ese instante, el mando a distancia del salón en el que habían convertido el pasillo del convoy. Soy muy malo para las edades, y según mi intuición eran mayores de edad, pero por poco. Recordé en su presencia los tiempos en los que había personas que fumaban en el metro, o en los autobuses, y que afortunadamente ya se han extinguido, excepto las noches del fin de semana, donde la ley de la selva vuelve a imperar en el suburbano, y no sólo allí. Les miraba y no sabía muy bien que pensar. Por una parte la imagen de alguien más o menos borracho siempre me ha parecido más triste que jocosa, y más aún, no puedo evitarlo, en el caso de una chica. Por otra parte tenía una cierta envidia por esa edad, esa absoluta despreocupación que no lleva en la sangre cuando llega a los veinte años cuando, como digo yo, puedes hacer lo que te de la gana y encima eres plenamente consciente de que estás haciéndolo. Esa época, en mi caso en la universidad, donde todo el mundo se te abre por completo a la espera de que tú te lances y lo descubras, lo disfrutes y apures. Algunos acaban absorbidos por ese mundo y les destroza, otros no se atreven a franquearlo, y otros más lo logran, triunfan, o sobreviven avanzando en él. Es una edad gloriosa.
Y así avanzaban las paradas, y me fijé que entre las chicas había una, la más menuda de ellas, y por mucho la más atractiva, que no parecía estar disfrutando mucho con la juerga que se montaba a su alrededor. A lo mejor esa noche estaba cansada, tras un día agotador, o no le apetecía, o no le gustaba el espectáculo que estaban dando sus amigas. Fuera por lo que fuese cuando me bajé de la línea en el intercambio ella se quedó allí con una cara que presagiaba más decepción que fiesta, mientras que sus amigas seguían sin tener muy claro donde estaban. A ver si hay suerte y, dentro de unos años, se comen el mundo. Al menos el Sábado por la noche se lo estaban bebiendo....
Este Sábado noche, tras una cena con unos amigos, corrí raudo al metro para no perder el último, y en todo caso no tardar demasiado desde su barrio hasta mi casa, distante un buen trecho con, como mínimo, un intercambio. Al subirme al vagón a eso de la 1 de la mañana me encontré con un botellón en toda al regla. Un grupo de chicos y chicas, más numerosas estas, con las bolsas del supermercado llenas de refrescos y alcohol de alta graduación, y casi todos ellos fumando, aunque pocos tabaco de cajetilla. Como íbamos bastantes en el vagón era difícil sustraerse a lo que los chicos estaban haciendo. Y era curioso, porque los tres chicos que allí había pintaban poco, tanto que uno de ellos, una poco perjudicado, se bajó dos paradas después de la que yo me subí y se fue a casa bamboleándose, mientras que el resto de la tropa se dirigía al centro para seguir la juerga. Dos eran las chicas que dirigían al grupo, que como jefas y responsables eran las que guardaban las bolsas con la bebida y los hielos, al parecer eran el objeto de poder en ese instante, el mando a distancia del salón en el que habían convertido el pasillo del convoy. Soy muy malo para las edades, y según mi intuición eran mayores de edad, pero por poco. Recordé en su presencia los tiempos en los que había personas que fumaban en el metro, o en los autobuses, y que afortunadamente ya se han extinguido, excepto las noches del fin de semana, donde la ley de la selva vuelve a imperar en el suburbano, y no sólo allí. Les miraba y no sabía muy bien que pensar. Por una parte la imagen de alguien más o menos borracho siempre me ha parecido más triste que jocosa, y más aún, no puedo evitarlo, en el caso de una chica. Por otra parte tenía una cierta envidia por esa edad, esa absoluta despreocupación que no lleva en la sangre cuando llega a los veinte años cuando, como digo yo, puedes hacer lo que te de la gana y encima eres plenamente consciente de que estás haciéndolo. Esa época, en mi caso en la universidad, donde todo el mundo se te abre por completo a la espera de que tú te lances y lo descubras, lo disfrutes y apures. Algunos acaban absorbidos por ese mundo y les destroza, otros no se atreven a franquearlo, y otros más lo logran, triunfan, o sobreviven avanzando en él. Es una edad gloriosa.
Y así avanzaban las paradas, y me fijé que entre las chicas había una, la más menuda de ellas, y por mucho la más atractiva, que no parecía estar disfrutando mucho con la juerga que se montaba a su alrededor. A lo mejor esa noche estaba cansada, tras un día agotador, o no le apetecía, o no le gustaba el espectáculo que estaban dando sus amigas. Fuera por lo que fuese cuando me bajé de la línea en el intercambio ella se quedó allí con una cara que presagiaba más decepción que fiesta, mientras que sus amigas seguían sin tener muy claro donde estaban. A ver si hay suerte y, dentro de unos años, se comen el mundo. Al menos el Sábado por la noche se lo estaban bebiendo....
viernes, diciembre 12, 2008
Cumbre en Bruselas
Se celebra estos días en Bruselas la cumbre de jefes de estado y gobierno que pone fin al semestre de presidencia francesa de la Unión Europea. Sarkozy se va a pasar llorando todo el fin de semana porque va a dejar de ser al cabeza visible de Europa, y como es sabido su muy escaso afán de protagonismo me temo que la señorita Bruni va a tener trabajo extra para consolarle y librarle de la amargura que le invadirá al ver como el presidente de la República Checa ocupe su puesto de Enero a Junio. Quiénes son esos checos para relevarme, pensará desde su despacho del Eliseo.
Lo más interesante de esta cumbre es el aparente enfrentamiento de las posturas respecto a que hacer frente a al crisis. Por un lado se encuentran Francia e Inglaterra, abanderadas de al intervención pública y el gasto con el objetivo de rescatar a los sectores que se hunden en el fango. Por otro está Alemania, que parece adoptar una postura más prudente, y no quiere caer en deudas excesivas ni en riesgos que hipotequen la recuperación que, algún día, llegará. Esto es interesante, porque afecta al plan de la Comisión de rescate financiero, cifrado en un os 200.000 millones de euros, y es bien sabido que Alemania es el principal contribuyente neto a las arcas de Bruselas. Si los alemanes no quieren pagar es difícil que el proyecto salga adelante. El resto de países se alinean más o menos con alguna de estas posturas. En el caso de España ZP apoya a este nuevo eje París – Londres, con la novedosa aportación teórica expresada ayer de que lo que hay que hacer es confiar en que las negativas previsiones sobre una recesión futura no se cumplan. Sólo le faltó decir que si se cumplen no pasa nada, ya saldremos algún día del pozo.... y claro, así que alguno de los presentes le increpó, creo que más al sistema en general y a la coyuntura que a la figura del presidente, que pasaba por allí y se llevó la bronca. Por de pronto en la subasta de activos financieros celebrada ayer el tesoro tuvo más éxito que en la ocasión anterior. Se colocó más de un 90% del dinero previsto, y bancos y cajas acudieron raudos y solícitos a los fondos frescos a cambio de la venta de los activos. Sí, esas entidades serias, solventes, bien supervisadas y sin riesgo alguno que no necesitan liquidez, pero que si se la ofrecen la demandan como un sediento en medio del desierto, quizás porque a cada día que pasa la liquidez escasea más. El euríbor cae, pero con cuenta gotas, y las familias se benefician del descenso demasiado tarde, en virtud de los plazos de las renovaciones de las cuotas. Así, las entidades están sacando un bonito margen a cuenta del sufrido contribuyente y de paso obtienen recursos que no acaban revirtiendo ni en los particulares ni en las PYMEs vía préstamos. Por lo tanto intuyo que los siguientes balances bancarios, a presentar a principios del año que viene, mostrarán unos abultados beneficios, pero obtenidos a base de sangrar cada vez más a los pequeños clientes, que deben estar cayendo como moscas en medio del fango de las deudas. Todo esto me suena muy mal.
Que quieren que les diga, pero viendo ayer los reportajes sobre esta cumbre y las imágenes de un montón de líderes sonrientes sólo me venía a la cabeza la sensación de asistir a una representación, una reunión de actores que tratan de eludir el fracaso de su gestión durante los últimos años, que no ha hecho nada para evitar del desplome que vivimos y el que se acerca, que va a ser horroroso, y que en los años de bonanza lo único que han hecho ha sido enriquecerse y, en gran medida, dilapidar los recursos. Ya lo predijo el gran Arturo Pérez reverte hace ya bastantes años, y si pasa por estos señores el que se solucione la crisis que vivimos me temo que nos espera una buena. Feliz fin de semana
Lo más interesante de esta cumbre es el aparente enfrentamiento de las posturas respecto a que hacer frente a al crisis. Por un lado se encuentran Francia e Inglaterra, abanderadas de al intervención pública y el gasto con el objetivo de rescatar a los sectores que se hunden en el fango. Por otro está Alemania, que parece adoptar una postura más prudente, y no quiere caer en deudas excesivas ni en riesgos que hipotequen la recuperación que, algún día, llegará. Esto es interesante, porque afecta al plan de la Comisión de rescate financiero, cifrado en un os 200.000 millones de euros, y es bien sabido que Alemania es el principal contribuyente neto a las arcas de Bruselas. Si los alemanes no quieren pagar es difícil que el proyecto salga adelante. El resto de países se alinean más o menos con alguna de estas posturas. En el caso de España ZP apoya a este nuevo eje París – Londres, con la novedosa aportación teórica expresada ayer de que lo que hay que hacer es confiar en que las negativas previsiones sobre una recesión futura no se cumplan. Sólo le faltó decir que si se cumplen no pasa nada, ya saldremos algún día del pozo.... y claro, así que alguno de los presentes le increpó, creo que más al sistema en general y a la coyuntura que a la figura del presidente, que pasaba por allí y se llevó la bronca. Por de pronto en la subasta de activos financieros celebrada ayer el tesoro tuvo más éxito que en la ocasión anterior. Se colocó más de un 90% del dinero previsto, y bancos y cajas acudieron raudos y solícitos a los fondos frescos a cambio de la venta de los activos. Sí, esas entidades serias, solventes, bien supervisadas y sin riesgo alguno que no necesitan liquidez, pero que si se la ofrecen la demandan como un sediento en medio del desierto, quizás porque a cada día que pasa la liquidez escasea más. El euríbor cae, pero con cuenta gotas, y las familias se benefician del descenso demasiado tarde, en virtud de los plazos de las renovaciones de las cuotas. Así, las entidades están sacando un bonito margen a cuenta del sufrido contribuyente y de paso obtienen recursos que no acaban revirtiendo ni en los particulares ni en las PYMEs vía préstamos. Por lo tanto intuyo que los siguientes balances bancarios, a presentar a principios del año que viene, mostrarán unos abultados beneficios, pero obtenidos a base de sangrar cada vez más a los pequeños clientes, que deben estar cayendo como moscas en medio del fango de las deudas. Todo esto me suena muy mal.
Que quieren que les diga, pero viendo ayer los reportajes sobre esta cumbre y las imágenes de un montón de líderes sonrientes sólo me venía a la cabeza la sensación de asistir a una representación, una reunión de actores que tratan de eludir el fracaso de su gestión durante los últimos años, que no ha hecho nada para evitar del desplome que vivimos y el que se acerca, que va a ser horroroso, y que en los años de bonanza lo único que han hecho ha sido enriquecerse y, en gran medida, dilapidar los recursos. Ya lo predijo el gran Arturo Pérez reverte hace ya bastantes años, y si pasa por estos señores el que se solucione la crisis que vivimos me temo que nos espera una buena. Feliz fin de semana
jueves, diciembre 11, 2008
Buscando fuera la solución
No se si será el frío o el exceso de humedad ambiental, pero el número de tonterías que se oyen últimamente por parte de algunos líderes políticos (esta sucesión de palabras empieza a carecer de sentido en sí misma) es apabullante. Un alcalde que preside una Federación nacional de municipios y que no se le ocurre otra cosa que insultar a la mitad de los votantes españoles y de los consistorios, y luego se extraña del jaleo que se ha organizado, o un diputado del Congreso que en un aquelarre de piras incendiarias y ataúdes digno de la Alemania nazi grita muerte a una familia dinástica, y que luego pide excusas cobarde y falsamente...
La verdad es que el patio, previo a las navidades, está sembrado, y con abundante estiércol de abono. Por ello quizá lo mejor sea evadirse, puede que incluso literalmente, en busca de otro mundo más acogedor y no tan podrido, al menos moralmente. Y mira por donde empieza a haber ofertas. La NASA ha detectado vapor de agua y emisiones de CO2 en un planeta situado a más de sesenta años luz de la tierra. Quizás la agencia norteamericana dio a conocer ayer la noticia para conmemorar el 30 aniversario del preestreno de la película de Superman, acontecido en Washington DC un 9 de Diciembre de 1978, como una especie de homenaje. Todos estos hallazgos hay que cogerlos con mucho cuidado, porque luego se desata la especulación y la imaginación crea ya a seres que viven en ese planeta, cuando estamos aún en una estadio básico, cierto que prometedor, y el hecho de que se encuentren componentes tan asociados a la vida en otros lugares ya es una noticia tan bonita e importante como par que merezca ser comentada y elogiada. La distancia sideral a la que se encuentra ese mundo, denominando con el frío y críptico nombre de HD189733b, hace completamente imposible el poder llegar alguna vez a él y saber realmente que es lo que se cuece allí, quizás literalmente en el fondo de sus mares. A sus 63 años luz de distancia, la señal que les llegaría de la tierra a los habitantes teóricos de ese mundo HD sería la radiada en 1945, y sabrían que hace pocos meses se había acabado la Segunda Guerra Mundial y que el armamento nuclear había hecho su aparición en la historia de unos sujetos llamados humanos, residentes en un mundo muy alejado del suyo. Pero especulaciones y juego florales aparte, es muy importante el descubrimiento, porque indica que sustancias que son muy comunes en la tierra y en nuestro entorno más o menos cercano también se dan en lugares muy lejanos. No deja de tener su lógica, porque al final los ladrillos con los que se construyen los elementos, los átomos, son los mismo en todas partes, y las leyes que rigen esa construcción también son inmutables. Sería fascinante poder enviar una sonda a ese lugar y que nos informase de la composición exacta de su atmósfera, de su superficie, y de cuales son los componentes que más abundan en ella, y que es lo que pasa allí, si es que algo se está desarrollando en realidad. Lamentablemente la distancia va a impedir ese contacto físico, por lo que tendremos que conformarnos con seguir explorando nuestro vecindario, que bastante lejano y complicado nos resulta acceder y a él.
Y lo más cercano y prometedor es el eterno Marte, que cada día ofrece noticias nuevas y sorprendentes, todas de ellas coincidentes en afirmar que en un pasado muy remoto el agua corría por su superficie, el clima y al atmósfera eran radicalmente distintos y, quién sabe, alguna forma de vida pudo prosperar. En mi opinión cada vez se hace más necesario un programa serio, coordinado y multilateral de viaje y exploración marciana, con astronautas que pisen su superficie y naves que detecten hasta la última traza de resto biológico que pueda existir. ¿Qué tal una misión marciana como manera de espolear la industria mundial y salir de la crisis? ¿Alguien se apunta al reto?
La verdad es que el patio, previo a las navidades, está sembrado, y con abundante estiércol de abono. Por ello quizá lo mejor sea evadirse, puede que incluso literalmente, en busca de otro mundo más acogedor y no tan podrido, al menos moralmente. Y mira por donde empieza a haber ofertas. La NASA ha detectado vapor de agua y emisiones de CO2 en un planeta situado a más de sesenta años luz de la tierra. Quizás la agencia norteamericana dio a conocer ayer la noticia para conmemorar el 30 aniversario del preestreno de la película de Superman, acontecido en Washington DC un 9 de Diciembre de 1978, como una especie de homenaje. Todos estos hallazgos hay que cogerlos con mucho cuidado, porque luego se desata la especulación y la imaginación crea ya a seres que viven en ese planeta, cuando estamos aún en una estadio básico, cierto que prometedor, y el hecho de que se encuentren componentes tan asociados a la vida en otros lugares ya es una noticia tan bonita e importante como par que merezca ser comentada y elogiada. La distancia sideral a la que se encuentra ese mundo, denominando con el frío y críptico nombre de HD189733b, hace completamente imposible el poder llegar alguna vez a él y saber realmente que es lo que se cuece allí, quizás literalmente en el fondo de sus mares. A sus 63 años luz de distancia, la señal que les llegaría de la tierra a los habitantes teóricos de ese mundo HD sería la radiada en 1945, y sabrían que hace pocos meses se había acabado la Segunda Guerra Mundial y que el armamento nuclear había hecho su aparición en la historia de unos sujetos llamados humanos, residentes en un mundo muy alejado del suyo. Pero especulaciones y juego florales aparte, es muy importante el descubrimiento, porque indica que sustancias que son muy comunes en la tierra y en nuestro entorno más o menos cercano también se dan en lugares muy lejanos. No deja de tener su lógica, porque al final los ladrillos con los que se construyen los elementos, los átomos, son los mismo en todas partes, y las leyes que rigen esa construcción también son inmutables. Sería fascinante poder enviar una sonda a ese lugar y que nos informase de la composición exacta de su atmósfera, de su superficie, y de cuales son los componentes que más abundan en ella, y que es lo que pasa allí, si es que algo se está desarrollando en realidad. Lamentablemente la distancia va a impedir ese contacto físico, por lo que tendremos que conformarnos con seguir explorando nuestro vecindario, que bastante lejano y complicado nos resulta acceder y a él.
Y lo más cercano y prometedor es el eterno Marte, que cada día ofrece noticias nuevas y sorprendentes, todas de ellas coincidentes en afirmar que en un pasado muy remoto el agua corría por su superficie, el clima y al atmósfera eran radicalmente distintos y, quién sabe, alguna forma de vida pudo prosperar. En mi opinión cada vez se hace más necesario un programa serio, coordinado y multilateral de viaje y exploración marciana, con astronautas que pisen su superficie y naves que detecten hasta la última traza de resto biológico que pueda existir. ¿Qué tal una misión marciana como manera de espolear la industria mundial y salir de la crisis? ¿Alguien se apunta al reto?
miércoles, diciembre 10, 2008
Viaje con nosotros
Finalmente sí me cogí puente ayer Martes, y me fui a Elorrio city a pasar unos interesantes y lluviosos días, siguiendo la tónica habitual de estas últimos tiempos. Parece una maldición bíblica, pero no hay día que no llueva desde ya no me acuerdo cuando. Si a eso sumamos que estos son los días más cortos del año, el mínimo lo alcanzaremos el 21, en semana y media, uno tiene la sensación de haber pasado casi todo el puente sumido en la oscuridad absoluta, bajo la manta de nubes y con las farolas encendidas más tiempo que el aire acondicionado en Dubai.
Menos mal que, al menos, el viaje de ida fue apacible..... pero tampoco. Desde que ALSA y Nacional Express compraron La Continental el servicio de autobús Madrid Bilbao ha empeorado notablemente. Antes ya era impuntual a la salida, por lo que no le voy a criticar eso, pero es que ahora todo parecen ser problemas. Cogí el autobús el Sábado a las 9 de la mañana. Íbamos tres vehículos a Bilbao, y a mi me tocaba el segundo de ellos. El primero y el tercero salieron pasadas las nueve de la mañana, pero el segundo, no se muy bien porqué, no lo hizo hasta más allá de las 9:15. Era un coche de refuerzo con un conductor que parecía bastante novato en la línea. Se equivocó al salir de la estación de autobuses de la Avenida de América y dimos dos vueltas a los andenes antes de salir de allí. Para colmo, era un bus sin auriculares, lo que supuso que, a mi pesar, tuviera que oír las dos malas películas que nos pusieron, porque no había otra opción, la primera de ellas a tal volumen que algún pasajero se levantó para pedir que, por favor, pusiera más bajo aquella escandalera. Llegados a la parada de Lerma hicimos el descanso de rigor, y al subirnos de vuelta resulta que faltaba un pasajero, y allí estuvimos otros diez minutos extra buscándolo, sin que al final apareciese. Acumulábamos ya un retraso de media hora, por lo que la opción de llegar a Bilbao a las 13:45 y coger el bus de las 14:00 a Elorrio se deshacía. Al poco enfilamos la circunvalación de Burgos, deseando yo que a esas alturas no pasase ya nada, pero mira por donde pasó, el conductor se equivocó con los carteles y se metió en Burgos ciudad, otro cuarto de hora deambulando por rotondas, semáforos y vías de acceso, mientras que al que le estaba entrando un accesos de úlcera era a mi, y todo ello aderezado con la segunda película, El Bar Coyote para más señas, llena de señoritas voluptuosas y griterío por doquier. Empezaba a sospechar que este viaje no se acabaría nunca, y al novela que estaba tratando de leer en medio de todo esto, Luna Nueva, segunda parte de la tetralogía vampírica de Stephanie Meyer, tampoco me estaba ayudando en exceso, porque es más floja de lo que esperaba. Al menos después de Burgos la autopista no permite muchos errores, por lo que el camino seguía sin incidencias.
Mi compañera de asiento, que había intentado leer un libro en la primera parte del viaje y el sueño le permitió hacer sólo dos páginas, también se había desvelado del todo, quizás intranquila porque también perdía su conexión, y desde luego incómoda en unos asientos no pensado para hacer cinco horas de viaje. Allá por Miranda de Ebro sacó su agenda del bolso y empezó a anotar algunas cosas, entre listas de la compra que por allí se colaban y de utensilios varios, y de entradas similares a un diario en las que, por lo que pude apreciar, iba relatando como la vida con su pareja se deterioraba a cada día que pasaba, y como su felicidad se apagaba, usando improperios cada vez mayores hacia su novio.... lo mejor que nos pudo pasar a todos es que, con una hora de retraso, llegásemos de una vez a Bilbao.
Menos mal que, al menos, el viaje de ida fue apacible..... pero tampoco. Desde que ALSA y Nacional Express compraron La Continental el servicio de autobús Madrid Bilbao ha empeorado notablemente. Antes ya era impuntual a la salida, por lo que no le voy a criticar eso, pero es que ahora todo parecen ser problemas. Cogí el autobús el Sábado a las 9 de la mañana. Íbamos tres vehículos a Bilbao, y a mi me tocaba el segundo de ellos. El primero y el tercero salieron pasadas las nueve de la mañana, pero el segundo, no se muy bien porqué, no lo hizo hasta más allá de las 9:15. Era un coche de refuerzo con un conductor que parecía bastante novato en la línea. Se equivocó al salir de la estación de autobuses de la Avenida de América y dimos dos vueltas a los andenes antes de salir de allí. Para colmo, era un bus sin auriculares, lo que supuso que, a mi pesar, tuviera que oír las dos malas películas que nos pusieron, porque no había otra opción, la primera de ellas a tal volumen que algún pasajero se levantó para pedir que, por favor, pusiera más bajo aquella escandalera. Llegados a la parada de Lerma hicimos el descanso de rigor, y al subirnos de vuelta resulta que faltaba un pasajero, y allí estuvimos otros diez minutos extra buscándolo, sin que al final apareciese. Acumulábamos ya un retraso de media hora, por lo que la opción de llegar a Bilbao a las 13:45 y coger el bus de las 14:00 a Elorrio se deshacía. Al poco enfilamos la circunvalación de Burgos, deseando yo que a esas alturas no pasase ya nada, pero mira por donde pasó, el conductor se equivocó con los carteles y se metió en Burgos ciudad, otro cuarto de hora deambulando por rotondas, semáforos y vías de acceso, mientras que al que le estaba entrando un accesos de úlcera era a mi, y todo ello aderezado con la segunda película, El Bar Coyote para más señas, llena de señoritas voluptuosas y griterío por doquier. Empezaba a sospechar que este viaje no se acabaría nunca, y al novela que estaba tratando de leer en medio de todo esto, Luna Nueva, segunda parte de la tetralogía vampírica de Stephanie Meyer, tampoco me estaba ayudando en exceso, porque es más floja de lo que esperaba. Al menos después de Burgos la autopista no permite muchos errores, por lo que el camino seguía sin incidencias.
Mi compañera de asiento, que había intentado leer un libro en la primera parte del viaje y el sueño le permitió hacer sólo dos páginas, también se había desvelado del todo, quizás intranquila porque también perdía su conexión, y desde luego incómoda en unos asientos no pensado para hacer cinco horas de viaje. Allá por Miranda de Ebro sacó su agenda del bolso y empezó a anotar algunas cosas, entre listas de la compra que por allí se colaban y de utensilios varios, y de entradas similares a un diario en las que, por lo que pude apreciar, iba relatando como la vida con su pareja se deterioraba a cada día que pasaba, y como su felicidad se apagaba, usando improperios cada vez mayores hacia su novio.... lo mejor que nos pudo pasar a todos es que, con una hora de retraso, llegásemos de una vez a Bilbao.
viernes, diciembre 05, 2008
El BCE ataca de nuevo
Ayer se esperaba con ansiedad la reunión del Banco Central Europeo, el BCE, dándose por descontado una bajada de tipos de interés. Las expectativas oscilaban entre un descenso de 50 tipos básicos o 100, sin que mi me quede muy claro quién ha sido el que se ha inventado la unidad de cuenta “punto básico” para dividir los puntos porcentuales en bloques de cien unidades, quizás sólo para que así todo parezca bastante más misterioso y difícil. Finalmente la bajada fue de 75 puntos básicos, tres cuartos de punto, un 0,75%, y el tipo se queda en el 2,5% Ayer el euríbor cerró a 3,7777% y se espera que siga bajando.
Como en economía no todo es blanco y negro, sino gris y poliédrico, hay ganadores y perdedores con esta bajada. Aquellos que tienen el dinero metido en depósitos y fondos van a ver reducido su atractivo rápidamente, porque los bancos trasladarán esa bajada a sus productos en pocos días. Sin embargo para la mayoría de los consumidores la rebaja de tipos se traduce en una rebaja de las hipotecas, cuya velocidad de bajada es mucho menor. En este caso pasa como la gasolina, que el precio sube muy rápido pero le cuesta bajar una barbaridad. Para el caso concreto de quien esto escribe la bajad de tipos me va a dejar más bien frío, porque no tengo depósitos a plazo y me tocó la revisión de la hipoteca en Septiembre, con máximos de euríbor, descocado entonces por el 5,4%. Hasta septiembre del año que viene no me vuelve a tocar revisión, por lo que durante un ejercicio mi querida y amada entidad financiera va a sacar un rendimiento incomparablemente bueno con mi hipoteca, justo el que existe entre ese tipo alto que yo pago religiosamente, so pena de ser crucificado con igual precisión bíblica, y el rebajado tipo con el que esa entidad va a ofrecer nuevos, suculentos y atractivos productos financieros. Espero que en septiembre, cuando me toque la revisión, los tipos sigan bajos y me pueda llevar parte del pastel, pero a la velocidad que se suceden los acontecimientos no tengo muy claro si mi entidad amada del alma seguirá viva en septiembre, mi casa en pie y la luna atravesando fases cada 28 días, porque lo que ayer era triple A de seguridad hoy son bonos basura, los que hasta antes de ayer era líderes indiscutibles en la gestión, management y demás zarandajas ahora tientan con sus huesos los banquillos de los acusados (en España no, claro) y lo que no dejaba de ser una pequeña desaceleración económica sin consecuencias ni posibilidades de malograr el objetivo del pleno empleo se ha convertido en una crisis de enormes proporciones que avanza con vida propia sin que nadie sea capaz de saber hasta donde va a llegar. Seguro que de ir todo viento en popa los gobiernos se atribuirían el éxito de las política y de los empleos creados, como ocurría hasta hace poco más de un año, pero ahora que van mal la culpa no es del gobierno, sino de los especuladores y los codiciosos, que hace poco más de un año se estaban forrando con igual avidez y fruición que ahora, o incluso más, pero entonces no eran malvados, sino “constructores de riqueza”.
Como muestra, mi amada, santa y adorable entidad financiera, cuyos edificios seguro que lucen como una patena, dado el donativo que le hacemos muchos clientes, aderezado con ese típico aguinaldo navideño denominado “cancelación parcial de la hipoteca” que no consiste en que te llega una carta de la sucursal diciendo que te perdonan XXX euros por estar en estas fechas de amor y paz, sino que, siempre es igual, te entra como particular un complejo de remero de Ben-Hur y te ofreces a atarte otro remo más a las piernas, y decides apoyar a tu Banco o Caja con un dinero extra para que en estas fechas sus cuentas sí que sepan lo que es amor y solidaridad. Esto sí que es turrón..... del duro.
No se si estaré aquí el Martes, así que puede que ese día no haya entrada...... o sí. :-))
Como en economía no todo es blanco y negro, sino gris y poliédrico, hay ganadores y perdedores con esta bajada. Aquellos que tienen el dinero metido en depósitos y fondos van a ver reducido su atractivo rápidamente, porque los bancos trasladarán esa bajada a sus productos en pocos días. Sin embargo para la mayoría de los consumidores la rebaja de tipos se traduce en una rebaja de las hipotecas, cuya velocidad de bajada es mucho menor. En este caso pasa como la gasolina, que el precio sube muy rápido pero le cuesta bajar una barbaridad. Para el caso concreto de quien esto escribe la bajad de tipos me va a dejar más bien frío, porque no tengo depósitos a plazo y me tocó la revisión de la hipoteca en Septiembre, con máximos de euríbor, descocado entonces por el 5,4%. Hasta septiembre del año que viene no me vuelve a tocar revisión, por lo que durante un ejercicio mi querida y amada entidad financiera va a sacar un rendimiento incomparablemente bueno con mi hipoteca, justo el que existe entre ese tipo alto que yo pago religiosamente, so pena de ser crucificado con igual precisión bíblica, y el rebajado tipo con el que esa entidad va a ofrecer nuevos, suculentos y atractivos productos financieros. Espero que en septiembre, cuando me toque la revisión, los tipos sigan bajos y me pueda llevar parte del pastel, pero a la velocidad que se suceden los acontecimientos no tengo muy claro si mi entidad amada del alma seguirá viva en septiembre, mi casa en pie y la luna atravesando fases cada 28 días, porque lo que ayer era triple A de seguridad hoy son bonos basura, los que hasta antes de ayer era líderes indiscutibles en la gestión, management y demás zarandajas ahora tientan con sus huesos los banquillos de los acusados (en España no, claro) y lo que no dejaba de ser una pequeña desaceleración económica sin consecuencias ni posibilidades de malograr el objetivo del pleno empleo se ha convertido en una crisis de enormes proporciones que avanza con vida propia sin que nadie sea capaz de saber hasta donde va a llegar. Seguro que de ir todo viento en popa los gobiernos se atribuirían el éxito de las política y de los empleos creados, como ocurría hasta hace poco más de un año, pero ahora que van mal la culpa no es del gobierno, sino de los especuladores y los codiciosos, que hace poco más de un año se estaban forrando con igual avidez y fruición que ahora, o incluso más, pero entonces no eran malvados, sino “constructores de riqueza”.
Como muestra, mi amada, santa y adorable entidad financiera, cuyos edificios seguro que lucen como una patena, dado el donativo que le hacemos muchos clientes, aderezado con ese típico aguinaldo navideño denominado “cancelación parcial de la hipoteca” que no consiste en que te llega una carta de la sucursal diciendo que te perdonan XXX euros por estar en estas fechas de amor y paz, sino que, siempre es igual, te entra como particular un complejo de remero de Ben-Hur y te ofreces a atarte otro remo más a las piernas, y decides apoyar a tu Banco o Caja con un dinero extra para que en estas fechas sus cuentas sí que sepan lo que es amor y solidaridad. Esto sí que es turrón..... del duro.
No se si estaré aquí el Martes, así que puede que ese día no haya entrada...... o sí. :-))
jueves, diciembre 04, 2008
Ruinas
En la semana de vacaciones que me cogí en septiembre hubo una tarde soleada en la que, gracias a mi amigo DAG, fui a dar una vuelta por la costa. La intención del paseo era visitar San Juan de Gaztelugatxe, un promontorio rocoso que se adentra en el mar como si de una minipenínsula se tratase, unido por un puente artificial que tiene un aspecto tan rocoso como si fuera originario del mimos terreno. Tras esa visita seguimos camino por la costa hacia la zona de Plencia y Barrika, donde nos tomamos algo en una terraza sobre el mar llamada Golfo Norte.
En ese periplo por la costa hicimos, a petición mía, una pequeña y breve parada, no podía tener allí a mi amigo muerto de risa más tiempo del debido, en la central nuclear de Lemóniz. El complejo se alza en una pequeña bahía excavada en su gran parte a la costa, con una minúscula presa cercana, cuyo destino final era abastecer de líquido refrigerante a los reactores. La carcasa del edificio está completa, con sus dos pequeñas torres abovedadas, destinadas a contener en sus orígenes dos reactores nucleares. Lemóniz costó millones de las antiguas pesetas, miles de horas de trabajo, y todo ese esfuerzo no sirvió absolutamente para nada, y todo porque una banda mafiosa llamada ETA se metió a ingeniera nuclear, y decreto que Lemóniz no se abriese nunca. Hubo manifestaciones, altercados, y ETA asesinó a cuatro personas, entre ellas a José María Ryan, ingeniero jefe del proyecto de la central, al que, tras un secuestro exprés, ejecutó a sangre fría y abandonó en una cuneta como si fuese un montón de escombros. La muerte de Ryan fue el tiro de gracia, literalmente, del proyecto, la construcción se detuvo y ya nada continuó. De hecho si hoy pasa uno por allí tiene la sensación de que el tiempo se ha detenido. Hay carteles de diseño de los años setenta, roñosos, ajados y tristes, que informan de la peligrosidad de una líneas de alta tensión que jamás han conducido electricidad, ningún panel informa de que es lo que uno está viendo, cual es el origen del mastodonte que se alza ante los ojos y porqué está así, y desde luego nada hay de homenaje, recuerdo, o simple información, sobre las vidas de los que murieron a manos de ETA en ese principio de la década de los ochenta. En cierto modo Lemóniz es una tumba, no sólo de un proyecto nuclear, sino figuradamente de esas personas asesinadas. Las vasijas nunca contuvieron combustible nuclear, pero sí el hálito de vida y el recuerdo de la sangre derramada por su nombre, y las autoridades, municipales, regionales y nacionales, parecen sentir un repelús cuando el nombre de Lemóniz se pronuncia, y nada hacen con ese lugar, deseando internamente que la lluvia y el viento costero lo erosionen y destruyan con el tiempo, lo borren de la faz de la tierra y así su recuerdo se olvide para ellos y para toda la población, y que viva tranquila y feliz sin saber que es lo que allí paso.
Lemóniz es un monumento a la infamia, a la vergüenza y a la cobardía de un país llamado España, de una región llamada País Vasco, y de un conjunto de decenas de millones de personas que se dejaron chantajear por una banda de mafiosos asesinos. Lo malo es que treinta años después pocas cosas han cambiado. Esa banda terrorista sigue asesinando en medio de la indiferencia general, como si fuese algo propio del paisaje, y la cobardía, nuestra cobardía, puede quedar nuevamente en evidencia. Ojala no sea así, pero treinta años después de Lemóniz los políticos a sueldo y rédito del terror siguen en sus escaños, ayuntamientos y gobiernos, y muchos, demasiados, continúan mirando hacia otro lado.
En ese periplo por la costa hicimos, a petición mía, una pequeña y breve parada, no podía tener allí a mi amigo muerto de risa más tiempo del debido, en la central nuclear de Lemóniz. El complejo se alza en una pequeña bahía excavada en su gran parte a la costa, con una minúscula presa cercana, cuyo destino final era abastecer de líquido refrigerante a los reactores. La carcasa del edificio está completa, con sus dos pequeñas torres abovedadas, destinadas a contener en sus orígenes dos reactores nucleares. Lemóniz costó millones de las antiguas pesetas, miles de horas de trabajo, y todo ese esfuerzo no sirvió absolutamente para nada, y todo porque una banda mafiosa llamada ETA se metió a ingeniera nuclear, y decreto que Lemóniz no se abriese nunca. Hubo manifestaciones, altercados, y ETA asesinó a cuatro personas, entre ellas a José María Ryan, ingeniero jefe del proyecto de la central, al que, tras un secuestro exprés, ejecutó a sangre fría y abandonó en una cuneta como si fuese un montón de escombros. La muerte de Ryan fue el tiro de gracia, literalmente, del proyecto, la construcción se detuvo y ya nada continuó. De hecho si hoy pasa uno por allí tiene la sensación de que el tiempo se ha detenido. Hay carteles de diseño de los años setenta, roñosos, ajados y tristes, que informan de la peligrosidad de una líneas de alta tensión que jamás han conducido electricidad, ningún panel informa de que es lo que uno está viendo, cual es el origen del mastodonte que se alza ante los ojos y porqué está así, y desde luego nada hay de homenaje, recuerdo, o simple información, sobre las vidas de los que murieron a manos de ETA en ese principio de la década de los ochenta. En cierto modo Lemóniz es una tumba, no sólo de un proyecto nuclear, sino figuradamente de esas personas asesinadas. Las vasijas nunca contuvieron combustible nuclear, pero sí el hálito de vida y el recuerdo de la sangre derramada por su nombre, y las autoridades, municipales, regionales y nacionales, parecen sentir un repelús cuando el nombre de Lemóniz se pronuncia, y nada hacen con ese lugar, deseando internamente que la lluvia y el viento costero lo erosionen y destruyan con el tiempo, lo borren de la faz de la tierra y así su recuerdo se olvide para ellos y para toda la población, y que viva tranquila y feliz sin saber que es lo que allí paso.
Lemóniz es un monumento a la infamia, a la vergüenza y a la cobardía de un país llamado España, de una región llamada País Vasco, y de un conjunto de decenas de millones de personas que se dejaron chantajear por una banda de mafiosos asesinos. Lo malo es que treinta años después pocas cosas han cambiado. Esa banda terrorista sigue asesinando en medio de la indiferencia general, como si fuese algo propio del paisaje, y la cobardía, nuestra cobardía, puede quedar nuevamente en evidencia. Ojala no sea así, pero treinta años después de Lemóniz los políticos a sueldo y rédito del terror siguen en sus escaños, ayuntamientos y gobiernos, y muchos, demasiados, continúan mirando hacia otro lado.
miércoles, diciembre 03, 2008
Velas al viento
El gran tema de hoy, sin duda alguna, es que hemos alcanzado la cota de los tres millones de parados, tres millones de fracasos sociales y tres millones de razones por las que sentirse avergonzados, pero parece que esto no le importa a nadie. En una situación que debiera ser de emergencia nacional el gobierno mira para otro lado y no hace nada, la oposición dice poca cosa y menos que puede hacer, los sindicatos se preocupan más por encontrar fosas de fallecidos que por aliviar la desazón de los vivos, y todo el mundo mira hacia otro lado, como una sociedad anestesiada y borreguil, quizás merecedora del castigo que se le avecina.
Así que hoy, en medio de este panorama, no me apetece enfadarme con el país, y voy a recordar la figura de un artista. Este pasado viernes falleció el arquitecto danés Joern Utzon. Es probable que este nombre no diga mucho a la mayor parte de la gente, pero en el haber de Utzon se encuentra el diseñar uno de los iconos del siglo XX, quizás el primero de esos edificios espectáculo que llevan riadas de turistas a sus ciudades y que, con el paso del tiempo, ha ido adquiriendo una aureola de grandeza y un emblema de objeto artístico que está fuera de toda duda. Utzon fue el arquitecto que proyectó y dirigió, en parte, las obras del teatro de la ópera de Sydney, y digo que las dirigió en parte porque estas obras, que se eternizaron en el tiempo, acabaron lejos de las manos de su creador, por motivos económicos y por discrepancias con las autoridades locales. Independientemente de todo ello, a Utzon es al único que se puede atribuir el mérito de atreverse a engrandecer aún más el idílico entrono que conforma la bahía de Sydney, un espacio natural bendecido ay de por sí por una armonía y una belleza rotunda. El edificio, con sus caparazones o velas crecientes, extendidas como si fueran alimentadas por los vientos del pacífico, posee una imagen reconocible en el mundo entero. Como antes he dicho este fue, quizás, el primero de los edificios espectáculo de corte moderno que luego se han ido prodigando por todas partes con el objeto de situar a una ciudad en el mapa económico, simbólico y mediático. El teatro de la ópera fue el primer Guggenheim de Bilbao, y el primero que triunfó en este aspecto. Y quizás sea el caso de Bilbao con su museo el representante más exitoso de esta moda, que a veces lo único que provoca es una mera inflación en la nómina de los estudios de arquitectura y composiciones que cada vez son más chocantes y arriesgadas, pero que aún están por ver como van a soportar el paso del tiempo, tanto el físico y meteorológico, que ambos son muy crueles con los edificios, como el de las modas, que hacen que un trozo de titanio retorcido sea visto como una joya en bruto ahora mismo y, puede que en quinde años, otra corriente lo satanice y hunda en la miseria. En el arte, y la arquitectura lo es a enormes dimensiones, el paso del tiempo es quizás el juez supremo, el que dictamina hasta que punto las obras perviven o pueden acabar en el cubo de la basura. A Utzon el tiempo le ha bendecido, su edificio está ahí, majestuoso, y pese a que su obra ya no está con nosotros, su obra ya es un legado universal para poder ser disfrutado y cuidado entre todos.
¿Se hubiera podido hacer un edifico como este en España, pagado por el gobierno? Si lo hubiese hecho el PSOE el PP lo pondría a parir, y si lo hubiera hecho el PP el PSOE lo trataría de derrumbar, siendo como son ambos dos tan incapaces, y quizás algún intelectual, solitario y valiente como es el caso de Antonio Muñoz Molina, se escaparía de ese debate, hablaría claro ante todo el mundo y dijese si aquello le gusta o no, pero huyendo de pueriles y estúpidas discusiones de política barriobajera, como hizo este Sábado en un soberbio artículo al respecto de la cúpula de Barceló que todo el mundo debiera tener impreso en su mesilla de noche. Y de Australia ya he vuelto, casi sin querer, a las miserias patrias.... pobre Utzon, que poco te ha durado la gloria.
Así que hoy, en medio de este panorama, no me apetece enfadarme con el país, y voy a recordar la figura de un artista. Este pasado viernes falleció el arquitecto danés Joern Utzon. Es probable que este nombre no diga mucho a la mayor parte de la gente, pero en el haber de Utzon se encuentra el diseñar uno de los iconos del siglo XX, quizás el primero de esos edificios espectáculo que llevan riadas de turistas a sus ciudades y que, con el paso del tiempo, ha ido adquiriendo una aureola de grandeza y un emblema de objeto artístico que está fuera de toda duda. Utzon fue el arquitecto que proyectó y dirigió, en parte, las obras del teatro de la ópera de Sydney, y digo que las dirigió en parte porque estas obras, que se eternizaron en el tiempo, acabaron lejos de las manos de su creador, por motivos económicos y por discrepancias con las autoridades locales. Independientemente de todo ello, a Utzon es al único que se puede atribuir el mérito de atreverse a engrandecer aún más el idílico entrono que conforma la bahía de Sydney, un espacio natural bendecido ay de por sí por una armonía y una belleza rotunda. El edificio, con sus caparazones o velas crecientes, extendidas como si fueran alimentadas por los vientos del pacífico, posee una imagen reconocible en el mundo entero. Como antes he dicho este fue, quizás, el primero de los edificios espectáculo de corte moderno que luego se han ido prodigando por todas partes con el objeto de situar a una ciudad en el mapa económico, simbólico y mediático. El teatro de la ópera fue el primer Guggenheim de Bilbao, y el primero que triunfó en este aspecto. Y quizás sea el caso de Bilbao con su museo el representante más exitoso de esta moda, que a veces lo único que provoca es una mera inflación en la nómina de los estudios de arquitectura y composiciones que cada vez son más chocantes y arriesgadas, pero que aún están por ver como van a soportar el paso del tiempo, tanto el físico y meteorológico, que ambos son muy crueles con los edificios, como el de las modas, que hacen que un trozo de titanio retorcido sea visto como una joya en bruto ahora mismo y, puede que en quinde años, otra corriente lo satanice y hunda en la miseria. En el arte, y la arquitectura lo es a enormes dimensiones, el paso del tiempo es quizás el juez supremo, el que dictamina hasta que punto las obras perviven o pueden acabar en el cubo de la basura. A Utzon el tiempo le ha bendecido, su edificio está ahí, majestuoso, y pese a que su obra ya no está con nosotros, su obra ya es un legado universal para poder ser disfrutado y cuidado entre todos.
¿Se hubiera podido hacer un edifico como este en España, pagado por el gobierno? Si lo hubiese hecho el PSOE el PP lo pondría a parir, y si lo hubiera hecho el PP el PSOE lo trataría de derrumbar, siendo como son ambos dos tan incapaces, y quizás algún intelectual, solitario y valiente como es el caso de Antonio Muñoz Molina, se escaparía de ese debate, hablaría claro ante todo el mundo y dijese si aquello le gusta o no, pero huyendo de pueriles y estúpidas discusiones de política barriobajera, como hizo este Sábado en un soberbio artículo al respecto de la cúpula de Barceló que todo el mundo debiera tener impreso en su mesilla de noche. Y de Australia ya he vuelto, casi sin querer, a las miserias patrias.... pobre Utzon, que poco te ha durado la gloria.
martes, diciembre 02, 2008
Yo en la tele
Decía Warhool que cada persona tiene derecho a un cuarto de hora de fama en su vida, de salida del anonimato y, dado como funciona nuestra sociedad, de presencia en los medios de comunicación, especialmente en la televisión, para dar así rienda suelta a su ego, orgullo y ser admirado y sentir como el resto del mundo le ofrece su pleitesía el resto de los mortales. Puede que esta idea que he puesto aquí sea algo grandilocuente y falsa, pero intuyo que es lo que motiva al famoseo a estar siempre dando vuelta y chupando cámara, que es lo que les “pone” lo que les ofrece de seductor salir por la tele.
Bien, pues ayer, por segunda vez en mi vida, que yo recuerde, salí en televisión. Más exactamente una foto mía, que envié al espacio del tiempo de TVE y que Mónica López seleccionó junto a otras que, no nos engañemos, eran más espectaculares y rotundas que la mía. Ayer, a eso de las 14:00 empezó a nevar en Madrid, unos copos que eran polvo, gránulos pequeños y bailarines al son del vendaval, ni la mitad de ellos tocaban el suelo. A los pocos minutos la cosa aceleró y las 14:10 cayeron unos pocos minutos de cerrada y copiosa nieve polvo que incluso llevo a teñir ligeramente de blanco alguna de las terrazas de los edificios anexos a la torre en la que estoy y algún pequeño jardín. Raudo, cogí la cámara de fotos que siempre tengo a mano y saqué una serie de imágenes, algunas más cercanas al filo de la torre, con poca vista, pero en las que se apreciaban mejor los granitos de nieve polvo, y otras de carácter general, con la Castellana y el estadio Santiago Bernabéu de frente y las torres del complejo AZCA, con Torre Picasso como protagonista principal, a la derecha, que es la primera impresión que tengo de la ciudad desde mi ventana, viendo como toda ella se expande a lo largo de kilómetros de vistas, a veces interminables, y otras como el caso de ayer, cercenadas por una nube que lo cubre todo. Tras ver todo lo que había sacado, descartando algunas y lamentando que en otras no se apreciase nada, seleccioné tres de ellas, dos picados y una general, y las mandé por correo a RTVE, donde dieron el leído del envío poco después de las 17:00. Sinceramente no contaba con salir ayer, porque ayer fue un día meteorológicamente muy intenso, más propio de un temporal de Febrero que de un 1 de Diciembre, con nevadas copiosas no sólo en la zona norte, que lleva varios días soportando el temporal, sino en Castilla la Mancha y Andalucía. De hecho la secuencia de imágenes que ofreció ayer el espacio de Mónica López (gracias!! Gracias!!!) empezó con las consecuencias de los aludes en Sierra Nevada, que ofrece ya un aspecto antártico, a la que siguieron varias estampas de la nieve caída en otros puntos de las provincias de Granada, Jaén y provincias sureñas, donde no es tan habitual que nieve. Las estampas eran de pura Navidad, y una de las fotos, tomada en la localidad burgalesa de Salas de los Infante, muy próxima a Silos, mostraba un páramo blanco inmaculado con unos vacas a las que sólo les parecía faltar el pesebre para componer una estampa clavada al ideal que poseemos de la Navidad.
Qué bonito, decía desde mi salón, con todo esto mi imagen no va a salir...... pero mira por donde que la última de las fotos ofrecidas en la secuencia de arranque del espacio fue la mía, comentada en el minuto 2.14 del vídeo, y no voy a negar que me hizo una enorme ilusión, entre otras cosas porque me vi a mi mismo, con el nombre sobreimpresionado en al tele, y por una buena causa, porque la vez anterior que salí estaba de cena y me lo dijeron. Mi amiga MMH me llamó a casa, recibí algunos mensajes al móvil y llamé a mi madre para comentárselo, entre otras cosas porque había hablado por la tarde con ella y le había dicho que “jugábamos a la lotería del tiempo”... y tocó!!!!!
Bien, pues ayer, por segunda vez en mi vida, que yo recuerde, salí en televisión. Más exactamente una foto mía, que envié al espacio del tiempo de TVE y que Mónica López seleccionó junto a otras que, no nos engañemos, eran más espectaculares y rotundas que la mía. Ayer, a eso de las 14:00 empezó a nevar en Madrid, unos copos que eran polvo, gránulos pequeños y bailarines al son del vendaval, ni la mitad de ellos tocaban el suelo. A los pocos minutos la cosa aceleró y las 14:10 cayeron unos pocos minutos de cerrada y copiosa nieve polvo que incluso llevo a teñir ligeramente de blanco alguna de las terrazas de los edificios anexos a la torre en la que estoy y algún pequeño jardín. Raudo, cogí la cámara de fotos que siempre tengo a mano y saqué una serie de imágenes, algunas más cercanas al filo de la torre, con poca vista, pero en las que se apreciaban mejor los granitos de nieve polvo, y otras de carácter general, con la Castellana y el estadio Santiago Bernabéu de frente y las torres del complejo AZCA, con Torre Picasso como protagonista principal, a la derecha, que es la primera impresión que tengo de la ciudad desde mi ventana, viendo como toda ella se expande a lo largo de kilómetros de vistas, a veces interminables, y otras como el caso de ayer, cercenadas por una nube que lo cubre todo. Tras ver todo lo que había sacado, descartando algunas y lamentando que en otras no se apreciase nada, seleccioné tres de ellas, dos picados y una general, y las mandé por correo a RTVE, donde dieron el leído del envío poco después de las 17:00. Sinceramente no contaba con salir ayer, porque ayer fue un día meteorológicamente muy intenso, más propio de un temporal de Febrero que de un 1 de Diciembre, con nevadas copiosas no sólo en la zona norte, que lleva varios días soportando el temporal, sino en Castilla la Mancha y Andalucía. De hecho la secuencia de imágenes que ofreció ayer el espacio de Mónica López (gracias!! Gracias!!!) empezó con las consecuencias de los aludes en Sierra Nevada, que ofrece ya un aspecto antártico, a la que siguieron varias estampas de la nieve caída en otros puntos de las provincias de Granada, Jaén y provincias sureñas, donde no es tan habitual que nieve. Las estampas eran de pura Navidad, y una de las fotos, tomada en la localidad burgalesa de Salas de los Infante, muy próxima a Silos, mostraba un páramo blanco inmaculado con unos vacas a las que sólo les parecía faltar el pesebre para componer una estampa clavada al ideal que poseemos de la Navidad.
Qué bonito, decía desde mi salón, con todo esto mi imagen no va a salir...... pero mira por donde que la última de las fotos ofrecidas en la secuencia de arranque del espacio fue la mía, comentada en el minuto 2.14 del vídeo, y no voy a negar que me hizo una enorme ilusión, entre otras cosas porque me vi a mi mismo, con el nombre sobreimpresionado en al tele, y por una buena causa, porque la vez anterior que salí estaba de cena y me lo dijeron. Mi amiga MMH me llamó a casa, recibí algunos mensajes al móvil y llamé a mi madre para comentárselo, entre otras cosas porque había hablado por la tarde con ella y le había dicho que “jugábamos a la lotería del tiempo”... y tocó!!!!!
lunes, diciembre 01, 2008
Navidad sin pandereta
Todo llega, y el final del año también. Hoy entramos en Diciembre, el mes más mágico y extraño del año, quizás porque es el último, y conmemoramos la Navidad. Las calles encienden su alumbrado y los escaparates se engalanan para atraer a más clientes y hacer la mayor compra del año. Sin embargo esta Navidad, como todo el 2008, va a estar teñida de esa palabra que tanto ha costado pronunciar en España, que hasta hace pocos mese era pecado decir, y que ahora ya hasta se hacen chistes con ella y aparece en los anuncios de la tele. Sí, sí, esa palabra es la cric, cri, cri... crisis.
Tengo la sensación de que esta crisis se nos está yendo de las manos. A los particulares, sufridores ajenos y en primera instancia de su impacto, y a la autoridades, responsables de atajarla, pero creadores en primera instancia de la misma, en mi opinión. Hoy o mañana se publicará el dato de paro registrado en el INEM en el mes de Noviembre, y me da que va a ser muy malo, horroroso. Vienen tiempos muy duros. Puede que acabemos el año ya en los tres millones de parados, y si esta tendencia no se frena el año que viene alcanzaremos los cuatro sin muchas dificultades. Ese registro, si se llega a le, será vergonzoso, además de terrible. Y creo que se va a alcanzar, porque España ha sido uno de los países que más se ha beneficiado estos años del auge económico, en el que la burbuja inmobiliaria ha sido más espectacular, y en el que más políticos, empresarios, banqueros, concejales y demás sujetos se han enriquecido a mansalva a cuenta de contratos ruinosos, compra ventas basura y préstamos insolventes. Como la borrachera ha sido inmensa nos espera una resaca monumental, cuyas consecuencias sólo podemos atisbar a día de hoy. Si el Viernes fue Hábitat la inmobiliaria que presentó la quiebra, está por ver cuantas más caerán, y que constructoras y bancos les van a acompañar, y que no me digan que exagero, porque preveo que en meses veremos rodar por la cuesta de al bancarrota a alguna caja y banco que se las prometían muy felices. Hay predicciones, y no hechas por aventureros o inconscientes, que sitúan el déficit público en el año 2010 en el umbral del 8%, lo que supone bordear la quiebra de la caja pública. ¿es esta situación sostenible? ¿Vamos a la depresión, como señalaba un soberbio artículo hace ya dos fines de semana? Sinceramente espero que no, pero elementos hay como para que ese escenario de pesadilla se lleve a al práctica. Desde luego para cada uno de los españoles que ven como sus huesos van a la calle, cierra la persiana de su negocio, empresa o chiringuito y no saben que hacer, al depresión es algo más palpable y real de lo que lo es para un mero pensador como yo. Los próximos meses van a ser determinante para medir el alcance del bache en el que nos encontramos, y para poder corregir un rumbo que amenaza con llevar a la economía española hacia un iceberg que la puede hundir, como si se tratase de ese Titanic redimido, que asombraba al mundo hace unos pocos años, y que resulta que era bastante más frágil y peligroso de lo que se nos vendía.
Podíamos consolarnos pensando que la solución está en manos de nuestros dirigentes, nacionales e internacionales, del gobierno y la oposición, pero sería autoengañarnos de una manera bastante burda, cuando realmente ellos han sido unos de los causantes, quizás los principales, de este desastre. De mientras, las autoridades económicas y financieras parece jugar al tiro al plato, disparando planes de rescate de cifras mareantes y diseño reformado a cada nuevo problema que aparece frente a ellos, sin que parezca que haya un grupo de estudio que piense qué ha sucedido, y como arreglarlo, o al menos enfrentarse a ello, de una manera general, coordinada y efectiva. ¿Dónde está el Keynes de nuestro tiempo? ¿Dónde los estrategas que nos guíen en al batalla? Sinceramente, no veo mucho liderazgo ni grandeza, y eso me intranquiliza.
Tengo la sensación de que esta crisis se nos está yendo de las manos. A los particulares, sufridores ajenos y en primera instancia de su impacto, y a la autoridades, responsables de atajarla, pero creadores en primera instancia de la misma, en mi opinión. Hoy o mañana se publicará el dato de paro registrado en el INEM en el mes de Noviembre, y me da que va a ser muy malo, horroroso. Vienen tiempos muy duros. Puede que acabemos el año ya en los tres millones de parados, y si esta tendencia no se frena el año que viene alcanzaremos los cuatro sin muchas dificultades. Ese registro, si se llega a le, será vergonzoso, además de terrible. Y creo que se va a alcanzar, porque España ha sido uno de los países que más se ha beneficiado estos años del auge económico, en el que la burbuja inmobiliaria ha sido más espectacular, y en el que más políticos, empresarios, banqueros, concejales y demás sujetos se han enriquecido a mansalva a cuenta de contratos ruinosos, compra ventas basura y préstamos insolventes. Como la borrachera ha sido inmensa nos espera una resaca monumental, cuyas consecuencias sólo podemos atisbar a día de hoy. Si el Viernes fue Hábitat la inmobiliaria que presentó la quiebra, está por ver cuantas más caerán, y que constructoras y bancos les van a acompañar, y que no me digan que exagero, porque preveo que en meses veremos rodar por la cuesta de al bancarrota a alguna caja y banco que se las prometían muy felices. Hay predicciones, y no hechas por aventureros o inconscientes, que sitúan el déficit público en el año 2010 en el umbral del 8%, lo que supone bordear la quiebra de la caja pública. ¿es esta situación sostenible? ¿Vamos a la depresión, como señalaba un soberbio artículo hace ya dos fines de semana? Sinceramente espero que no, pero elementos hay como para que ese escenario de pesadilla se lleve a al práctica. Desde luego para cada uno de los españoles que ven como sus huesos van a la calle, cierra la persiana de su negocio, empresa o chiringuito y no saben que hacer, al depresión es algo más palpable y real de lo que lo es para un mero pensador como yo. Los próximos meses van a ser determinante para medir el alcance del bache en el que nos encontramos, y para poder corregir un rumbo que amenaza con llevar a la economía española hacia un iceberg que la puede hundir, como si se tratase de ese Titanic redimido, que asombraba al mundo hace unos pocos años, y que resulta que era bastante más frágil y peligroso de lo que se nos vendía.
Podíamos consolarnos pensando que la solución está en manos de nuestros dirigentes, nacionales e internacionales, del gobierno y la oposición, pero sería autoengañarnos de una manera bastante burda, cuando realmente ellos han sido unos de los causantes, quizás los principales, de este desastre. De mientras, las autoridades económicas y financieras parece jugar al tiro al plato, disparando planes de rescate de cifras mareantes y diseño reformado a cada nuevo problema que aparece frente a ellos, sin que parezca que haya un grupo de estudio que piense qué ha sucedido, y como arreglarlo, o al menos enfrentarse a ello, de una manera general, coordinada y efectiva. ¿Dónde está el Keynes de nuestro tiempo? ¿Dónde los estrategas que nos guíen en al batalla? Sinceramente, no veo mucho liderazgo ni grandeza, y eso me intranquiliza.
viernes, noviembre 28, 2008
La batalla de Bombay
A estas horas, amaneciendo en Madrid y pasado el mediodía en Bombay, el ejército indio sigue su asalto al hotel Oberoi con el objeto de liberar a los rehenes secuestrados, al parecer en las plantas 8 y 15, aunque esto es bastante confuso. También lo es el número de rehenes secuestrados y su estado. Parece que hay dos empresarios españoles en el hotel, no retenidos, pero si atrincherados en sus habitaciones sin saber si sus vecinos son terroristas, policías o infortunados sufridores de una pesadilla que ya dura más de un día, y cuyo final promete aún ser largo y complicado.
Dentro de la estrategia terrorista de Al Queda, o grupos islamistas afines, que tanto da, estamos asistiendo a un nuevo escenario, que consiste no sólo en el acto terrorista en sí, sino en un intento de toma de la ciudad. Como en ocasiones anteriores, me llama mucho la atención la juventud, adiestramiento y eficacia coordinada de un montón de personas, decenas según algunas fuentes, que han montado una operación de asalto y derribo terrorista que deja convertidas en vulgares peleas de patio de colegio algunos de los guiones de las películas americanas. Podría decirse que han mostrado una profesionalidad absoluta, aunque esto signifique manchar el concepto de profesional con litros de sangre, pero en esencia es eso lo que estamos viendo. Las imágenes de ayer por la tarde ofrecían el aspecto de una zona de guerra, con vehículos militares por las calles, zonas tomadas y destrozos por todas partes, y los inevitables charcos de sangre sobre suelos marmóreos, destinados al paso de viajantes, personas y enseres, no pensado para ser el lugar donde algunos dejarían su vida en este mundo. Resulta aterrador pensar que un acto como este se ha planificado, como así ha sido, desde hace semanas, meses, a conciencia, con grupos de trabajo y estudio, expertos en armamento, logística, con planos de la ciudad, diseñando líneas de ataque, escapatoria y zonas de resistencia, y todo ello con la idea final de saber que es la muerte lo único que el atentado, aunque esta palabra ya no define con rigor lo que estamos viendo. Muerte de personas inocentes en la calle, en los hoteles, y muerte de los terroristas, encantados de morir, porque para ellos el morir es lo mejor, es la vía de encuentro con su indigna visión de Dios, con su infamia. Ante un pelotón suicida como este, y encima tan bien adiestrado, poco pueden hacer los servicios de seguridad urbanos, la policía y el ejército, a parte de actuar a posteriori, como parece que se está haciendo ahora. Si a esto sumamos el hecho de que Bombay es un monstruo de cerca de veinte millones de habitantes, pese a que el ataque se ha producido en una zona pequeña, junto a la bahía, el caso puede haber sido total. Imaginemos por un momento un comando de asalto yihadista que realiza un ataque similar en una capital europea en temporada navideña. Con las calles llenas de gente, aunque sin comprar mucho por la crisis, van estos desalmados y se ponen a tirar granadas de mano, causando el pánico por todas partes. ¿A que sería una pesadilla? Pues en Bombay siguen sin despertar de este maldito sueño.
Y a todo esto debemos añadir la acusación que realiza el gobierno indio a su eterno enemigo, Pakistán, ese polvorín nuclear asaltado por islamistas cada vez más radiales, de estar detrás de todo esto. India y Pakistán poseen ambas armamento nuclear, se llevan enfrentando sesenta años por la región de Kachemira, y su odio religioso y social es inmenso. Este acto sólo puede contribuir a elevar esa tensión, y pone nuevamente los ojos en el contubernio de Afganistán – Pakistán, un lugar donde me temo se están fraguando no sólo masacres como la que estamos viendo, sino algo mucho más peligroso y grave para la seguridad mundial. Definitivamente, una mala manera de acabar la semana, pero así es la actualidad.
Dentro de la estrategia terrorista de Al Queda, o grupos islamistas afines, que tanto da, estamos asistiendo a un nuevo escenario, que consiste no sólo en el acto terrorista en sí, sino en un intento de toma de la ciudad. Como en ocasiones anteriores, me llama mucho la atención la juventud, adiestramiento y eficacia coordinada de un montón de personas, decenas según algunas fuentes, que han montado una operación de asalto y derribo terrorista que deja convertidas en vulgares peleas de patio de colegio algunos de los guiones de las películas americanas. Podría decirse que han mostrado una profesionalidad absoluta, aunque esto signifique manchar el concepto de profesional con litros de sangre, pero en esencia es eso lo que estamos viendo. Las imágenes de ayer por la tarde ofrecían el aspecto de una zona de guerra, con vehículos militares por las calles, zonas tomadas y destrozos por todas partes, y los inevitables charcos de sangre sobre suelos marmóreos, destinados al paso de viajantes, personas y enseres, no pensado para ser el lugar donde algunos dejarían su vida en este mundo. Resulta aterrador pensar que un acto como este se ha planificado, como así ha sido, desde hace semanas, meses, a conciencia, con grupos de trabajo y estudio, expertos en armamento, logística, con planos de la ciudad, diseñando líneas de ataque, escapatoria y zonas de resistencia, y todo ello con la idea final de saber que es la muerte lo único que el atentado, aunque esta palabra ya no define con rigor lo que estamos viendo. Muerte de personas inocentes en la calle, en los hoteles, y muerte de los terroristas, encantados de morir, porque para ellos el morir es lo mejor, es la vía de encuentro con su indigna visión de Dios, con su infamia. Ante un pelotón suicida como este, y encima tan bien adiestrado, poco pueden hacer los servicios de seguridad urbanos, la policía y el ejército, a parte de actuar a posteriori, como parece que se está haciendo ahora. Si a esto sumamos el hecho de que Bombay es un monstruo de cerca de veinte millones de habitantes, pese a que el ataque se ha producido en una zona pequeña, junto a la bahía, el caso puede haber sido total. Imaginemos por un momento un comando de asalto yihadista que realiza un ataque similar en una capital europea en temporada navideña. Con las calles llenas de gente, aunque sin comprar mucho por la crisis, van estos desalmados y se ponen a tirar granadas de mano, causando el pánico por todas partes. ¿A que sería una pesadilla? Pues en Bombay siguen sin despertar de este maldito sueño.
Y a todo esto debemos añadir la acusación que realiza el gobierno indio a su eterno enemigo, Pakistán, ese polvorín nuclear asaltado por islamistas cada vez más radiales, de estar detrás de todo esto. India y Pakistán poseen ambas armamento nuclear, se llevan enfrentando sesenta años por la región de Kachemira, y su odio religioso y social es inmenso. Este acto sólo puede contribuir a elevar esa tensión, y pone nuevamente los ojos en el contubernio de Afganistán – Pakistán, un lugar donde me temo se están fraguando no sólo masacres como la que estamos viendo, sino algo mucho más peligroso y grave para la seguridad mundial. Definitivamente, una mala manera de acabar la semana, pero así es la actualidad.
jueves, noviembre 27, 2008
Al Queda vuelve
Afortunadamente llevábamos bastantes meses en los que no habíamos sufrido un gran ataque por parte de esa red terrorista islamista que llamamos Al Queda, como marca franquicia bajo la que se escudan numerosos grupos de diversa tendencia y procedencia. Sin embargo ayer se rompió la racha. Un ataque cruel, coordinado y masivo, marcas típicas de la casa, asoló el centro de la ciudad india de Bombay, dotada con una población que se acerca a los 20 millones de habitantes, y que ya en 2005 sufrió un ataque similar en su concepción al del 11M. Se estima en 100 los muertos y los heridos pasan del medio millar. Hoteles, estaciones de tren, e incluso un hospital, han sido los objetivos de semejante masacre.
Ha querido la casualidad que Esperanza Aguirre, al presidenta de la Comunidad de Madrid, estuviese en la ciudad en una visita con una delegación de empresarios, y que el hotel en el que se estaban registrando fuera atacado justo en el momento en el que ella y otros miembros de la delegación se encontraran haciendo los trámites en recepción. Afortunadamente parece que no hay nadie herido en ese grupo de viajeros, pero no deja de ser una fortuna que, inmerso en medio de un tiroteo terrorista, salgas indemne, en una situación en la que, sinceramente, no se muy bien que haría yo. Imagínense, está uno frente al mostrador del hotel, en un lugar lejano, probablemente desconocido, y con un cierto estado de agotamiento, y de repente se organiza una “balasera” a diestro y siniestro. Y uno, que no sabe que sucede, quizás se agache al suelo, movido por un instinto de protección, o grite y se ponga a correr llevado por el miedo, y en todo caso corre bastante peligro de que una bala perdida le acabe haciendo una visita indeseable, que esas vacaciones o viaje de negocios se acabe convirtiendo en una pesadilla, o lo que es peor, en las último viaje de su vida. Cuentan algunos testigos que los terroristas buscaban occidentales para secuestrar en los hoteles, especialmente británicos y estadounidenses, pero a la hora de disparar, o lanzar granadas contra la población, creo que no hacían muchos miramientos. La foto que es hoy portada en todos los periódicos nacionales muestra a un policía ayudando a una anciana que abandona lo que parece un vestíbulo de una estación de tren, así lo atestiguan los pies de foto. Ese vestíbulo está lleno de equipajes desperdigados, abandonados a su suerte por viajeros que fueron atacados, y huyeron. Se ven manchas de sangre, de mayor o menor tamaño, por todas partes, síntoma de que alguno de esos ataques fue efectivo, y la escena es, en todo caso, de una crueldad enorme. Imagínese usted el momento del pánico, de la huída desenfrenada, de los gritos de la multitud, que en medio del trajín de la tarde noche india, oye unas explosiones, disparos, no sabe de donde vienen, pero ve que a su alrededor se produce una estampida, y lo lloros y lamentos crecen a medida que los pies corren. El puro miedo descarrilado junto a los andenes. Algo parecido a esas manadas de antílopes que, acosados por los felinos, se atropellan unos a otros camino a una muerte segura. Una escena salvaje, cruel.... pero demasiado humana.
Porque en la estación de Bombay de ayer no eran felinos los que disparaban, no, sino personas, idénticas a las que corrían desesperadas. Fanatizadas, crueles, algunos dirían deshumanizadas, pero se equivocarían. Era un grupo de humanos, como usted lector o yo, los que ayer al mediodía se aprovisionaron de armas, rezaron a su Dios suplicando perdón y mostrándole alabanza y pleitesía, y se encaminaron a su destino, con el objetivo planificado y efectivo de causar el mayor daño posible, y a fe que han tenido éxito en su propósito. Tardaremos en saber como acaban los secuestros que aún a estas horas siguen en la ciudad, pero hoy es Bombay, como lo fueron Madrid, Nueva York, Londres.... el lugar en el que los ojos del mundo se asoman al horror del terrorismo.
Ha querido la casualidad que Esperanza Aguirre, al presidenta de la Comunidad de Madrid, estuviese en la ciudad en una visita con una delegación de empresarios, y que el hotel en el que se estaban registrando fuera atacado justo en el momento en el que ella y otros miembros de la delegación se encontraran haciendo los trámites en recepción. Afortunadamente parece que no hay nadie herido en ese grupo de viajeros, pero no deja de ser una fortuna que, inmerso en medio de un tiroteo terrorista, salgas indemne, en una situación en la que, sinceramente, no se muy bien que haría yo. Imagínense, está uno frente al mostrador del hotel, en un lugar lejano, probablemente desconocido, y con un cierto estado de agotamiento, y de repente se organiza una “balasera” a diestro y siniestro. Y uno, que no sabe que sucede, quizás se agache al suelo, movido por un instinto de protección, o grite y se ponga a correr llevado por el miedo, y en todo caso corre bastante peligro de que una bala perdida le acabe haciendo una visita indeseable, que esas vacaciones o viaje de negocios se acabe convirtiendo en una pesadilla, o lo que es peor, en las último viaje de su vida. Cuentan algunos testigos que los terroristas buscaban occidentales para secuestrar en los hoteles, especialmente británicos y estadounidenses, pero a la hora de disparar, o lanzar granadas contra la población, creo que no hacían muchos miramientos. La foto que es hoy portada en todos los periódicos nacionales muestra a un policía ayudando a una anciana que abandona lo que parece un vestíbulo de una estación de tren, así lo atestiguan los pies de foto. Ese vestíbulo está lleno de equipajes desperdigados, abandonados a su suerte por viajeros que fueron atacados, y huyeron. Se ven manchas de sangre, de mayor o menor tamaño, por todas partes, síntoma de que alguno de esos ataques fue efectivo, y la escena es, en todo caso, de una crueldad enorme. Imagínese usted el momento del pánico, de la huída desenfrenada, de los gritos de la multitud, que en medio del trajín de la tarde noche india, oye unas explosiones, disparos, no sabe de donde vienen, pero ve que a su alrededor se produce una estampida, y lo lloros y lamentos crecen a medida que los pies corren. El puro miedo descarrilado junto a los andenes. Algo parecido a esas manadas de antílopes que, acosados por los felinos, se atropellan unos a otros camino a una muerte segura. Una escena salvaje, cruel.... pero demasiado humana.
Porque en la estación de Bombay de ayer no eran felinos los que disparaban, no, sino personas, idénticas a las que corrían desesperadas. Fanatizadas, crueles, algunos dirían deshumanizadas, pero se equivocarían. Era un grupo de humanos, como usted lector o yo, los que ayer al mediodía se aprovisionaron de armas, rezaron a su Dios suplicando perdón y mostrándole alabanza y pleitesía, y se encaminaron a su destino, con el objetivo planificado y efectivo de causar el mayor daño posible, y a fe que han tenido éxito en su propósito. Tardaremos en saber como acaban los secuestros que aún a estas horas siguen en la ciudad, pero hoy es Bombay, como lo fueron Madrid, Nueva York, Londres.... el lugar en el que los ojos del mundo se asoman al horror del terrorismo.
miércoles, noviembre 26, 2008
Rusos hasta en la sopa
Hace un frío espantoso, típico de un invierno que parece haberse adelantado algún mes. Así, las calefacciones funcionan a todo trapo y no sólo se frotan las manos lo viejecitos en casa para darse calor, sino los vendedores de combustible para las calderas, entre los que REPSOL es la joya de la corona nacional, y sobre esa empresa empieza a organizarse una batalla que, al igual que el gélido viento que hoy corre por la calle, parece provenir de Rusia, pero como ese mismo viento, nadie sabe donde concluirá.
La oferta que LUKOIL ha hecho por el 20% que tiene SACYR en el accionariado de REPSOL, más un probable 9% de posee La Ciaxa a través de su corporación industrial Criteria, ha encendido las alarmas y los debates sobre la nacionalidad que debe tener una compañía estratégica como REPSOL, líder en España en suministros petrolíferos. El libre mercado choca contra los intereses nacionales, parecen decir algunos, y los hay liberales que transmutan en proteccionistas y socialdemócratas que se revelan como librecambistas de última generación. Como suele ocurrir en estas ocasiones, sospecho que nada es lo que parece. No quiero, vaya por delante mi idea, que una empresa rusa controle Repsol, y es que Rusia no es un país serio, sabido es como se gobierna allí, que peso tienen las mafias y como las oligarquías financieras y militares controlan la nación y los recursos para extender una red de influencia en los países de su entorno, y que mejor manera que la de controlar el suministro de petróleo, en el que Rusia nada, pudiendo cortarlo cuando llega el invierno como una nueva arma de presión, cosa que ya ha hecho con Ucrania, y que, aunque no lo diga, pende sobre la cabeza alemana. Otra pata de esta operación que no me gusta es SACYR. Esta empresa constructora, dirigida por Luís del Rivero, ya fue usada por el gobierno, y el entonces asesor económico en Moncloa y ahora Ministro de Industria Miguel Sebastián, para atacar al BBVA. Como aquello salió mal, se le “dejó” (alentó, ayudó, escojan ustedes el término) entrar en REPSOL, a través de un crédito participado por muchas entidades, entre ellas, y con prominencia, el Banco Santander. Ahora, con el hundimiento de la construcción, y al reflejarse en las cuentas de la empresa la nefasta gestión de la bonanza por parte de sus dirigentes, el gobierno trata de ayudar nuevamente a SACYR (qué favores deberá ZP a del Rivero) y le trata de salvar de una quiebra segura ayudándole nuevamente para poder vender ese 20% que posee en la petrolera, si es necesario mediante la participación de una empresa rusa, lo que levanta ampollas no sólo en el empresariado español, sino también, y más lógicamente, en el mismo partido socialista y en los sindicatos, que ven con muy malos ojos la gestión que pueda llevarse desde Moscú. ¿Llevarán Polonio los jefes de LUKOIL a los consejos de administración para “acallar” las voces críticas?. Visto lo visto no es algo tan descabellado.
Y lo más divertido de este sainete es que, al final, los rusos no se van a llevar nada, porque no tienen un duro. Uno pudiera pensar que esto se parece bastante a lo de los Lehmann Brothers, ya que en este juego todo el mundo compra y vende pero nadie pone un duro encima de la mesa, todo es falso y al final todo se derrumba. Si SACYR no puede vender, los banco se harán con su crédito, la constructora quebrará (es lo que se merece) y la papeleta la tendrán Botín y compañía. Pero intuyo que antes de que eso ocurra aparecerá un “caballero blanco” de buen ver (la francesa Total, por ejemplo), y se hará con el paquete de REPSOL, del Rivero salvará sus posaderas, y de sus tejemanejes y apropiaciones varias nada se sabrá. Para que luego digan que en España no hay finanzas basura.
La oferta que LUKOIL ha hecho por el 20% que tiene SACYR en el accionariado de REPSOL, más un probable 9% de posee La Ciaxa a través de su corporación industrial Criteria, ha encendido las alarmas y los debates sobre la nacionalidad que debe tener una compañía estratégica como REPSOL, líder en España en suministros petrolíferos. El libre mercado choca contra los intereses nacionales, parecen decir algunos, y los hay liberales que transmutan en proteccionistas y socialdemócratas que se revelan como librecambistas de última generación. Como suele ocurrir en estas ocasiones, sospecho que nada es lo que parece. No quiero, vaya por delante mi idea, que una empresa rusa controle Repsol, y es que Rusia no es un país serio, sabido es como se gobierna allí, que peso tienen las mafias y como las oligarquías financieras y militares controlan la nación y los recursos para extender una red de influencia en los países de su entorno, y que mejor manera que la de controlar el suministro de petróleo, en el que Rusia nada, pudiendo cortarlo cuando llega el invierno como una nueva arma de presión, cosa que ya ha hecho con Ucrania, y que, aunque no lo diga, pende sobre la cabeza alemana. Otra pata de esta operación que no me gusta es SACYR. Esta empresa constructora, dirigida por Luís del Rivero, ya fue usada por el gobierno, y el entonces asesor económico en Moncloa y ahora Ministro de Industria Miguel Sebastián, para atacar al BBVA. Como aquello salió mal, se le “dejó” (alentó, ayudó, escojan ustedes el término) entrar en REPSOL, a través de un crédito participado por muchas entidades, entre ellas, y con prominencia, el Banco Santander. Ahora, con el hundimiento de la construcción, y al reflejarse en las cuentas de la empresa la nefasta gestión de la bonanza por parte de sus dirigentes, el gobierno trata de ayudar nuevamente a SACYR (qué favores deberá ZP a del Rivero) y le trata de salvar de una quiebra segura ayudándole nuevamente para poder vender ese 20% que posee en la petrolera, si es necesario mediante la participación de una empresa rusa, lo que levanta ampollas no sólo en el empresariado español, sino también, y más lógicamente, en el mismo partido socialista y en los sindicatos, que ven con muy malos ojos la gestión que pueda llevarse desde Moscú. ¿Llevarán Polonio los jefes de LUKOIL a los consejos de administración para “acallar” las voces críticas?. Visto lo visto no es algo tan descabellado.
Y lo más divertido de este sainete es que, al final, los rusos no se van a llevar nada, porque no tienen un duro. Uno pudiera pensar que esto se parece bastante a lo de los Lehmann Brothers, ya que en este juego todo el mundo compra y vende pero nadie pone un duro encima de la mesa, todo es falso y al final todo se derrumba. Si SACYR no puede vender, los banco se harán con su crédito, la constructora quebrará (es lo que se merece) y la papeleta la tendrán Botín y compañía. Pero intuyo que antes de que eso ocurra aparecerá un “caballero blanco” de buen ver (la francesa Total, por ejemplo), y se hará con el paquete de REPSOL, del Rivero salvará sus posaderas, y de sus tejemanejes y apropiaciones varias nada se sabrá. Para que luego digan que en España no hay finanzas basura.
martes, noviembre 25, 2008
Ver el sol
Los tres días que he estado de vacaciones en Elorrio han sido interesantes. Paseos, muchas y preciosas estampas otoñales, que espero haber reflejado al menos en alguna foto decente de entre todas las que he sacado, una cena con amigos de esas que duran hasta las tantas y te lo pasas muy bien, y en general, un poco de relax y disfrute. Habría sido perfecto si hubiese acompañado el tiempo, pero es que ya se sabe que no se puede todo. Eso sí, de ahí a que no deje de llover en tres días hay una cierta distancia, no???
Y es que se ha pasado lloviendo todo el tiempo. A veces más, a veces menos, en algunos momentos con viento, otros mansamente, como si el agua cayese sin importar a donde fuera. Hubo un pequeño momento de parón la tarde del Domingo, pero fue un simulacro. Las nubes seguían allí en lo alto y no dejaban pasar más luz, como si a la lámpara del salón le hubiésemos puesto un fieltro para así vivir una noche aún más sombría. Y de hecho no vi el sol hasta ayer por la tarde, una vez sobrepasado Pancorbo, camino a Burgos sentido Madrid. Pero he de decir que fue un sol espectacular. No duró mucho, porque llegados a Briviesca se volvió a ocultar, y en el ascenso de la Brújula la nube se convirtió en un chubasco de agua y nieve que lo volvió todo oscuro otra vez. Sin embargo, al llegar a la cima del alto, la nube se deshacía, y pude ver asombrado como nevaba sobre mi cabeza y un sol enorme, amarillo y precioso, se veía a mi derecha, tamizado por los copos y los goterones de lluvia. La imagen era de una belleza enorme, tanto por lo sorprendente como por la misma estampa en sí. Ese era uno de los momentos en los que tengo ganas de hacer el viaje a Elorrio en coche, para poder pararme en el arcén, bajarme y observar esa belleza que se desplegaba ante mi. Pese a que no me faltaron ganas, huelga decir que no le dije al conductor del autobús que hiciese lo mismo, y nos detuviera en una esquina para mi deleite, pero intuyo que de haber hecho la petición no me hubiese quedado sólo, porque, sin ir más lejos, dos chicas que iban detrás de mí, camino a Barajas y rumbo a Punta Cana, se quedaron igualmente prendadas de la belleza de ese sol en medio de la tormenta. Una de ellas, la que iba junto a la ventana, me imitó, sacó su cámara de fotos e intentó captar el momento, a la vez que daba codazos a su compañera, dormida a pierna suelta, para que se despertase y viera que cosa tan bonita se estaba produciendo ahí fuera. Curiosamente, la mayor parte de la gente que me rodeaba tenía los auriculares puesto y veía ensimismada una película cuyo título no soy ni capaz de recordar, pero que por muy buena que fuese, y sospecho que tampoco lo era mucho, no tenía nada que hacer con el espectáculo que se desarrollaba fuera de la pantalla, en el mundo real.
En mi caso, tras tres días completos bajo las nubes, aquello era algo parecido a una resurrección, y el que ahora mire por al ventana y vea como Madrid se despierta, congelada, eso sí, bajo un radiante cielo azul apenas enmarañado por cirros, resulta vivificante. Los días oscuros de lluvia están bien, pero sin pasarse, y son ideales para pasar la tarde en casa, o como hicimos el Sábado, reunirse con un grupo de magníficas personas y estar, compartir, e incluso comer, pero el sol, la luz, sentirlo en la piel tras días en los que se te ha negado.... eso es una sensación maravillosa.
Y es que se ha pasado lloviendo todo el tiempo. A veces más, a veces menos, en algunos momentos con viento, otros mansamente, como si el agua cayese sin importar a donde fuera. Hubo un pequeño momento de parón la tarde del Domingo, pero fue un simulacro. Las nubes seguían allí en lo alto y no dejaban pasar más luz, como si a la lámpara del salón le hubiésemos puesto un fieltro para así vivir una noche aún más sombría. Y de hecho no vi el sol hasta ayer por la tarde, una vez sobrepasado Pancorbo, camino a Burgos sentido Madrid. Pero he de decir que fue un sol espectacular. No duró mucho, porque llegados a Briviesca se volvió a ocultar, y en el ascenso de la Brújula la nube se convirtió en un chubasco de agua y nieve que lo volvió todo oscuro otra vez. Sin embargo, al llegar a la cima del alto, la nube se deshacía, y pude ver asombrado como nevaba sobre mi cabeza y un sol enorme, amarillo y precioso, se veía a mi derecha, tamizado por los copos y los goterones de lluvia. La imagen era de una belleza enorme, tanto por lo sorprendente como por la misma estampa en sí. Ese era uno de los momentos en los que tengo ganas de hacer el viaje a Elorrio en coche, para poder pararme en el arcén, bajarme y observar esa belleza que se desplegaba ante mi. Pese a que no me faltaron ganas, huelga decir que no le dije al conductor del autobús que hiciese lo mismo, y nos detuviera en una esquina para mi deleite, pero intuyo que de haber hecho la petición no me hubiese quedado sólo, porque, sin ir más lejos, dos chicas que iban detrás de mí, camino a Barajas y rumbo a Punta Cana, se quedaron igualmente prendadas de la belleza de ese sol en medio de la tormenta. Una de ellas, la que iba junto a la ventana, me imitó, sacó su cámara de fotos e intentó captar el momento, a la vez que daba codazos a su compañera, dormida a pierna suelta, para que se despertase y viera que cosa tan bonita se estaba produciendo ahí fuera. Curiosamente, la mayor parte de la gente que me rodeaba tenía los auriculares puesto y veía ensimismada una película cuyo título no soy ni capaz de recordar, pero que por muy buena que fuese, y sospecho que tampoco lo era mucho, no tenía nada que hacer con el espectáculo que se desarrollaba fuera de la pantalla, en el mundo real.
En mi caso, tras tres días completos bajo las nubes, aquello era algo parecido a una resurrección, y el que ahora mire por al ventana y vea como Madrid se despierta, congelada, eso sí, bajo un radiante cielo azul apenas enmarañado por cirros, resulta vivificante. Los días oscuros de lluvia están bien, pero sin pasarse, y son ideales para pasar la tarde en casa, o como hicimos el Sábado, reunirse con un grupo de magníficas personas y estar, compartir, e incluso comer, pero el sol, la luz, sentirlo en la piel tras días en los que se te ha negado.... eso es una sensación maravillosa.
viernes, noviembre 21, 2008
El tamaño de las tetas
Entre las polémicas extrañas de esta semana me ha impactado la de la discoteca Pachá. Como sabrán mucho, el Pachá de Valencia organizó una fiesta en homenaje a la mujer (??) en la que se sorteaba una operación de aumento de pecho entre las asistentes. Al conocerse la noticia se organizó un revuelo en los medios y empezaron las protestas. Las primeras declaraciones de los responsables de la discoteca contribuyeron a avivar el incendio, y ayer se dio a conocer que, finalmente, Pachá suspende la fiesta, con la cabeza muy alta, al no querer aumentar más una polémica que opina se ha tergiversado y desmedido.
Este asunto da para mucho, y no sólo porque unas tetas grandes den más juego (se han fijado, por cierto, que “tetas” es una palabra que no está en el diccionario del Word??). No quiero entrar en la polémica de si esto es una manipulación sexista de la mujer y le degrada, y cosas así, que parte de rezón tienen quienes eso denuncian, pero existe mucha hipocresía al respecto, y en este país en el que el número de operados es enorme, y muchos no lo hacen público, pese a que critican esa práctica, declaraciones sobre la maldad perversa de las operaciones no dejan de ser en muchos casos palabras vacías. Me impactó, por su sinceridad, y porque se atrevió a decir lo que muchos piensan y callan, las primeras declaraciones de uno de los de Pachá, que ahora niega haber pronunciado, en las que decía que critican el sorteo del aumento de pecho “las mujeres que no tienen arreglo”. ¿Qué quiere decir esto? Pues supongo que lo de siempre, que las chicas feas y con poco pecho quieren ser guapas y tener tetas grandes para llamar la atención y ligar más, pero lo del arreglo.... Yo soy un chico objetivamente feo, al menos no soy guapo, y es posible que para nueve de cada diez encuestados (y sobre todo encuestadas) entre en esa categoría de “los que no tenemos arreglo”. Ante esa situación, y los problemas que puede generar en u mundo como este, en el que la estética, la presencia, el porte y la belleza exterior importan más que cualquier cosa, quizás sólo superadas por el importe de la cuenta corriente de cada uno, hay dos alternativas. O te metes en el negocio, lo que muchas veces supone ir al “taller” a hacer algo similar a un arreglo de chapa, pintura y bajos, o te plantas y decides tirar para adelante con lo que en el sorteo de la naturaleza te ha tocado, porque no olvidemos que, además de ser algo cambiante con el tiempo, la belleza es un don que uno posee por eso que denominamos lotería genética. Es obvio, para que engañarnos, que los chicos y chicas guapas lo van a tener todo más fácil, tendrán donde elegir a la hora de encontrar pareja, en la entrevistas de trabajo causarán una impresión magnífica con sólo decir “buenos días” y su presencia será reclamada en fiestas, saraos y encuentros de amigos propios, extraños, y de muchos interesados en general. Y mucho de todo eso, en el fondo, es falso. Guapa o fea, con tetas grandes o planilta, con curvas ostentosas o con caderas caídas, una chica es una persona, que será mejor o peor, que puede ser alegre, divertidas, maravillosa, o aburrida, triste, soez o egoísta, o pongan ustedes aquí los cientos de adjetivos que deseen. Será una persona, y esa persona es lo que a uno le debe gustar o no. El envoltorio físico es eso, un interesante y necesario... envoltorio.
A mi entender, lo que vino a decir el de Pachá es que los feos no se comen una rosca, y los que menos comen son los que más protestan ante estas cosas. Y creo que la mayor parte de al gente, en privado, suscribiría esta frase, pero no en público, por miedo a las convenciones sociales. No me queda más remedio que dar la razón al del Pachá, pese a que su idea de concurso, ya veterana en otros países, me parece un síntoma más de la estupidez a la que llega una sociedad aburrida, material y carente de principios y referencias como la nuestra. Lo peor es que habría cientos de chicas, cada una con sus maravillas propias, ocultas bajo sus tetas, que estarían ilusionadas por esa operación... hay cosas que no entiendo, o que las veo tan claras que prefiero no darme cuenta.
El Lunes me cojo un día libre. Hasta el Martes.
Este asunto da para mucho, y no sólo porque unas tetas grandes den más juego (se han fijado, por cierto, que “tetas” es una palabra que no está en el diccionario del Word??). No quiero entrar en la polémica de si esto es una manipulación sexista de la mujer y le degrada, y cosas así, que parte de rezón tienen quienes eso denuncian, pero existe mucha hipocresía al respecto, y en este país en el que el número de operados es enorme, y muchos no lo hacen público, pese a que critican esa práctica, declaraciones sobre la maldad perversa de las operaciones no dejan de ser en muchos casos palabras vacías. Me impactó, por su sinceridad, y porque se atrevió a decir lo que muchos piensan y callan, las primeras declaraciones de uno de los de Pachá, que ahora niega haber pronunciado, en las que decía que critican el sorteo del aumento de pecho “las mujeres que no tienen arreglo”. ¿Qué quiere decir esto? Pues supongo que lo de siempre, que las chicas feas y con poco pecho quieren ser guapas y tener tetas grandes para llamar la atención y ligar más, pero lo del arreglo.... Yo soy un chico objetivamente feo, al menos no soy guapo, y es posible que para nueve de cada diez encuestados (y sobre todo encuestadas) entre en esa categoría de “los que no tenemos arreglo”. Ante esa situación, y los problemas que puede generar en u mundo como este, en el que la estética, la presencia, el porte y la belleza exterior importan más que cualquier cosa, quizás sólo superadas por el importe de la cuenta corriente de cada uno, hay dos alternativas. O te metes en el negocio, lo que muchas veces supone ir al “taller” a hacer algo similar a un arreglo de chapa, pintura y bajos, o te plantas y decides tirar para adelante con lo que en el sorteo de la naturaleza te ha tocado, porque no olvidemos que, además de ser algo cambiante con el tiempo, la belleza es un don que uno posee por eso que denominamos lotería genética. Es obvio, para que engañarnos, que los chicos y chicas guapas lo van a tener todo más fácil, tendrán donde elegir a la hora de encontrar pareja, en la entrevistas de trabajo causarán una impresión magnífica con sólo decir “buenos días” y su presencia será reclamada en fiestas, saraos y encuentros de amigos propios, extraños, y de muchos interesados en general. Y mucho de todo eso, en el fondo, es falso. Guapa o fea, con tetas grandes o planilta, con curvas ostentosas o con caderas caídas, una chica es una persona, que será mejor o peor, que puede ser alegre, divertidas, maravillosa, o aburrida, triste, soez o egoísta, o pongan ustedes aquí los cientos de adjetivos que deseen. Será una persona, y esa persona es lo que a uno le debe gustar o no. El envoltorio físico es eso, un interesante y necesario... envoltorio.
A mi entender, lo que vino a decir el de Pachá es que los feos no se comen una rosca, y los que menos comen son los que más protestan ante estas cosas. Y creo que la mayor parte de al gente, en privado, suscribiría esta frase, pero no en público, por miedo a las convenciones sociales. No me queda más remedio que dar la razón al del Pachá, pese a que su idea de concurso, ya veterana en otros países, me parece un síntoma más de la estupidez a la que llega una sociedad aburrida, material y carente de principios y referencias como la nuestra. Lo peor es que habría cientos de chicas, cada una con sus maravillas propias, ocultas bajo sus tetas, que estarían ilusionadas por esa operación... hay cosas que no entiendo, o que las veo tan claras que prefiero no darme cuenta.
El Lunes me cojo un día libre. Hasta el Martes.
jueves, noviembre 20, 2008
Muchas maravillas
Ayer fue un día prolijo en maravillas, hechos no habituales y que dejan a todo el mundo con la boca abierta. En un intento por superarse a sí mismo, el Dow Jones bajó más de un 5% y perforó la barrera de los 8.000 puntos, por lo que es de suponer que, tras una noche asiática movida (interprétenlo como deseen) hoy nuevamente los índices europeos nos ofrezcan una maravillosa sesión llena de pocos “altis“ y muchos bajos, demostrando que, si como dijo una vez alguno ya hemos tocado suelo, ahora hemos cogido un pico y hemos empezado a cavar un agujero.
Entre las cosas maravillosas que suceden en la bolsa española está lo del banco de Santander, uno de los más importantes del mundo, de los que más ganan y menos necesitan las ayudas públicas, que hace dos semanas se salió por la tangente anunciando una ampliación de capital con acciones a 4,5 euros, cuando entonces el valor cotizaba cerca de los 8. La consecuencia principal a día de hoy debe este proceso es que ayer la acción cerró a poco más de 5,5, y el inversor particular del Santander ha vito como en algo más de una semana ha perdido más de un tercio de su inversión. Así, de golpe. Es maravilloso. Las explicaciones que ha dado la directiva del Santander, con su presidente Emilio Botín al frente, tanto al Consejo de Administración como a la prensa y la CNMV me han parecido sólidas, razonables y veraces, y el comportamiento de los medios de comunicación, exigiendo transparencia e información cierta, y de de las autoridades reclamando comunicados y pidiendo explicaciones en nombre del accionista han sido competentes y llenos de sentido común, cumpliendo cada uno el papel que le corresponde como auditores sociales de los comportamientos de los poderosos.......... pero.... aquí hay un problema, porque ahora que me doy cuenta, nada de lo que he dicho anteriormente se ha producido, nadie ha reclamado explicaciones ni, por supuesto, menos aún se han concedido, pero ¿a que hubiera sido maravillosos que todo fuera como en mi imaginación? También ha intentado hacer algo igualmente mágico el Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que metido en el agujero negro de un paro creciente ha ideado la mejor manera de reducir las listas de desempleo, que no es crear trabajo, sino no contar parados, eliminando de las listas del INEM a los afectados por los EREs. Si hay 100 parados y cuento 80 he reducido el desempleo en un 20%, lo cual es un guarismo igualmente maravilloso. Seguro que algún pesado sale diciendo que eso es trampa, injusto, e incluso ilegal, y que se está estafando a la población al hacer una artificio contable para endulzar unas cifras de paro que debieran avergonzar a los gobernantes españoles y al conjunto de la sociedad, por lo aterradoras que son, y por el drama que se esconde detrás de cada una de esas miles de personas que, vía ERE o cualquier otra forma, se quedan en casa por las mañanas sin saber que hacer. Pero sin duda esas voces críticas, que no se han oído ni en los medios de comunicación, ni en los sindicatos (??) ni en ninguna otra parte no podrán ocultar la maravillosa política de gestión de la crisis que está llevando a cabo el gobierno, ni las maravillosas ideas que tiene la oposición en España.
Y como es lógico en estos días en el Congreso de los Diputados, donde reside el poder para tomar medidas que palien estos problemas, se esta hablando de estas maravillas....bueno, realmente de otra Maravillas, una monja, que a cuenta de una placa conmemorativa por su labor y el haber residido en el complejo (y que yo creo que merece ser puesta) ha sido, pueril e insignificante como es el asunto, la única causa que ha encendido el debate político, ha hecho cruzar declaraciones alucinantes entre partidos y entre sus propios miembros, y nos ha vuelto a demostrar a los españoles que tenemos una clase política y dirigente que es maravillosa, o más exactamente, y que también empieza por m, una mier.....
Entre las cosas maravillosas que suceden en la bolsa española está lo del banco de Santander, uno de los más importantes del mundo, de los que más ganan y menos necesitan las ayudas públicas, que hace dos semanas se salió por la tangente anunciando una ampliación de capital con acciones a 4,5 euros, cuando entonces el valor cotizaba cerca de los 8. La consecuencia principal a día de hoy debe este proceso es que ayer la acción cerró a poco más de 5,5, y el inversor particular del Santander ha vito como en algo más de una semana ha perdido más de un tercio de su inversión. Así, de golpe. Es maravilloso. Las explicaciones que ha dado la directiva del Santander, con su presidente Emilio Botín al frente, tanto al Consejo de Administración como a la prensa y la CNMV me han parecido sólidas, razonables y veraces, y el comportamiento de los medios de comunicación, exigiendo transparencia e información cierta, y de de las autoridades reclamando comunicados y pidiendo explicaciones en nombre del accionista han sido competentes y llenos de sentido común, cumpliendo cada uno el papel que le corresponde como auditores sociales de los comportamientos de los poderosos.......... pero.... aquí hay un problema, porque ahora que me doy cuenta, nada de lo que he dicho anteriormente se ha producido, nadie ha reclamado explicaciones ni, por supuesto, menos aún se han concedido, pero ¿a que hubiera sido maravillosos que todo fuera como en mi imaginación? También ha intentado hacer algo igualmente mágico el Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que metido en el agujero negro de un paro creciente ha ideado la mejor manera de reducir las listas de desempleo, que no es crear trabajo, sino no contar parados, eliminando de las listas del INEM a los afectados por los EREs. Si hay 100 parados y cuento 80 he reducido el desempleo en un 20%, lo cual es un guarismo igualmente maravilloso. Seguro que algún pesado sale diciendo que eso es trampa, injusto, e incluso ilegal, y que se está estafando a la población al hacer una artificio contable para endulzar unas cifras de paro que debieran avergonzar a los gobernantes españoles y al conjunto de la sociedad, por lo aterradoras que son, y por el drama que se esconde detrás de cada una de esas miles de personas que, vía ERE o cualquier otra forma, se quedan en casa por las mañanas sin saber que hacer. Pero sin duda esas voces críticas, que no se han oído ni en los medios de comunicación, ni en los sindicatos (??) ni en ninguna otra parte no podrán ocultar la maravillosa política de gestión de la crisis que está llevando a cabo el gobierno, ni las maravillosas ideas que tiene la oposición en España.
Y como es lógico en estos días en el Congreso de los Diputados, donde reside el poder para tomar medidas que palien estos problemas, se esta hablando de estas maravillas....bueno, realmente de otra Maravillas, una monja, que a cuenta de una placa conmemorativa por su labor y el haber residido en el complejo (y que yo creo que merece ser puesta) ha sido, pueril e insignificante como es el asunto, la única causa que ha encendido el debate político, ha hecho cruzar declaraciones alucinantes entre partidos y entre sus propios miembros, y nos ha vuelto a demostrar a los españoles que tenemos una clase política y dirigente que es maravillosa, o más exactamente, y que también empieza por m, una mier.....
miércoles, noviembre 19, 2008
Cenas de pareja
Ayer por la noche estuve de cena con varios compañeros de trabajo, y nos fuimos a la bardemcilla, restaurante propiedad de la familia Bardem sito en el barrio de Chueca. No deja de ser curioso, e indicativo de muchas de las contradicciones que tiene la vida que, afamados comunistas como son los Bardem y ardientes defensores de los cánones al particular por la compra de algunos artículo de consumo, regenten un establecimiento que gestiona perfectamente la libertad de mercado capitalista y en el que uno se puede comprar hasta la carta, profusamente decorada por una de las componentes menos conocidas de la saga familiar, que es pintora. Ya se sabe, al Dios del marxismo rogando, pero con el mazo liberal dando..... y cobrando.
Pero no quiero derivar el tema de hoy por el lado económico, que dado como está el patio vamos a tener muchas oportunidades para ello, si no cierra el patio uno de estos días, claro. El restaurante tiene forma de L y nosotros estábamos cerca de la esquina interior de la letra, esquina ocupada por una mesa sita justo al lado mío en al que cenaba una pareja que llegó muy poco después de nosotros. Tuvieron que sufrir un poco de presión por mi parte en un momento dado en el que hice alguna foto desde la esquina, pero no les molesté más. Sin embargo creo que su velada no fue placentera del todo. Al menos ella empezó a cenar con una especie de niqui de manga corta (seguro que la prensa tenía un nombre propio, pero disculpen mi oceánica ignorancia por todo ese mundo de la ropa) y acabó con un jersey puesto de cuello gordo y doblado. Por lo poco que pude intuir se lo pasaron bien, pero me da la impresión de que no fue una velada romántica precisamente. Lo curioso es que justo en frente nuestro había otra mesa ocupada por otra pareja que contrastaba algo. Sentados allí cuando nosotros ya entramos, y de edad media algo superior a la pareja antes mencionada, estaban todo el tiempo lanzándose miraditas, carantoñas y besitos. Como estos sí estaban en mi línea de visión, aunque pese a la distancia no podía saber de que narices hablaban, sí percibía lo felices que estaban, felicidad que fue en aumento a medida que degustaban platos y que, como en una fondue de chocolate, se desparramó a los postres. Allí empezaron con los besos en la boca y la devoción mutua, y quién sabe si para aprovechar el momento, y no dejar enfriar una buena oportunidad amorosa, pidieron la cuenta y se marcharon bastante rápido. “Vaya, estos sí que han disfrutado” pensaba yo, mientras la de mi lado ya se había puesto una especie de camisa por encima del niqui. A los pocos minutos llegó otra pareja que volvió a sentarse en la mesa sita en frente nuestro. De una tipología similar a la que se había ido, aunque me pareció que de una edad algo superior, pidieron las copas y los platos y empezaron a comer, y a mirarse y ha hacer carantoñas.... y a la media hora estaban llegando a un estadio de fogosidad parecido al de la primera pareja temperamental.
Yo empezaba a sospechar que esa mesa tenía algún influjo, o que era allí donde se había escenificado el anuncio ese del portal de ligues meetic en el que una pareja cena y uno puede graduar la intensidad de la pasión, desde el 1 de simples e inocentes miradas hasta el 5, en el que los comensales se levantan de al mesa y la escena se funde en negro antes de que vajillas, enseres y demás caigan presa de al incontinencia amorosa. Desde luego nosotros nos lo pasamos bien, pero doy fe de que no fuimos los únicos (ni quizás los que más) de la noche.
Pero no quiero derivar el tema de hoy por el lado económico, que dado como está el patio vamos a tener muchas oportunidades para ello, si no cierra el patio uno de estos días, claro. El restaurante tiene forma de L y nosotros estábamos cerca de la esquina interior de la letra, esquina ocupada por una mesa sita justo al lado mío en al que cenaba una pareja que llegó muy poco después de nosotros. Tuvieron que sufrir un poco de presión por mi parte en un momento dado en el que hice alguna foto desde la esquina, pero no les molesté más. Sin embargo creo que su velada no fue placentera del todo. Al menos ella empezó a cenar con una especie de niqui de manga corta (seguro que la prensa tenía un nombre propio, pero disculpen mi oceánica ignorancia por todo ese mundo de la ropa) y acabó con un jersey puesto de cuello gordo y doblado. Por lo poco que pude intuir se lo pasaron bien, pero me da la impresión de que no fue una velada romántica precisamente. Lo curioso es que justo en frente nuestro había otra mesa ocupada por otra pareja que contrastaba algo. Sentados allí cuando nosotros ya entramos, y de edad media algo superior a la pareja antes mencionada, estaban todo el tiempo lanzándose miraditas, carantoñas y besitos. Como estos sí estaban en mi línea de visión, aunque pese a la distancia no podía saber de que narices hablaban, sí percibía lo felices que estaban, felicidad que fue en aumento a medida que degustaban platos y que, como en una fondue de chocolate, se desparramó a los postres. Allí empezaron con los besos en la boca y la devoción mutua, y quién sabe si para aprovechar el momento, y no dejar enfriar una buena oportunidad amorosa, pidieron la cuenta y se marcharon bastante rápido. “Vaya, estos sí que han disfrutado” pensaba yo, mientras la de mi lado ya se había puesto una especie de camisa por encima del niqui. A los pocos minutos llegó otra pareja que volvió a sentarse en la mesa sita en frente nuestro. De una tipología similar a la que se había ido, aunque me pareció que de una edad algo superior, pidieron las copas y los platos y empezaron a comer, y a mirarse y ha hacer carantoñas.... y a la media hora estaban llegando a un estadio de fogosidad parecido al de la primera pareja temperamental.
Yo empezaba a sospechar que esa mesa tenía algún influjo, o que era allí donde se había escenificado el anuncio ese del portal de ligues meetic en el que una pareja cena y uno puede graduar la intensidad de la pasión, desde el 1 de simples e inocentes miradas hasta el 5, en el que los comensales se levantan de al mesa y la escena se funde en negro antes de que vajillas, enseres y demás caigan presa de al incontinencia amorosa. Desde luego nosotros nos lo pasamos bien, pero doy fe de que no fuimos los únicos (ni quizás los que más) de la noche.
martes, noviembre 18, 2008
Pero... esto es absurdo!!!
Ya que estamos de museos y de historias artísticas, mezclémoslas con asuntos más prosaicos, pero creo que igualmente interesantes. Conocido es mi escaso estilo decorativo, el desinterés absoluto que muestro al respecto y las pocas cosas que hago para personalizar el hogar en el que vivo. Tras algún tiempo por fin he tenido una idea para decorar la pared sobre la que se apoya el cabecero de la cama de mi cuarto, blanca inmaculada desde hace cuatro años. Es una tontería, pero me ha hecho gracia. Para elaborar la composición que tengo en mente necesito algunas láminas de cuadros, y me fui hace dos Sábados a la tienda del Thyssen para echar un ojo.
La tienda está bien, pero ninguna de las láminas que allí venden encajaba en lo que yo tenía en mente. Así, radiante Sábado al mediodía, crucé la plaza de Neptuno y fui al Prado, a ver si allí estaba lo que me interesaba. Llegué a la entrada de la ampliación, acceso principal actualmente y donde se encuentra ubicada la tienda y la cafetería, y al entrar me pararon los guardias de seguridad porque no tenía entrada. “No, mire, es que no vengo a ver la exposición, sino a la tienda”. “No puede acceder a la tienda sin entrada” Y yo empecé a pensar.... “pero.. si la entrada cuesta 6 euros, me está diciendo que el acceso a la tienda, sin comprar nada, sólo para verla, cuesta 6 euros???” “Sí señor, salvo que venga en el horario gratuito a partir de las 18:00”. Asombrado, añadí “Y supongo que la cafetería funciona igual, verdad???” “Sí, claro” contesto el guardia del acceso como si fuese una obviedad de esas que caen por su propio peso. “Pero, pero.... esto es absurdo!!!” dije yo ya un poco mosqueado, “si el objeto de la tienda es vender, por qué limitan el acceso? No tiene sentido” A esto el guardia empezó con evasivas y que si no me gustaba aquello que me fuera. Así, me fui, claro, y ese mismo Sábado por la tarde volví, con el horario gratuito, a coger una entrada libre, pasar el control de seguridad y acceder a la tienda, que encima cierra media hora antes que el museo, por lo que uno debe darse prisa si quiere comprar algo. Eché un vistazo a las láminas y vi dos que sí encajaban en mi idea. A lo largo de la semana repensé la composición y decidí finalmente comprar los cuadros, cosa que hice el pasado Viernes, en el horario gratuito, y corriendo como un poseso para que no me cerrasen las puertas de la tienda. El Sábado comprobé, para mi horror, que una de las que había cogido estaba equivocada, pese a estar en el lugar que le correspondía a la imagen que yo deseaba (supongo que alguien, por equivocación, la puso allí) así que este Domingo por la tarde, nuevamente en horario libre, fui corriendo a descambiarla y coger la que deseaba. Para hacer el cambio y el canjeo del ticket de compra salió una de las responsables de la tienda a la que, tras efectuar el reembolso, asaeté a preguntas sobre como es posible que uno de los museos más importantes del mundo tenga un sistema de venta, comercio y acceso a su negocio más propio de Corea del Norte por su estrechez de miras que de una institución moderna.
La chica no supo muy bien que contestar, salvo que la opción del acceso gratuito paliaba en parte ese problema. “La tienda antigua tenía el mismo problema“ señaló, y ahí le espeté yo que para algo se había efectuado la ampliación, y que el Thyssen, o el Reina Sofía, o la Nacional Gallery de Washington, cuyo edificio es una copia del de Villanueva, poseen tiendas (y en el caso norteamericano un enrome restaurante) de acceso libre para sacar ingresos a cuenta del museo, cosa lógica y normal. Amablemente la mujer dio por terminada la conversación y allí me quedé yo, con mi lámina buena y sin entender nada. Y luego nos extrañamos de que los productos españoles no se vendan, y que si no se hace nada por el marketing.... si es que a veces no te dejan ni comprarlos!!!!!
La tienda está bien, pero ninguna de las láminas que allí venden encajaba en lo que yo tenía en mente. Así, radiante Sábado al mediodía, crucé la plaza de Neptuno y fui al Prado, a ver si allí estaba lo que me interesaba. Llegué a la entrada de la ampliación, acceso principal actualmente y donde se encuentra ubicada la tienda y la cafetería, y al entrar me pararon los guardias de seguridad porque no tenía entrada. “No, mire, es que no vengo a ver la exposición, sino a la tienda”. “No puede acceder a la tienda sin entrada” Y yo empecé a pensar.... “pero.. si la entrada cuesta 6 euros, me está diciendo que el acceso a la tienda, sin comprar nada, sólo para verla, cuesta 6 euros???” “Sí señor, salvo que venga en el horario gratuito a partir de las 18:00”. Asombrado, añadí “Y supongo que la cafetería funciona igual, verdad???” “Sí, claro” contesto el guardia del acceso como si fuese una obviedad de esas que caen por su propio peso. “Pero, pero.... esto es absurdo!!!” dije yo ya un poco mosqueado, “si el objeto de la tienda es vender, por qué limitan el acceso? No tiene sentido” A esto el guardia empezó con evasivas y que si no me gustaba aquello que me fuera. Así, me fui, claro, y ese mismo Sábado por la tarde volví, con el horario gratuito, a coger una entrada libre, pasar el control de seguridad y acceder a la tienda, que encima cierra media hora antes que el museo, por lo que uno debe darse prisa si quiere comprar algo. Eché un vistazo a las láminas y vi dos que sí encajaban en mi idea. A lo largo de la semana repensé la composición y decidí finalmente comprar los cuadros, cosa que hice el pasado Viernes, en el horario gratuito, y corriendo como un poseso para que no me cerrasen las puertas de la tienda. El Sábado comprobé, para mi horror, que una de las que había cogido estaba equivocada, pese a estar en el lugar que le correspondía a la imagen que yo deseaba (supongo que alguien, por equivocación, la puso allí) así que este Domingo por la tarde, nuevamente en horario libre, fui corriendo a descambiarla y coger la que deseaba. Para hacer el cambio y el canjeo del ticket de compra salió una de las responsables de la tienda a la que, tras efectuar el reembolso, asaeté a preguntas sobre como es posible que uno de los museos más importantes del mundo tenga un sistema de venta, comercio y acceso a su negocio más propio de Corea del Norte por su estrechez de miras que de una institución moderna.
La chica no supo muy bien que contestar, salvo que la opción del acceso gratuito paliaba en parte ese problema. “La tienda antigua tenía el mismo problema“ señaló, y ahí le espeté yo que para algo se había efectuado la ampliación, y que el Thyssen, o el Reina Sofía, o la Nacional Gallery de Washington, cuyo edificio es una copia del de Villanueva, poseen tiendas (y en el caso norteamericano un enrome restaurante) de acceso libre para sacar ingresos a cuenta del museo, cosa lógica y normal. Amablemente la mujer dio por terminada la conversación y allí me quedé yo, con mi lámina buena y sin entender nada. Y luego nos extrañamos de que los productos españoles no se vendan, y que si no se hace nada por el marketing.... si es que a veces no te dejan ni comprarlos!!!!!
lunes, noviembre 17, 2008
Sacar unas fotos (para JCJ)
Como la cumbre de Washington no ha deparado novedades sustanciales, y ha servido para crear la agenda e imágenes que se esperaba, concluida con una gran fotografía, vamos a hablar de imágenes, pero con un mayor contenido estético. Ayer al mediodía, con la inmejorable compañía de JCJ, fui a ver una exposición fotográfica en el Museo Reina Sofía dedicada al autor leones Alberto García-Alix, autor del que yo desconocía casi todo, pero que posee un sentido del retrato muy desarrollado, aunque a mi las que más me gustaron fueron las imágenes en las que muestra parejas, especialmente en entornos urbanos, poseedoras de una fuerza enorme.
Ni lo pensé en ese momento, sino que no fue hasta horas más tarde cuando me puse a reflexionar sobre cómo ha cambiado esto de la fotografía en los últimos años. No el sentido artístico de la misma, ni su importancia y presencia, que siguen siendo enormes, sino su mera obtención. Yo saco bastantes fotos, lo hacía antes con las cámaras analógicas, pero desde la llegada de la cámara digital las posibilidades se han disparado hasta el infinito. Todo el mundo poseemos en nuestras manos un artefacto capaz de sacar millones de fotos, a coste nulo, y en el que podemos ver el resultado, y así corregirnos poco a poco, al menos evitando errores de bulto como poner el dedo en el objetivo y similar, que serviros ha cometido varias veces. No hace demasiados años, sacar fotos era algo muy parecido a jugar a la lotería de Navidad. Tirabas algunas imágenes, que jugaban el papel de décimos, sacabas el carrete, ibas a la tienda y te citaban para dentro de semana y algo al sorteo. Llegado ese día mágico, ibas nervioso a la tienda, te daban tu bombo particular y empezabas a realizar extracciones. “qué mala”, “pufff”, “otra movida”... “bueno, esta no está mal”... “qué desastre”... “qué bonita!!” y así hasta acabar las 24 o 36 que se tratase, nunca un número exacto porque alguna no había salido (es decir, era tan mal que ni te al daban, o eso al menos entendía el de la tienda de turno) y otras estaban de más en función de cómo se hubiera enganchado el carrete a la cámara. Eso sí, pagabas por todo el paquete de imágenes, pese a que muchas ellas fueran realmente infames. No recuerdo, pese a ello, haber destruido foto alguna, y aseguro al lector que varias se lo merecía. Así, poco a poco, ibas almacenado álbumes de distinto tamaño, principalmente en función de lo que estaba de oferta en aquel momento, y tiras de negativos que nunca entraban en al funda que te otorgaban, y que casi siempre acababan mezclados y esparcidos con otros negativos de origen confuso y temática dispar. Hacer copias en caso de fotos colectivas era una auténtica aventura, pero tenía su contrapartida, dado que exigía juntar nuevamente a los retratados, y por ello extender el momento de unión y charla que había generado las instantáneas pasadas. Se apuntaban números y letras que parecían sacadas de un código criptográfico extraño, y volvías a la administración de lotería fotográfica, de la que a veces sacabas copias de mejor calidad que los originales, o peor, que de todo había.
Todo este proceso duraba días, o semanas, y costaba dinero en cada paso. Y desde hace poco ha desaparecido. Todo es instantáneo, la captura de la imagen, el archivo, su envío, distribución.. es fascinante. Si para mi lo es no puedo imaginar lo que piensa un autor como, pongamos el caso, García-Alix, que ha visto como en pocos años el medio en el que se ha desenvuelto su arte se ha transformado de una manera tan brutal como inimaginable. Las imágenes de su exposición, muchas enmarcadas en los años ochenta y noventa, muestran una realidad tan descarnada, pero a la vez tan antigua como los medios con los que se elaboraron, pero enseñan que la belleza y la gracia no están en la cámara, sino en el ojo, en la mente que la maneja.
Ni lo pensé en ese momento, sino que no fue hasta horas más tarde cuando me puse a reflexionar sobre cómo ha cambiado esto de la fotografía en los últimos años. No el sentido artístico de la misma, ni su importancia y presencia, que siguen siendo enormes, sino su mera obtención. Yo saco bastantes fotos, lo hacía antes con las cámaras analógicas, pero desde la llegada de la cámara digital las posibilidades se han disparado hasta el infinito. Todo el mundo poseemos en nuestras manos un artefacto capaz de sacar millones de fotos, a coste nulo, y en el que podemos ver el resultado, y así corregirnos poco a poco, al menos evitando errores de bulto como poner el dedo en el objetivo y similar, que serviros ha cometido varias veces. No hace demasiados años, sacar fotos era algo muy parecido a jugar a la lotería de Navidad. Tirabas algunas imágenes, que jugaban el papel de décimos, sacabas el carrete, ibas a la tienda y te citaban para dentro de semana y algo al sorteo. Llegado ese día mágico, ibas nervioso a la tienda, te daban tu bombo particular y empezabas a realizar extracciones. “qué mala”, “pufff”, “otra movida”... “bueno, esta no está mal”... “qué desastre”... “qué bonita!!” y así hasta acabar las 24 o 36 que se tratase, nunca un número exacto porque alguna no había salido (es decir, era tan mal que ni te al daban, o eso al menos entendía el de la tienda de turno) y otras estaban de más en función de cómo se hubiera enganchado el carrete a la cámara. Eso sí, pagabas por todo el paquete de imágenes, pese a que muchas ellas fueran realmente infames. No recuerdo, pese a ello, haber destruido foto alguna, y aseguro al lector que varias se lo merecía. Así, poco a poco, ibas almacenado álbumes de distinto tamaño, principalmente en función de lo que estaba de oferta en aquel momento, y tiras de negativos que nunca entraban en al funda que te otorgaban, y que casi siempre acababan mezclados y esparcidos con otros negativos de origen confuso y temática dispar. Hacer copias en caso de fotos colectivas era una auténtica aventura, pero tenía su contrapartida, dado que exigía juntar nuevamente a los retratados, y por ello extender el momento de unión y charla que había generado las instantáneas pasadas. Se apuntaban números y letras que parecían sacadas de un código criptográfico extraño, y volvías a la administración de lotería fotográfica, de la que a veces sacabas copias de mejor calidad que los originales, o peor, que de todo había.
Todo este proceso duraba días, o semanas, y costaba dinero en cada paso. Y desde hace poco ha desaparecido. Todo es instantáneo, la captura de la imagen, el archivo, su envío, distribución.. es fascinante. Si para mi lo es no puedo imaginar lo que piensa un autor como, pongamos el caso, García-Alix, que ha visto como en pocos años el medio en el que se ha desenvuelto su arte se ha transformado de una manera tan brutal como inimaginable. Las imágenes de su exposición, muchas enmarcadas en los años ochenta y noventa, muestran una realidad tan descarnada, pero a la vez tan antigua como los medios con los que se elaboraron, pero enseñan que la belleza y la gracia no están en la cámara, sino en el ojo, en la mente que la maneja.
viernes, noviembre 14, 2008
Inmunes a la crisis
Hay sectores que, pese a la que está cayendo, parecen sentirse inmunes a una crisis que se lo lleva todo por delante. Así, las cadenas de comida rápida y las tiendas de descuento ya aparecen como ganadores momentáneos en medio de este panorama. Burguer King y McDonalds presumen de un aumento de beneficios, fruto de sus propias estrategias y de una renta disponible menguante, que hace más atractivo comer por 5 euros, pese a su escasa calidad, que de una manera más apetecible pero por más dinero. Vips ha sacado postres por un euro, para hacer que, pese a todo, el respetable acabe endulzando su comida.
Uno de los artículos cuyas ventas van viento en popa, o al menos así lo publicita quién lo organiza, es la lotería. En épocas de crisis y desesperanza la gente se aferra a la suerte, y así las ventas de primitivas, euromillones y demás sorteos crecen en medio de una ilusión general. Las ventas de la lotería de Navidad también crecen, según dicen hasta un 20% con respecto al año pasado. Mi relación con la lotería es algo ambigua, ya que me gusta como fenómeno, como juego y como mundo de probabilidades, pero no gasto nada en ella, porque como suelo decir, son impuestos voluntarios, y me da la impresión de que ya pagamos unos cuantos de carácter obligatorio. De hecho estas navidades gastaré los mismos cero euros que el año pasado, lo que no impide que haga de mensajero de números, comprando décimos para mi familia y otras personas, pero cuyo importe me será reintegrado en su totalidad. En estos días se pone de moda comprar participaciones, sea del número del trabajo o del colegio de los niños o de la hermandad de los enfermitos menesterosos de San Apapucio de abajo. A todas las ofertas me veo obligado a declinar amablemente, y todo el mundo sale diciendo, “pero compra, imagínate que nos toca a los demás y a ti no”, argumento que también usa mi madre y otros conocidos en cada coyuntura distinta a al suya cambiando el “nos” por el ”les”. Si llevamos este argumento hasta sus últimas consecuencias debiera comprar participaciones en todas partes, porque imagínate que le toca al súper del barrio, a la tienda de antigüedades, al bar, a la cafetería que hay camino a la oficina.... y así hasta el infinito. Y es que además, y ya puestos a que alguien que no voy a ser yo va a recibir el premio, prefiero que le toque al súper del barrio, al bar camino a la oficina, o a mis compañeros de trabajo, mis amigos, etc. Al menos conoceré a alguien feliz porque por fin le ha tocado. En ese caso supongo que alguno me restregaría el décimo, diciendo eso de “ves, como no compraste ahora te jo...” y puede que algo de razón no el faltase, pero cuando uno juega sabe a lo que se arriesga, y cuando no lo hace también, así que sinceramente no me preocupa que caiga el gordo este año en mi oficina, lo prefiero.
Lo malo de estas ilusiones loteras es que, como el viento, si no toca, se van y te dejan frío. De pequeño intentaba ver el sorteo de los “bombos grandes” por la tele, que era la banda sonora de la Navidad, y todavía lo sigue siendo. Cierto es que en un año como este, sin pagas extras en muchos casos, y con las colas del INEM repletas de gente como de números las papeletas, muchos buscarán en los boletos la fortuna que ansiaba Hommer Simpson en ese episodio ya clásico en el que a él también le quitaban la extra de Navidad. A ver si a algún conocido también le llaga la suerte, como si de un ayudante de Santa Claus se tratase.
Uno de los artículos cuyas ventas van viento en popa, o al menos así lo publicita quién lo organiza, es la lotería. En épocas de crisis y desesperanza la gente se aferra a la suerte, y así las ventas de primitivas, euromillones y demás sorteos crecen en medio de una ilusión general. Las ventas de la lotería de Navidad también crecen, según dicen hasta un 20% con respecto al año pasado. Mi relación con la lotería es algo ambigua, ya que me gusta como fenómeno, como juego y como mundo de probabilidades, pero no gasto nada en ella, porque como suelo decir, son impuestos voluntarios, y me da la impresión de que ya pagamos unos cuantos de carácter obligatorio. De hecho estas navidades gastaré los mismos cero euros que el año pasado, lo que no impide que haga de mensajero de números, comprando décimos para mi familia y otras personas, pero cuyo importe me será reintegrado en su totalidad. En estos días se pone de moda comprar participaciones, sea del número del trabajo o del colegio de los niños o de la hermandad de los enfermitos menesterosos de San Apapucio de abajo. A todas las ofertas me veo obligado a declinar amablemente, y todo el mundo sale diciendo, “pero compra, imagínate que nos toca a los demás y a ti no”, argumento que también usa mi madre y otros conocidos en cada coyuntura distinta a al suya cambiando el “nos” por el ”les”. Si llevamos este argumento hasta sus últimas consecuencias debiera comprar participaciones en todas partes, porque imagínate que le toca al súper del barrio, a la tienda de antigüedades, al bar, a la cafetería que hay camino a la oficina.... y así hasta el infinito. Y es que además, y ya puestos a que alguien que no voy a ser yo va a recibir el premio, prefiero que le toque al súper del barrio, al bar camino a la oficina, o a mis compañeros de trabajo, mis amigos, etc. Al menos conoceré a alguien feliz porque por fin le ha tocado. En ese caso supongo que alguno me restregaría el décimo, diciendo eso de “ves, como no compraste ahora te jo...” y puede que algo de razón no el faltase, pero cuando uno juega sabe a lo que se arriesga, y cuando no lo hace también, así que sinceramente no me preocupa que caiga el gordo este año en mi oficina, lo prefiero.
Lo malo de estas ilusiones loteras es que, como el viento, si no toca, se van y te dejan frío. De pequeño intentaba ver el sorteo de los “bombos grandes” por la tele, que era la banda sonora de la Navidad, y todavía lo sigue siendo. Cierto es que en un año como este, sin pagas extras en muchos casos, y con las colas del INEM repletas de gente como de números las papeletas, muchos buscarán en los boletos la fortuna que ansiaba Hommer Simpson en ese episodio ya clásico en el que a él también le quitaban la extra de Navidad. A ver si a algún conocido también le llaga la suerte, como si de un ayudante de Santa Claus se tratase.
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